¡El médium olvida!
Antes de hablar del médium, vamos primeramente a hablar de las personas en un contexto general.
¿Cuántas personas llegan y se van, entran y salen, visitan y desaparecen de los Terreiros? Innumerables personas son así, no sabemos de donde vienen y mucho menos para donde van.
Y si observamos bien, las personas de la asistencia de hoy serán los médiums de mañana. El médium que está trabajando hoy en el terreiro, un día estuvo en la misma situación de estas personas, o sea, sentado en la asistencia con innumerables problemas o dificultades (cargas negativas, pensamientos de baja vibración, sin empleo, enfermos, etc.), y creo que con toda la fe del mundo esperando para ser atendido, creyendo en aquella entidad que le dará un pase con objetivo de mejorar, evolucionar, crecer y resolver sus problemas y sus dificultades. Pero ¿qué ocurre en este escenario? La persona que estaba pasando por dificultades comienza a encontrar las soluciones y consigue levantarse a lo poco, irguiéndose ella comienza a frecuentar con asiduidad, claro que eso en algunos casos. Entonces aquella persona que está en la asistencia se siente deslumbrada con la Umbanda e inicia su proceso de trabajo dentro de este Terreiro. Claro ¿se convirtió o qué? el tan famoso médium. Como si todos nosotros no fuésemos, pero todo bien, no es el momento para discutir eso.
El médium entra en el terreiro e inicia su proceso de “aprendizaje”, adecuación y crecimiento, pero viene algo agregado muy común en algunos casos: la vanidad. Ya es la primera señal presentada por el médium que olvidó el motivo por el cual fue al terreiro un día. El médium continua frecuentando, trabajando, pero ahora diciendo: “yo soy un médium umbandista” todo orgulloso, con la nariz erguida. Qué persona importante ¿no? Pero espere un poco ¿Dónde está la humildad del médium? Yo pienso que se perdió en algún momento en su caminada y no lo percibimos.
¡Ah! La encontré, yo estaba atento y percibí que esta humildad fue perdida cuando sus “problemas” o sus “dificultades” fueron resueltas o por lo menos aminoradas, y hoy “con problemas o dificultades menores o hasta incluso sin problemas y dificultades”, él es otra persona y cuando alguien llega a la asistencia con las mismas dificultades o peores que las de él, entonces el Super Médium ¿qué hace? ¿Él ayuda? ¡No! Generalmente juzga, critica y se piensa en el derecho de imaginar, que es una persona mejor de lo que aquella que está en la asistencia, donde precisa simplemente de ayuda, de la misma forma que un día él precisó cuando era asistente.
En la mayoría de las veces, nos olvidamos de eso ¿no es así? Mi momento ruín pasó gracias a Dios, no voy a mirar el pasado. Pues bien hermanos, pero como dice el viejo dicho: “dolor de diente no da una sola vez”. Entonces ¿por qué juzgar y señalar contra aquel que está sentado en la asistencia? Si un día aquella silla que está siendo ocupada por este asistente fue ocupada por usted: “el médium”.
Pero es claro: ¡El médium olvida!
Texto de Danilo Lopes Guedes
¿Cuántas personas llegan y se van, entran y salen, visitan y desaparecen de los Terreiros? Innumerables personas son así, no sabemos de donde vienen y mucho menos para donde van.
Y si observamos bien, las personas de la asistencia de hoy serán los médiums de mañana. El médium que está trabajando hoy en el terreiro, un día estuvo en la misma situación de estas personas, o sea, sentado en la asistencia con innumerables problemas o dificultades (cargas negativas, pensamientos de baja vibración, sin empleo, enfermos, etc.), y creo que con toda la fe del mundo esperando para ser atendido, creyendo en aquella entidad que le dará un pase con objetivo de mejorar, evolucionar, crecer y resolver sus problemas y sus dificultades. Pero ¿qué ocurre en este escenario? La persona que estaba pasando por dificultades comienza a encontrar las soluciones y consigue levantarse a lo poco, irguiéndose ella comienza a frecuentar con asiduidad, claro que eso en algunos casos. Entonces aquella persona que está en la asistencia se siente deslumbrada con la Umbanda e inicia su proceso de trabajo dentro de este Terreiro. Claro ¿se convirtió o qué? el tan famoso médium. Como si todos nosotros no fuésemos, pero todo bien, no es el momento para discutir eso.
El médium entra en el terreiro e inicia su proceso de “aprendizaje”, adecuación y crecimiento, pero viene algo agregado muy común en algunos casos: la vanidad. Ya es la primera señal presentada por el médium que olvidó el motivo por el cual fue al terreiro un día. El médium continua frecuentando, trabajando, pero ahora diciendo: “yo soy un médium umbandista” todo orgulloso, con la nariz erguida. Qué persona importante ¿no? Pero espere un poco ¿Dónde está la humildad del médium? Yo pienso que se perdió en algún momento en su caminada y no lo percibimos.
¡Ah! La encontré, yo estaba atento y percibí que esta humildad fue perdida cuando sus “problemas” o sus “dificultades” fueron resueltas o por lo menos aminoradas, y hoy “con problemas o dificultades menores o hasta incluso sin problemas y dificultades”, él es otra persona y cuando alguien llega a la asistencia con las mismas dificultades o peores que las de él, entonces el Super Médium ¿qué hace? ¿Él ayuda? ¡No! Generalmente juzga, critica y se piensa en el derecho de imaginar, que es una persona mejor de lo que aquella que está en la asistencia, donde precisa simplemente de ayuda, de la misma forma que un día él precisó cuando era asistente.
En la mayoría de las veces, nos olvidamos de eso ¿no es así? Mi momento ruín pasó gracias a Dios, no voy a mirar el pasado. Pues bien hermanos, pero como dice el viejo dicho: “dolor de diente no da una sola vez”. Entonces ¿por qué juzgar y señalar contra aquel que está sentado en la asistencia? Si un día aquella silla que está siendo ocupada por este asistente fue ocupada por usted: “el médium”.
Pero es claro: ¡El médium olvida!
Texto de Danilo Lopes Guedes
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.