Los favores concedidos por Juan Milla
Hay quienes afirman que el ánima de Juan Milla ronda por allí. Son muchas las personas que le profesan devoción porque, según aseguran, les ha concedido favores. En su capilla, en la zona alta del municipio Cocorote, se pueden observar muchísimas placas de agradecimiento, algunas apenas se pueden leer por su antigüedad, otras se han deteriorado por la cantidad de esperma de incontables velas derretidas que se encienden al ánima de este hombre. A un lado de la capilla se encuentra un monumento que simboliza la tumba de Milla levantado por Pedro Torres y sus hijos, como pago de un favor concedido el cual se desconoce, pero que según los habitantes de la zona se dice que allí todavía reposan sus restos.
Cuenta la leyenda que, estando en las Minas de Aroa, Juan Milla se enfrentó en una riña a un hombre inglés al quien luego apuñaló causándole la muerte. Él escapó corriendo por las montañas de Aroa hasta llegar al lugar donde hoy en día se encuentra su altar. Estado allí se sintió cansancio y paró, minutos después murió posiblemente de un infarto o por las heridas causadas en la pelea con el inglés. El cuerpo de Milla fue hallado sin vida el 20 de diciembre de 1913.
Paula de Rivas tiene 83 años de vida y aproximadamente 50 años viviendo en el sector El Candelo. Ella sabe mucho de Juan Milla y de los personajes a quienes supuestamente se le ha aparecido y les ha concedido favores. Relata Paula que una vez tuvo una fuerte caída que la dejó convaleciente, afectada de una pierna por un tiempo. Un día una de sus tantas nietas con le dijo: “Abuela la pierna te la va a curar Juan Milla, él me lo dijo”. Paula pensó que sólo ... eran cosas de inocencia de una niña de cinco años. A la mañana siguiente se levantó de su cama como todas las mañanas para comenzar con su rutina diaria y notó que ya no le dolía la pierna, y recordó lo que su nieta le había dicho la noche anterior. Desde ese entonces la señora comenzó a creer en el ánima de Juan Milla.
Sánchez, quien era habitante de la zona, le pidió con mucha fe al ánima de Juan Milla. Le dijo que lo ayudara a salir de sus problemas y él le construiría una capilla en el lugar donde murió. Un día este personaje ganó en las carreras de caballos y logró salir de sus problemas. Fue así como construyó la capilla de Milla en diciembre de 1952. Asimismo, se habla que un habitante de El Candelo de nombre Nicolás López, compadre de Paula, se encontraba conversando con algunas personas y de pronto comenzó a lanzar improperios de mala fe sobre Juan Milla: “A pues, ése Juan Milla no le concede favores a nadie, eso es puritica mentira de la gente, las personas no debían creer en él”, entre otras cosas. Esa misma noche cuando López regresaba a su casa, en pleno camino a oscuras sintió un fuerte golpe en la cabeza que lo derribó, del susto se paró rápidamente y pedió disculpas a Milla por lo dicho: “Perdóname por hablarte mal”. Dice la señora Rivas que Nicolás nunca mas volvió a decir cosas malas sobre el ánima. Placas y regalos que le ofrecen infinidades de personas devotas de este “Robin Hood” que les brinda favores a los más necesitados que con mucha fe le piden por su bienestar. Juan Milla sigue allí en las zonas de La Cumaragua, El Candelo y Las Filas recorriendo las montañas y caminos que transitó en vida, esperando ser llamado por algún creyente en busca... mil bendiciones para todos reciban luces de alegria y fuerza de Dios todo padre Poderoso y de n uestra Reina Madre Maria lionza...
Hay quienes afirman que el ánima de Juan Milla ronda por allí. Son muchas las personas que le profesan devoción porque, según aseguran, les ha concedido favores. En su capilla, en la zona alta del municipio Cocorote, se pueden observar muchísimas placas de agradecimiento, algunas apenas se pueden leer por su antigüedad, otras se han deteriorado por la cantidad de esperma de incontables velas derretidas que se encienden al ánima de este hombre. A un lado de la capilla se encuentra un monumento que simboliza la tumba de Milla levantado por Pedro Torres y sus hijos, como pago de un favor concedido el cual se desconoce, pero que según los habitantes de la zona se dice que allí todavía reposan sus restos.
Cuenta la leyenda que, estando en las Minas de Aroa, Juan Milla se enfrentó en una riña a un hombre inglés al quien luego apuñaló causándole la muerte. Él escapó corriendo por las montañas de Aroa hasta llegar al lugar donde hoy en día se encuentra su altar. Estado allí se sintió cansancio y paró, minutos después murió posiblemente de un infarto o por las heridas causadas en la pelea con el inglés. El cuerpo de Milla fue hallado sin vida el 20 de diciembre de 1913.
Paula de Rivas tiene 83 años de vida y aproximadamente 50 años viviendo en el sector El Candelo. Ella sabe mucho de Juan Milla y de los personajes a quienes supuestamente se le ha aparecido y les ha concedido favores. Relata Paula que una vez tuvo una fuerte caída que la dejó convaleciente, afectada de una pierna por un tiempo. Un día una de sus tantas nietas con le dijo: “Abuela la pierna te la va a curar Juan Milla, él me lo dijo”. Paula pensó que sólo ... eran cosas de inocencia de una niña de cinco años. A la mañana siguiente se levantó de su cama como todas las mañanas para comenzar con su rutina diaria y notó que ya no le dolía la pierna, y recordó lo que su nieta le había dicho la noche anterior. Desde ese entonces la señora comenzó a creer en el ánima de Juan Milla.
Sánchez, quien era habitante de la zona, le pidió con mucha fe al ánima de Juan Milla. Le dijo que lo ayudara a salir de sus problemas y él le construiría una capilla en el lugar donde murió. Un día este personaje ganó en las carreras de caballos y logró salir de sus problemas. Fue así como construyó la capilla de Milla en diciembre de 1952. Asimismo, se habla que un habitante de El Candelo de nombre Nicolás López, compadre de Paula, se encontraba conversando con algunas personas y de pronto comenzó a lanzar improperios de mala fe sobre Juan Milla: “A pues, ése Juan Milla no le concede favores a nadie, eso es puritica mentira de la gente, las personas no debían creer en él”, entre otras cosas. Esa misma noche cuando López regresaba a su casa, en pleno camino a oscuras sintió un fuerte golpe en la cabeza que lo derribó, del susto se paró rápidamente y pedió disculpas a Milla por lo dicho: “Perdóname por hablarte mal”. Dice la señora Rivas que Nicolás nunca mas volvió a decir cosas malas sobre el ánima. Placas y regalos que le ofrecen infinidades de personas devotas de este “Robin Hood” que les brinda favores a los más necesitados que con mucha fe le piden por su bienestar. Juan Milla sigue allí en las zonas de La Cumaragua, El Candelo y Las Filas recorriendo las montañas y caminos que transitó en vida, esperando ser llamado por algún creyente en busca... mil bendiciones para todos reciban luces de alegria y fuerza de Dios todo padre Poderoso y de n uestra Reina Madre Maria lionza...