Introducción al Youkai o Yōkai (妖怪)

La traducción más sencilla para youkai es demonio, aunque esta simple traducción hace poco por transcribir la compleja naturaleza que abarcan los seres sobrenaturales del Japón feudal y el actual. Entre otras traducciones se incluyen: apariciones, espíritus o ser sobrenatural. El termino youkai cubre una amplia variedad de criaturas, y no tiene entonces una verdadera traducción al español, también se le considera un sinónimo de Bakemono (cosas cambiantes). Hay varios tipos de youkai, he aquí una clasificación general:

Yūrei (幽霊, literalmente Alma Fallecida) son los más parecidos al concepto occidental de fantasmas o espíritus de los muertos, utilizando un kimono blanco, y sus cuerpos visibles hasta la cintura. Se ven atraídos a atormentar a los vivos debido a un amor no correspondido, o en otras ocasiones, por sed de venganza.
Yōkai (妖怪, literalmente Extraña Peculiaridad, idiomáticamente Aparición) son criaturas vivas no humanas. Esta incluye una gran variedad de montruos y bestias.
Oni (鬼, literalmente Demonio) son tomados directamente de la teología budista. Son pavorosos demonios alados y cornudos cuyas imágenes se hallan esculpidas cerca de las entradas a los templos. Tienen deberes específicos cómo rescatar al inocente, asustar a los maliciosos hasta la muerte, y vigilar las puertas del infierno.
Fushigi na Dōbutsu (不思議な動物, literalmente Animales de lo Fantástico) son traviesos espíritus de animales, de los cuales los más notorios son los zorros.
Sōrei (騒霊, literalmente Fantasma Salvaje), son similares a las criaturas que en inglés se les conoce como poltergeists. Sin embargo, su historia proviene de la creencia Shinto de que todo objeto físico (piedras, árboles, máquinas), poseen vida y conciencia. Esto ha derivado en incontables relatos de piedras gritonas, puertas shoji con ojos acechantes, y utensilios domésticos que se mueven y persiguen a sus dueños.

De este post en adelante voy a ir subiendo una breve descripción de mis youkai favoritos. Aclaro que son unos pocos, porque existen más de 200. Recomiendo las descripciones e imágenes de artistas japoneses como Toriyama Sekien quien a partir del año 1780 empezó a investigar a profundidad sobre el youkai creando así cuatro volúmenes de libros de bestiarios japoneses, base para la imagen de la mayoría. También del poco conocido Sawaki Suushi quien realizó un trabajo anterior un poco más estilizado que data de 1737, base también para muchos otros artistas. Y finalmente el mejor de todos, Tsukioka Yoshitoshi quien es considerado el mejor artista de su época y quién realizó numerosos grabados de youkai entre su obra, siendo la más concreta “Treinta y Seis Fantasmas”, su último trabajo. Entre muchos otros más.

Abura-akago (Bebé de Aceite)

Según la descripción de Sekien, es un espíritu que rondaba la provincia de Ōmi y quien en vida, fue un ladronzuelo que robaba el aceite de las lámparas de papel, por lo que como castigo su alma se convirtió en una bola de fuego (Hito-dama) al morir. Según el mito, su espíritu renació en la forma de un niño hecho de flamas, que se dedica a lamer el aceite de las lámparas.

Otros relatos dicen que la apariencia del Abura-akago es la de un niño normal pero con una lengua áspera por lamer aceite caliente. En el pasado fue un niño cuya madre murió de manera desafortunada por lo cual ella se transformó en una Hito-dama y fue entonces que el niño se convirtió en un Abura-akago que consume el aceite para así conservar la llama de su madre. Al Abura-akago se le puede ver como un niño rondando las casas en busca de lámparas de aceite junto a una bola de fuego que flota en los alrededores.

Aka-name (Lamedor de Mugre).

