HIPÉRICO O HIERBA DE SAN JUAN (HYPERICUM PERFORATUM)
Denominaciones:
Herba de San Xuan, Herba foradada, Hierba de las heridas, Hipérico, Hypericum perforatum, Milaxilo, Ostoargal, Pericó, Pericón. Calzona, calzoncillo, corazoncillo, coyundilla, ñorbito, sandia cimarrona, perforada.
DESCRIPCIÓN:
Es una planta herbácea perenne de vistosas espigas amarillas, puede alcanzar hasta 60 -90 cm de altura. Sus hojas presentan unos “puntos pelúcidos” observables al trasluz. Estos puntos no son orificios en las hojas, sino “glándulas aceitosas”, constituidas por una fina capa de resinas y aceites esenciales incoloros. El fruto es una cápsula ovoide con tres valvas. Las flores son de color amarillo-anaranjado brillante, y presentan cinco pétalos en el cáliz y cinco pétalos en la corola. Los pétalos están salpicados de puntitos negros, que frotados entre los dedos, los tiñen de rojo. En la Edad Media era corriente quemar esta hierba en las casas presumiblemente habitadas por demonios, la creencia de que el olor chamuscado del hipérico resultaba insoportable para entidades del bajo astral, que huía despavoridamente.
LEYENDA:
Según una antigua leyenda europea, heredera del uso tradicional mencionado por Plinio, el día de San Juan se colgaban ramas de hipérico en todas las puertas de casas y establos para proteger a las personas, ganado de demonios y hechizos, así como de enfermedades y toda clase de males.
El Hipérico se remonta al año 79 a. C., cuando Plinio el Viejo comenta que los antiguos griegos y romanos solían colocar ramas de esta planta en su hogares encima de estatuas o imágenes (de ahí el nombre hipérico, del prefijo hiper, en griego quiere decir “encima de” y la terminación eikon, palabra griega “icono, imagen”), la creencia de que los poderes místicos de la planta los protegería de los espíritus diabólicos. El nombre vulgar “Hierba de San Juan” se relaciona con el hecho de que la floración suele tener lugar hacia finales de junio, en torno al solsticio de verano.
En el siglo XIII, el hipérico se menciona en la relación de plantas medicinales de la Escuela Médica de Salerno como “Herba demonis fuga” (la hierba que pone en fuga al diablo) y todavía a comienzos del siglo XVII los monjes franciscanos la usaban como Fuga Daemonum.
USO MEDICINAL:
Antidepresivo, Cicatrizante, Sedante ligero, Tranquilizante suave, Astringente, Antiséptico, Vulnerario, Antivírico, Ansiedad, Diarrea, Asma, Ulcera Gastroduodenal, Hemorroides, Melancolia, Sobreexcitación, Neurosis, Depresión, empleo en desórdenes psiquiátricos.
Sellado de heridas, diurética, terrores nocturnos y afecciones del sistema digestivo, neuralgias, ciática, mordeduras de reptiles venenosos, mallugaduras, esguinces, infecciones bacterianas, ulceras pépticas, enfermedades inflamatorias y respiratorias, curar heridas, llagas, quemaduras, eczemas, contusiones y acné.
Posee una sustancia “Hipericina”, que si es consumida en grandes dosis puede producir fenómenos de fotosensibilización, con eritema solar, quemaduras e incluso ulceraciones, por lo que no se recomienda abusar de preparados a base de hipericón (si bien este efecto no deseado está siendo estudiado en profundidad ya que podría ser útil en cierto tipo de enfermedades de la piel, como el vitíligo). En cualquier caso, su empleo debe estar sujeto a control médico.