La Sesión de Desobsesión 306204_114709968667854_1106087003_n

LA SESIÓN DE DESOBSESIÓN

Este es el tercer tipo de sesiones mediumnicas, y se hace con el fin de buscar un dialogo con el espíritu que obsesa u obsesiona a una persona. La sesión no es para averiguar si una persona está bajo un estado obsesivo. ¡No! Se hace cuando se tiene la seguridad de que existe un acto de obsesión.

Hay muchas personas que tienen un padecimiento o enfermedad, y en lugar de buscar a un médico para reconocimiento y tratamiento, lo que hacen es buscar un médium o un brujo para que le digan lo que le sucede. ¿Por qué tienen que hacer esto si ellos no son médicos? Ustedes no buscan a un médium o a un brujo cuando su coche tiene algún problema. ¡Buscan al mecánico!
Si la suela de su zapato tiene una hueco, usted no busca a un médium o a un brujo. ¡Busca un zapatero!
¿Entonces? ¿No tiene ese precioso mecanismo llamado cuerpo humano, más importancia que su coche o su zapato como para que lo vea alguien que sí ha estudiado y sabe sobre él?

No todos nuestros problemas son causados por espíritus. También nuestro cuerpo puede dañarse al igual que el coche y los zapatos.
Por eso, la sesión de desobsesión sólo deberá hacerse cuando se tenga la seguridad de que es un problema de obsesión espiritual lo que afecta al sujeto.
Tampoco es bueno creer, ni hacer creer que porque se va a hacer el intento, se va a terminar con la obsesión espiritual. En el Universo existen leyes establecidas por el Creador, que no se pueden violar sin incurrir en el merecimiento de una expiación en compensación. Una de esas leyes es la de Causas y Efectos. En el Universo no existe un efecto sin que haya una causa para ello.

Una persona afectada por una obsesión espiritual, puede ser a causa de un acto negativo que haya cometido en otra y hasta en esta misma vida. Esto pudo causar que la persona afectada por su acto negativo haya muerto antes que usted, y decide vengarse de su acto perjudicial, o sea, cobrarle lo que usted le hizo.
Por eso, cada vez que usted quiera causarle un perjuicio a alguien, ¡piénselo dos veces! Eso no será olvidado, y menos "perdonado". Usted violó una Ley Universal, y tendrá que ser expiada así alguien le haya dicho que su falta está perdonada, y que de allí en adelante, no peque más contra el prójimo. ¡No se engañe! Las cosas no son así de fáciles. Por eso es que hay tanta imperfección espiritual y tanta delincuencia.

Hace años cuando yo investigaba estos casos, conocí a una señora, que era molestada a pesar de tener siete meses de embarazo. Cuando dormía, la desarropaban. Veía continuamente una silueta negra que la asustaba. ¡En fin! La señora era un manojo de nervios, y la idea de perder al hijo que esperaba por consecuencia de estas manifestaciones, la mantenía en un constante estado de estrés.

En una sesión de desobsesión organizada para tal fin, se conversó con el espíritu que molestaba a la señora. El espíritu resultó ser el espíritu de una criada que la señora había tenido, en su casa, cuando estuvo recién casada. La señora que le trabajaba, tenia un pequeño hijo. Un negrito que nació con el labio leporino y le daban un aspecto feo. El labio superior partido en el medio que le hacían ver los dientes y daba la impresión que estos estaban pegados a su nariz.
Todo iba bien, y la señora nunca le dió importancia a esto,....¡hasta que salió embarazada! Los parientes y las amigas empezaron a presionarla, y a hacerle creer que mantener a ese niño viviendo en su casa, podría hacer que su hijo le naciera con el mismo defecto. ¡Y la muy boba les hizo caso! Despidió a la señora que luego pasó muchas penurias ya que nadie quería darle trabajo por tener un niño, y con esas condiciones, menos.
No pudo pagar el alquiler de la humilde vivienda en la que vivía, y la desalojaron. El negrito se enfermó, y finalmente murió. A los dos meses, llena de tristeza por la pérdida de su negrito, y enferma, la señora murió.

¿Qué hizo al llegar al otro mundo? Lo primero que hizo, después de pasada la turbación post mortem, fue buscar a su ultima patrona, ya que según ella, toda sus desgracias y la de su hijo, empezaron cuando fue despedida de su trabajo. ¡Y la encontró! Decidió vengarse tratando de que perdiera el hijo que gestaba y casi lo logra.
En el dialogo, y después de mucho trabajo tratando de convercerla, aceptó finalmente que ella no era Dios, y que sólo Él es el que administra justicia a través de sus leyes. ¡Y bien seguro de que la administraría!

En este especifico caso, el espíritu obsesaba por causa de un hecho cometido en esta misma vida. Pero muy bien pudo haber sido por un problema causado en una vida anterior. Como el de un señor que también era fuertemente molestado por una entidad espiritual. Al dialogar con el espíritu causante de los problemas, narró que en una vida anterior, siendo grandes amigos, el obsesado le "levantó" la esposa al obsesor.
Desaparecieron, y él, nunca más supo de ellos. Al morir, el afectado por los adornos frontales, empezó a buscar al amigo traidor, hasta que finalmente lo localizó. Pero cuando lo encontró, el levantón ya había muerto y vuelto a reencarnar, así es que ejerció la obsesión sobre la nueva personalidad física, pero que era el mismo espíritu que lo había traicionado. ¿Se dan cuenta? ¡Todo efecto tiene su causa! Nadie sufre por capricho de Dios, sino por culpa de uno mismo.
Algunos fanáticos religiosos dicen: ¡Hay que temerle a Dios! ¡Nada de eso! A Dios hay que amarlo. Al que debemos temer es a nosotros mismos.

En oportunidad, ya está en ley terminar con esos casos obsesivos, pero en otras no. Este tipo de sesiones no garantiza el final del problema de obsesión. Generalmente, si no se termina con la obsesión, se averigua la causa y esto produce cierto consuelo en el que la padece.

La Sesión de Desobsesión, opera de la misma forma que la Sesión Experimental. Un buen equipo de médiums, un director experimentado en este tipo de actividad, sólo con la diferencia en que en este tipo de sesión no se permiten invitados ya que generalmente se ventilan problemas que han tenido una causa que puede abochornar y avergonzar al obsesado. Solamente se permite un acompañante del obsesado. Siempre tiene que ser un pariente cercano de ella, o de él.