Es una criatura de lengua enorme que habita en baños públicos y casas abandonadas. Su aspecto es monstruoso, como un híbrido de rana con humano, con el cabello enmarañado y pies que terminan en una sola garra, aun así se trata de un ser benévolo. Suele aparecerse en baños insalubres en los cuales la mugre se ha acumulado para así lamerla con su larga lengua, generando un sonido ensordecedor. Solo sale cuando no hay nadie cerca, y cuando ya ha terminado deja un rastro de lodo al retirarse. Los campesinos agradecían su presencia porque estaban seguros que de esta forma no se podrían contagiar de enfermedades infecciosas gracias al gran apetito del Aka-name.

Ame-onna (Mujer de la Lluvia).

Se trata más de una deidad que de un monstruo ya que su historia proviene de una diosa de las montañas de la mitología china , quien en las mañanas era una nube y en las noches la lluvia. Los agricultores tanto chinos como japoneses aún le rezan, puesto que, donde ella vaya la lluvia le sigue.

En Japón su historia se tornó un poco más siniestra y se le modificó por la de un yokai. A la Ame-onna se le puede observar en las noches de lluvia como una horripilante mujer deambulando por las calles al tiempo que lame la lluvia de su cuerpo. Carga un gran saco negro donde deposita a los niños recién nacidos que lloran durante la llovizna para así llevárselos.

Ashinaga-Tenaga (Piernas Largas- Brazos Largos)

Este youkai en realidad son dos youkai. Ashinaga luce como un humano con piernas extremadamente largas (cerca de 6 metros de largo) y brazos muy cortos; y Tenaga por el contrario tiene brazos muy largos (cerca de 10 metros de largo) y piernas muy cortas. Se dice que cada uno proviene de un país diferente, el país de los brazos largos y el de las piernas largas, donde sus habitantes poseen estas cualidades. Ambos youkai siempre están juntos, con Tenaga sentado sobre la espalda de Ashinaga. Juntos lucen como un gigante y se les puede ver pescando en las costas justo antes de una tormenta. De hecho, en los relatos de quienes los han observado coinciden con el clima turbulento.

Son una metáfora viviente, ya que simbolizan la mutua asistencia que la gente se debe entre sí en las difíciles circunstancias de la vida.

Ao-andon (Fantasma de la Lámpara Azul).

En el periodo de Edo se practicaba una tradición conocida como Cien Historias. Consistía en que un grupo de personas se reunía alrededor de cien candelas colocadas dentro de lámparas de papel (andon) de color azul, lo cual resultaba en una atmósfera muy tenebrosa, para relatar historias de fantasmas o Kaidan (literalmente Charla Misteriosa). Cada vez que se contaba una se apagaba una vela hasta haberlas acabado todas, momento en el cual se aparecía el Ao-andon (un tipo de Oni azul) en la oscuridad, a quien si se le invoca, convertirá las historias en realidad.

Ao-nyobo (Esposa Azul).

Se le puede hallar en antiguos palacios imperiales ya abandonados como el fantasma de una cortesana de la corte de Heian, con sus dientes pintados de negro (solo las mujeres casadas o aristócratas los tenían), y las cejas rasuradas y pintadas. Según la leyenda esta se maquilla compulsivamente, razón por la cual sus ojos se miran inyectados, y devorará a todos los hombres jóvenes que la visiten. Hay otro youkai muy similar en cuanto a su apariencia, la Ohaguro-bettari.

Dodomeki (o Demonio de los Cien Ojos)

Es un monstruo con múltiples ojos que cubren su cuerpo. Se dice que los ladrones y cartereros se convertirían en Dodomekis al morir y habitarían en los límites de la ciudad. En algunas descripciones se dice que solo los brazos y manos del demonio con figura de mujer estaban cubiertos de ojos. Ella le roba a los ladrones sus monedas al absorberlas por las manos y las mismas se transforman en más ojos. Otros dicen que los ojos son de aves; lo que deriva en una descripción menos fantástica, ya que dicen que el Dodomeki se le acerca a la gente a preguntarles sobre su pasado y cuando la persona menos lo espera le muestra sus brazos cubiertos de ojos (antiguamente en Japón a los ladrones se les tatuaban ojos de aves).

