Buenas noches a todos los hermanos, hoy quiero exponer un tema del cual existen dudas en muchas personas estén o no relacionados con el espiritismo, Vivimos una sola vez o regresamos en varias ocasiones y en diferentes cuerpos? Todos alguna vez nos hemos planteado esta incógnita en alguna etapa de nuestras vidas y posiblemente nunca hemos encontrado una respuesta convincente. A continuación expondré algunas apreciaciones sobre el tema, DIOS quiera que si hay hermanos con dudas o preguntas le sean aclaradas con las opiniones que llegasen a ser expuestas.
La reencarnación, se refiere a volver a nacer en un nuevo cuerpo. Esto en otras palabras, según los que creen en ella, es el proceso que ocurre luego de la muerte, en cual el alma espiritual de la persona, abandona su cuerpo y se encarna en otro nuevo, naciendo nuevamente. O sea, las almas, mediante este proceso, regresan a la vida mortal de manera cíclica, por medio de la reencarnación, el alma de una persona, vuelve a la vida terrenal, en el cuerpo de otro sujeto distinto al primero, por medio de su nacimiento.
La reencarnación era una idea común en los tiempos de Jesús. En las Escrituras Sagradas, el punto donde el Maestro se refiere a ella de una forma clara e inequívoca es el pasaje en el que Él, después de descender del Monte Tabor, donde mantuviera contacto con sus amigos espirituales, afirma de manera incuestionable que Juan Bautista fue la reencarnación del antiguo profeta Elías. Los Espíritus fueron creados simples e ignorantes. Inicialmente no poseen el conocimiento del bien y del mal. Son dotados del germen de la inteligencia y con el tiempo, adquieren conciencia de sí mismos. Todo Espíritu está destinado a la perfección y como no puede alcanzarla en una sola vida, Dios le concede otras existencias, para que pueda crecer en inteligencia y moralidad. El renacimiento sucesivo del Espíritu en la dimensión material es llamado reencarnación.
La evolución del Espíritu se da progresivamente, pues ella está íntimamente ligada a la experiencia. A través de las luchas expiatorias y de pruebas, el Espíritu camina buscando la iluminación y la perfección. Al iniciar su jornada reencarnación en los primeros niveles evolutivos, el Espíritu sufre todo tipo de influencias, buenas y malas. No todos los Espíritus pasan por el camino del mal, pero sí obligatoriamente por el de la ignorancia.
Una reencarnación puede ser libre, obligada o misionera, dependiendo de la evolución y de la necesidad del Espíritu. Cada existencia en la materia significa un paso en la búsqueda del perfeccionamiento moral e intelectual. El Espíritu puede, por mala voluntad o prejuicio, mantenerse estacionado, mas nunca retroceder a estados inferiores al que se encuentra. Todo lo que él adquiere en una reencarnación hace parte de su patrimonio espiritual y el podrá usarlo en otras experiencia, para su crecimiento. El número de reencarnaciones necesarias para el esclarecimiento definitivo del Espíritu varía entre ellos. Los que estuvieren llenos de buena voluntad, tienden a alcanzar la perfección más rápido. Los que se dejan ilusionar en el camino, pierden tiempo y se demoran más para alcanzar el grado de Espíritus Puros. Todo funciona más o menos como en una escuela. Aquellos que no han adquirido los conocimientos necesarios no podrán ascender a las clases más adelantadas.
Es durante sus reencarnaciones que el Espíritu tiene oportunidades para reparar errores y sufrir experiencias liberadoras. El mundo material es, por tanto, una importante escuela de aprendizaje. En las futuras reencarnaciones se recogen los frutos que se plantaron en la presente existencia. Todos los Espíritus sufren las vicisitudes de la existencia corpórea; unos para expiar sus errores; otros, más evolucionados, para probar virtudes o cumplir misiones.El progreso continuado e incesante es condición inherente al principio espiritual, el principio inteligente del Universo; bajo esa condición, él debe utilizar, a medida que evoluciona, cuerpos físicos. Cada vez más perfeccionados y aptos, lo que determina la evolución de las especies, dentro de las coordenadas básicas del transformismo. Se comprende de ésta manera, que la evolución no podría transcurrir en el limitado espacio de tiempo de una o algunas vidas humanas, por más largas que fuesen, de ahí, las repetidas oportunidades reencarnatorias, que permiten al Espíritu, millares y millares de experiencias en el cuerpo físico. Esas vivencias van ampliando cada vez más, su caudal de conocimientos, en cuanto el Espíritu realiza también, la reforma íntima, la iluminación interior, rescatando por el dolor o por el bien, que haga, desinteresadamente, los errores del pasado.
