Los demonios sexuales son seres malignos que se alimentan de la energía de las personas, agotándolas físicamente y entorpeciendo su vida sexual.
Existen dos tipos de demonios sexuales, los íncubos, que son aquellos que tienen aspecto masculino y los súcubos, que son los femeninos. Estos seres, ni del todo hombres ni del todo demonios, viven en la tierra, poseen el don de la metamorfosis y su alma es inmortal, por lo que están condenados a vivir indefinidamente en el limbo, zona intermedia entre el cielo y el infierno.
Estos demonios actúan como vampiros, alimentándose de la energía sexual y presentándose de varias formas, algunas personas pueden sentir que una presencia los acaricia y les hace el amor como si fuera alguien real, mientras que otros, sueñan que sostienen relaciones sexuales con un hombre o una mujer de apariencia muy hermosa, lo que hace que la víctima caiga seducida, porque el demonio sabe cómo acariciar y dónde.
El afectado, aunque es inocente por haber sido elegido como compañero(a) erótico de estos entes diabólicos, siente tanto placer, que permite que violenten su intimidad una y otra vez, lo que genera un círculo vicioso que termina por consumir la energía sexual de la víctima.
Generalmente se presentan en las noches y seducen a sus víctimas, quienes se encuentran en un estado intermedio entre la vigilia y el sueño, para que estos no tengan la certeza de si lo ocurrido es real o si forma parte de su imaginación. También en un porcentaje menor, pueden actuar a la luz del día.
Síntomas de la víctima de un demonio sexual
La persona que es atacada por un demonio sexual al despertar, se siente agotada, aún y cuando haya dormido las suficientes horas.
Otros encuentran fluidos sexuales y marcas en su cuerpo, como besos, rasguños, mordiscos, lo que demuestra la pasión de estos seres, quienes dejan en evidencia su acción, generando conflicto entre la víctima y su pareja, quien comienza con celos al creer que le están siendo infiel. Aunque en otros casos, las parejas no sienten ninguna perturbación, y es que los íncubos y súcubos los inducen a un profundo sueño, mientras ellos actúan.
La víctima siente placer y ansía un nuevo encuentro, de allí la importancia de conocer todo sobre los íncubos y súcubos, con el fin de quitarles poder a estos demonios.
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Existen dos tipos de demonios sexuales, los íncubos, que son aquellos que tienen aspecto masculino y los súcubos, que son los femeninos. Estos seres, ni del todo hombres ni del todo demonios, viven en la tierra, poseen el don de la metamorfosis y su alma es inmortal, por lo que están condenados a vivir indefinidamente en el limbo, zona intermedia entre el cielo y el infierno.
Estos demonios actúan como vampiros, alimentándose de la energía sexual y presentándose de varias formas, algunas personas pueden sentir que una presencia los acaricia y les hace el amor como si fuera alguien real, mientras que otros, sueñan que sostienen relaciones sexuales con un hombre o una mujer de apariencia muy hermosa, lo que hace que la víctima caiga seducida, porque el demonio sabe cómo acariciar y dónde.
El afectado, aunque es inocente por haber sido elegido como compañero(a) erótico de estos entes diabólicos, siente tanto placer, que permite que violenten su intimidad una y otra vez, lo que genera un círculo vicioso que termina por consumir la energía sexual de la víctima.
Generalmente se presentan en las noches y seducen a sus víctimas, quienes se encuentran en un estado intermedio entre la vigilia y el sueño, para que estos no tengan la certeza de si lo ocurrido es real o si forma parte de su imaginación. También en un porcentaje menor, pueden actuar a la luz del día.
Síntomas de la víctima de un demonio sexual
La persona que es atacada por un demonio sexual al despertar, se siente agotada, aún y cuando haya dormido las suficientes horas.
Otros encuentran fluidos sexuales y marcas en su cuerpo, como besos, rasguños, mordiscos, lo que demuestra la pasión de estos seres, quienes dejan en evidencia su acción, generando conflicto entre la víctima y su pareja, quien comienza con celos al creer que le están siendo infiel. Aunque en otros casos, las parejas no sienten ninguna perturbación, y es que los íncubos y súcubos los inducen a un profundo sueño, mientras ellos actúan.
La víctima siente placer y ansía un nuevo encuentro, de allí la importancia de conocer todo sobre los íncubos y súcubos, con el fin de quitarles poder a estos demonios.
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