Gashadokoru (Esqueleto Hambriento)

Son esqueletos gigantes de hasta quince veces el tamaño de una persona promedio. Estos youkai se forman a partir de una colecta de huesos de personas que han muerto por inanición cuyos espíritus se unen en un hambre colectiva. Si un Gashadokoru ve a un humano, lo agarrará y le arrancará la cabeza de un mordisco si esta no huye rápido. La única manera de detectarlo antes de que aparezca es escuchando un campaneo en el oído, el cual puede variar desde un ligero timbre hasta un estruendo ensordecedor.

Futakuchi-onna (Mujer de Dos Bocas)

Es una mujer que tiene en el cráneo una segunda boca justo en la nuca, bajo el cabello. Esta boca comienza primero a murmurar cosas rencorosas y amenazantes para sí, y a demandar comida. Si no se le alimenta, gritará horriblemente causándole un tremendo dolor a la mujer. Posteriormente el cabello de la mujer comenzará a moverse como un par de serpientes, permitiéndole a la boca por si sola alimentarse.
La transformación de una mujer a Futakuchi-onna puede deberse a una maldición o a una enfermedad. Un relato dice que se trata de una mujer que permitió que su hijastro muriera de hambre por alimentar bien a sus hijos naturales, por lo que el espíritu vengativo del niño se alojó en su cuerpo. En otra historia esta boca extra se le forma a una mujer roñosa debido a que su esposo accidentalmente la golpeó en la cabeza con su hacha mientras cortaba leña, y la herida nunca sanó. En otras ocasiones se trata de una mujer que nunca come por lo cual su otra boca consume el doble.

Funayurei (Fantasmas del Mar).

Son los espíritus de los que han perecido en el mar. Se aproximan a quienes están en botes o barcos y les piden un cucharón. Si se les entrega, empezarán a verter agua de mar en la embarcación hasta que se hunda.

Dojoji-no-kane (La Campana de Dojoji)

La leyenda sobre este demonio, quien es una Hannya, fue la inspiración para una muy famosa obra del teatro Noh. El origen de ella viene de lo que aconteció en un templo llamado Dōjōji. La historia inicia con un monje budista, Anchin, quien cada año viajaba hacia el santuario de Kumano, donde solía visitar la casa de un terrateniente y siempre le llevaba regalos a la hija de este., llamada Kiyohime. El padre en una ocasión le dijo bromeando a su hija que cuando creciese se convertiría en la esposa del monje, desconociendo que ella en realidad estaba perdidamente enamorada de él. Ella tomó la palabra de su padre muy en serio y en una de las visitas del monje le exigió el matrimonio. Cuando el monje vio que no aceptaba un no de respuesta, se escabulló fuera de la casa y tuvo que cruzar un rio muy crecido para llegar al templo de Dojoji donde pidió que lo escondiesen, y así lo hicieron, bajo una gran campana. Kiyohime corrió tras él, pero no pudo cruzar el río, por lo cual, y bajo una inmensa ira la joven se transformó en una enorme serpiente y nadó hacia el templo. Se enrolló alrededor de la campana, la cual se tornó blanca del calor, quemando al monje dentro y muriendo ella también.