Este es un pequeño resumen porque el tema realmente es muy extenso, feliz noche para todos y que LA VIRGEN DEL CARMEN proteja a cada uno de los miembros de este portal.
La reencarnación, se refiere a volver a nacer en un nuevo cuerpo. Esto en otras palabras, según los que creen en ella, es el proceso que ocurre luego de la muerte, en cual el alma espiritual de la persona, abandona su cuerpo y se encarna en otro nuevo, naciendo nuevamente. O sea, las almas, mediante este proceso, regresan a la vida mortal de manera cíclica, por medio de la reencarnación, el alma de una persona, vuelve a la vida terrenal, en el cuerpo de otro sujeto distinto al primero, por medio de su nacimiento.
La reencarnación era una idea común en los tiempos de Jesús. En las Escrituras Sagradas, el punto donde el Maestro se refiere a ella de una forma clara e inequívoca es el pasaje en el que Él, después de descender del Monte Tabor, donde mantuviera contacto con sus amigos espirituales, afirma de manera incuestionable que Juan Bautista fue la reencarnación del antiguo profeta Elías. Los Espíritus fueron creados simples e ignorantes. Inicialmente no poseen el conocimiento del bien y del mal. Son dotados del germen de la inteligencia y con el tiempo, adquieren conciencia de sí mismos. Todo Espíritu está destinado a la perfección y como no puede alcanzarla en una sola vida, Dios le concede otras existencias, para que pueda crecer en inteligencia y moralidad. El renacimiento sucesivo del Espíritu en la dimensión material es llamado reencarnación.
La evolución del Espíritu se da progresivamente, pues ella está íntimamente ligada a la experiencia. A través de las luchas expiatorias y de pruebas, el Espíritu camina buscando la iluminación y la perfección. Al iniciar su jornada reencarnación en los primeros niveles evolutivos, el Espíritu sufre todo tipo de influencias, buenas y malas. No todos los Espíritus pasan por el camino del mal, pero sí obligatoriamente por el de la ignorancia.
Una reencarnación puede ser libre, obligada o misionera, dependiendo de la evolución y de la necesidad del Espíritu. Cada existencia en la materia significa un paso en la búsqueda del perfeccionamiento moral e intelectual. El Espíritu puede, por mala voluntad o prejuicio, mantenerse estacionado, mas nunca retroceder a estados inferiores al que se encuentra. Todo lo que él adquiere en una reencarnación hace parte de su patrimonio espiritual y el podrá usarlo en otras experiencia, para su crecimiento. El número de reencarnaciones necesarias para el esclarecimiento definitivo del Espíritu varía entre ellos. Los que estuvieren llenos de buena voluntad, tienden a alcanzar la perfección más rápido. Los que se dejan ilusionar en el camino, pierden tiempo y se demoran más para alcanzar el grado de Espíritus Puros. Todo funciona más o menos como en una escuela. Aquellos que no han adquirido los conocimientos necesarios no podrán ascender a las clases más adelantadas.
Es durante sus reencarnaciones que el Espíritu tiene oportunidades para reparar errores y sufrir experiencias liberadoras. El mundo material es, por tanto, una importante escuela de aprendizaje. En las futuras reencarnaciones se recogen los frutos que se plantaron en la presente existencia. Todos los Espíritus sufren las vicisitudes de la existencia corpórea; unos para expiar sus errores; otros, más evolucionados, para probar virtudes o cumplir misiones.El progreso continuado e incesante es condición inherente al principio espiritual, el principio inteligente del Universo; bajo esa condición, él debe utilizar, a medida que evoluciona, cuerpos físicos. Cada vez más perfeccionados y aptos, lo que determina la evolución de las especies, dentro de las coordenadas básicas del transformismo. Se comprende de ésta manera, que la evolución no podría transcurrir en el limitado espacio de tiempo de una o algunas vidas humanas, por más largas que fuesen, de ahí, las repetidas oportunidades reencarnatorias, que permiten al Espíritu, millares y millares de experiencias en el cuerpo físico. Esas vivencias van ampliando cada vez más, su caudal de conocimientos, en cuanto el Espíritu realiza también, la reforma íntima, la iluminación interior, rescatando por el dolor o por el bien, que haga, desinteresadamente, los errores del pasado.
Este es un pequeño resumen porque el tema realmente es muy extenso, feliz noche para todos y que LA VIRGEN DEL CARMEN proteja a cada uno de los miembros de este portal.