Rashomon-no-oni (El Demonio de Rashomon)

Una de las leyendas más famosas sobre los Oni es sobre uno llamado Ibaraki, aunque hay otra versión en la que se dice que es una Oni (Hannya). Este atacaba a todo aquel que intentara cruzar por el puente de Rashomon, al sur del palacio imperial de Kyoto. Un día el samurai Watanabe no Tsuna (quien aparece en muchas otras leyendas), decidió esconderse y esperar a que Ibaraki saliera para matarle, pero su plan fue interrumpido por una hermosa joven quien lo persudió a acompañarla hacia la ciudad. Cuando iban de camino Watanabe observó de reojo como la joven se transformaba en un horripilante Oni. Este inmediatamente lo atacó, al tiempo que Watanabe desenvainó su katana (sable) y le cortó el brazo. Ibaraki se alejó dando alaridos y Watanabe guardó con cuidado el brazo en un cofre en su mansión.

Al pasar los años, el evento ya había sido olvidado, por lo que Ibaraki se disfrazó de la anciana tía de Watanabe, Mashiba, y lo convenció a mostrarle el brazo cercenado. Sin sospechar, Watanabe se lo mostró y Mashiba al verlo se transformó de inmediato en Ibaraki por lo que tomó su brazo y huyó volando de la casa de Watanabe dejándolo sorprendido. A pesar de haber escapado, Ibaraki no volvió al puente de Rashomon.

Hone-Onna (Mujer Esqueleto)

La Hone-onna es un youkai que a primera vista luce como una hermosa mujer vistiendo un bello kimono. Debido a su aspecto, ella seduce fácilmente a los hombres para llevarlos consigo a la cama. Una vez que los ha engañado les revela su verdadero aspecto esquelético y absorbe el alma de su víctima.

Ohaguro-bettari (Hilera de Dientes Negros)

Es similar a la Ao-nyobo pero en su rostro solo se mira una enorme sonrisa con filas de puntiagudos dientes negros, sin ninguna otra facción y viste un kimono nupcial. En el Japón del periodo Meiji cuando la mujer se casaba se pintaba los dientes de negro como una muestra de su estatus de esposa, por lo que se dice que se trataba de una mujer poco atractiva que nunca pudo casarse y se suicidó. Otra versión dice que se trataba de una vendedora de la tinta oscurecedora. La Ohaguro-bettari suele aparecerse al crepúsculo en templos o santuarios fuera de la ciudad. En raras ocasiones se ha aparecido en casas. Por detrás se le ve como una hermosa mujer vistiendo un espléndido kimono nupcial, pero al acercársele siempre suele voltearse o se tapa el rostro con su kimono. Sin embargo, muchos hombres no pueden resistirse y se acercan más para mirar su cara. Exclamando “¡Gya!” se voltea y revela su horrible cara blanca que de la mitad para abajo pareciera que se parte en dos, mostrando dos largas hileras de dientes negros.

Hannya (literalmente Sabiduría)

La forma más común de una Hannya (un tipo de Oni) es la de una mujer, aún así hay varios que son hombres. Según las leyendas se dice que fue una mujer increiblemente hermosa que por diversas razones cayó bajo la locura y luego fue poseida por un demonio. Una vez poseida se tranformó en un monstruo horrible, un tipo de demonio conocido como Oni en el folclore japonés. En ocasiones se relata que una vez Hannya se dedicaría a beber la sangre de sus víctimas, especialmente niños o hombres jóvenes.
La palabra Hannya es muy popular por las hermosas máscaras de madera que se utilizan en los tradicionales teatros Noh y Bunraku, como un demonio cornudo de facciones ferozes. Se trata de una temática habitual; el rencor que guarda una mujer abandonada por su pareja, quien puede llevar este sentimiento de odio consigo incluso después de su muerte. Las mujeres que albergan este resentimiento en el fondo del corazón llevan la máscara Hannya. Esta careta con el ceño fruncido, los músculos faciales contraídos y los ojos y dientes pintados de oro, transmite una enorme amargura, rabia, rencor y un estremecedor sufrimiento. Algunos ejemplos de historias de Hannya son: Ibaraki y Kiyohime.

Yotsuya Kaidan (Historia del Fantasma de Yotsuya)

Una de las historias de fantasmas (Kaidan) más famosas de Japón es Yotsuya Kaidan (formalmente conocida como Tohkaidoh Yotsuya Kaidan), obra Kabuki escrita en el período de Edo (1603-1867). Cada año se realizan distintas representaciones de la misma, ya sea en los teatros Kabuki o en películas, siendo una obligación que todo el reparto visite la tumba de Oiwa en el Templo de Myogyoji en Yotsuya, Tokio, para evitar la maldición que la acompaña. Esto según varios incidentes del pasado en donde han habido heridos, accidentes e inclusive muertes debido a que no solicitaron su bendición. Según reportes, Oiwa murió el 22 de febrero de 1636.

La historia se situa en Yotsuya, donde el ronin (samurai sin maestro) Tamiya Iemon, convive con su esposa Oiwa. Iemon tenía un oscuro pasado ya que había asesinado al padre de Oiwa por un desacuerdo en su relación. Su sirviente Naosuke actuó de igual modo al asesinar a Yomoshichi quien era el esposo de la hermana de Oiwa, Osode. Ambos engañaron a las mujeres al decirles que fue un ladrón y que jurarian vengar sus muertes. Una vez casados, Iemon se encontraba muy defraudado porque no encontraba trabajo como samurai y Oiwa había caido muy enferma luego del parto de su primer hijo. A pesar de todo ello, Oiwa era feliz con su familia.

La joven Oume, nieta del acaudalado doctor Ito Kihei, se enamora del atractivo Iemon por lo que su abuelo le propone a Iemon que le dará trabajo como samurai bajo la condición que la despose. Ito le entrega un veneno a Iemon como supuesta medicina para Oiwa, quien confiada la toma a diario, sin saber que la misma progresivamente le va desfigurando el rostro. La estrategia funciona, e Iemon se distancia de Oiwa, la maltrata y la insulta debido a su condición, al igual que a su hijo. La desfiguración de Oiwa empeora cada día ya que uno de sus ojos ha prolapsado y la piel le cuelga totalmente deformada. El horror se desata mientras ella peina su cabello y gran cantidad del mismo se desprende a pedazos al tiempo que le chorrea sangre por el rostro. Kohei, un anciano sirviente de Iemon, viendo el trato de Iemon para Oiwa le suplica entrar en razón pero termina con los dedos rotos, sin cabello, atado y encerrado en un armario. Iemon se retira de la casa y le pide a un hombre de la localidad, Takuetsu, que viole a Oiwa para utilizar el adulterio como motivo de divorcio. Pero Takuetsu no puede debido a los forcejeos de Oiwa y su desfigurada apariencia. Así que la toma y la fuerza a mirarse a un espejo, provocando que ella estalle en ira y desesperación, por lo que intenta atacar a Takuetsu con la katana pero accidentalmente se degolla con la misma al tropezar. Con sus últimas fuerzas Oiwa mata a su bebé para evitar que sea criado por los Ito y muere desangrada al tiempo que maldice a Iemon y jura su venganza. Cuando Iemon regresa, descubre el cuerpo de Oiwa y que Takuetsu ha huido. Siendo Kohei el único testigo, lo saca del armario y lo asesina. A continuación manda a colocar los cuerpos de Kohei y de Oiwa juntos, clavados a cada lado de una puerta que lanzan a un río, como trama de que eran amantes.

En cuanto a Osode y Naosuke, su matrimonio no ha sido consumado aún ya que Osode tiene un mal presentimiento. Este se confirma al regresar Yomoshichi quien por equivocación no había sido asesinado y este acusó a Osode de adúltera. Avergonzada se entregó a la muerte y le dejó una carta a Naosuke revelándole que ella era su hermana menor, por lo que él también se suicidó. Luego de su encuentro con la pareja, Yomoshichi averiguó la verdad sobre Iemon.

Al consumar los crímenes de Oiwa y Kohei, ya se hacen los preparativos de la boda en la casa de los Ito. La joven ataviada en su kimono nupcial se acerca a Iemon con su rostro cubierto con un velo, y al retirarlo éste se lleva la horrible impresión de que su rostro es el de Oiwa por lo que la asesina de inmediato decapitándola con su katana. No es hasta entonces que descubre que asesinó a Oume. En pánico se voltea y mira el fantasma de Kohei, a quien ataca con su katana descubriendo que también ha asesinado a su suegro. De igual forma termina acabando con la vida de su suegra y sus sirvientes al lanzarlos al canal.

Iemon huye totalmente transtornado y se refugia en un sitio en las montañas. Al ir de pesca al río se le reaparece la puerta con los putrefactos cuerpos de Oiwa y Kohei los cuales toman vida y le recriminan con agonizantes gemidos. Así sucede donde mire, como por ejemplo la lámpara de papel que refleja el rostro de Oiwa, las lianas que se tornan serpientes y el humo que se mira como cabello. Al borde de la locura, Iemon no lo soporta más y corre despavorido sin saber que va al encuentro de Yomoshichi, quien lo asesina.

Una pelicula basada en la historia: Kaidan (2007)

link: https://www.youtube.com/watch?v=LYe_egXbKOE&feature=related

Buruburu (Espíritu Tembloroso)

Los Buruburu son espíritus temblorosos que en su vida anterior fueron personas que murieron en circunstancias terroríficas, es decir, bajo mucho miedo. Estos youkais habitan cementerios o áreas de gran soledad, y lucen como el alma de un anciano o anciana bajo un gran temblor. Cuando se presenta, el Buruburu se adhiere a la espalda de su víctima, causando que la misma experimente como un fuerte escalofrío baja por toda su espina dorsal, lo cual puede ser tan aterrador que hasta llega a provocarle la muerte, creando así un nuevo Buruburu. Se dice que también son los responsables de las sacudidas repentinas que sentimos a veces y la extraña sensación que las acompañan, a pesar de que aparentemente no se sabe qué las provocó.

Haku-taku (literalmente Pantano Blanco)

El Haku-taku es un ser imaginario que originalmente forma parte de la mitología china donde se le conoce como Bái Zé. Este posee grandes conocimientos sobre todo tipo de seres malignos y por lo tanto se trataba de una especie de consejero celestial del propio Emperador Amarillo o Huang Di. Su aspecto es el de un león blanco, con facciones humanas, cuenta con nueve ojos (tres en el rostro y tres en cada flanco) y seis cuernos (dos en la cabeza y tres a cada lado del dorso), además de que en sus patas posee cascos; figura que sin duda alguna recuerda a la de una Quimera. Huang Di lo halló (o mas bién Bái Zé lo contactó), en su travesía por el este de China. Este sabio ser le reveló que existían miles de entes sobrenaturales en el mundo (11,520 aproximadamente), tanto malignos como benignos, por lo que le instruyó en como evitar sus ataques o comunicarse con ellos. A raíz de su encuentro el Emperador elaboró un tipo de bestiario con todas las criaturas, al cual llamó Bái Zé Tú. Dicho texto ya no existe pero aún se conservan algunos fragmentos del mismo en otros escritos.

En la mitología japonesa, según una leyenda, el Haku-taku visitó el Monte Tatetayama para anunciar sobre una mortífera plaga que se propagaría durante varios años, y que su figura debía ser utilizada como un simbolo de protección. Así fue que, debido a sus cualidades místicas, al Haku-taku se le representaba en variadas formas como una especie de talismán con la finalidad de ser utilizado para reprender a los espíritus malignos y las enfermedades, especialmente cuando se desataba una epidemia.

Bancho Sarayashiki (Mansión del Plato en Bansho)

Se trata de una muy famosa y tradicional historia de horror japonesa (Kaidan) en la cual se inspiró una obra Kabuki del mismo nombre. Hay varias versiones de la misma historia, pero generalmente involucran a la sirvienta Okiku quien fue falsamente acusada de quebrar (en otras versiones de extraviar) un plato de una valiosa vajilla de porcelana de la familia para la que trabajaba. Dicha acusación era tan grave que se pagaba con la vida por lo que Okiku lo buscó incansablemente, contando los platos una y otra vez sin éxito. Acudió entonces a su patrono, el samurai Auyama Tessan, quien la deseaba; y al Okiku revelarle que no encontraba el plato este le ofreció ignorar el asunto si se entregaba a él pero ella se rehusó por lo que la asesinó al arrojarla al pozo. En otra versión se dice que al no soportar la vergüenza de dicha acusación Okiku se suicidó al ahogarse en el pozo.

Okiku se convirtió entonces en un fantasma (yurei) que se aparecía junto al pozo e inmediatamente comenzaba a contar hasta nueve y justo al terminar daba escalofriantes chillidos. La razón del conteo se debe a que la vajilla consistía de diez platos, de los cuales uno fue quebrado y quedaban nueve. Finalmente, Okiku logró su objetivo de venganza ya que debido a su incesante llanto Tessan enloqueció . Se dice que un monje fue quien liberó el alma de Okiku al gritar ¡Diez!, justo cuando ella estaba terminando el conteo, y el pozo dejó de estar embrujado.

El director de Ringu (El Aro), Nakata Hideo, afirma que su película y Bancho Sarayashiki están relacionadas. Explica que para él los pozos son portales que comunican con el mundo de los muertos. Basada en esta historia existe otro youkai, la Okiku-mushi (Insecto Okiku).

Se dice que el pozo donde pereció Okiku se encuentra en el Castillo Himeji y de hecho se llama Pozo de Okiku, aunque otros aseguran que el verdadero pozo está localizado en el jardín de la Embajada de Canadá en Tokio, la cual era propiedad de la familia Aoyama.

Hito-dama (Alma Humana)

Las Hitodama son las almas de los recién fallecidos las cuales toman la forma de una esfera flameante azulada o verdusca, muchas veces con una larga estela luminosa. La palabra hitodama es una combinación de las palabras japonesas hito, que significa "humano", y tama (abreviación para tamashii), que significa "alma". También se les llama Onibi (Demonio de Fuego). Muchas se desvanecen o caen al suelo al poco tiempo de ser divisadas, dejando un residuo luminoso donde caen.

Se les puede ver cerca de una persona moribunda como una aparición del alma abandonando el cuerpo antes de "cruzar al otro lado". Tradicionalmente se decía además que si uno miraba una Hitodama era la premonición de su propia muerte, por lo que se escribieron varios textos para exorcizarlos. También sucede que pueden perderlo a uno si se les sigue, y es una de sus formas de engañarnos, aunque esto en realidad lo suelen hacer los Kitsunebis (Zorros de Fuego).

También existe un youkai conocido como Hitodama Rusa, la cual se compone de varios hitodamas. Se presenta en momentos de ventiscas, al tiempo que grita "Oroshiya, Oroshiya" (bajenme, bajenme). La razón por la cual se le denomina como rusa, es porque oroshiya suena muy similar a como se solía decir Rusia en japonés.

Kappa (Niño de Río)

Se trata de una criatura muy parecida a un anfibio con la estatura de un niño la cual habita cerca de las márgenes de los ríos, estanques o lagunas, u otras locaciones con agua dulce. Se le suele representar con aspecto de rana, con las manos y pies palmeadas, piel escamosa de color verde o más oscura, además de un caparazón de tortuga y pico. Son rápidos nadadores y pueden caminar en dos patas en la superficie. Su característica más curiosa es la pequeña cavidad, o una hoja de lirio con un plato, situada en la coronilla, rodeada por el cabello enmarañado parecido a las algas. Dentro del mismo hay agua, la cual es de suma importancia para el kappa, ya que si por alguna razón esta se evapora o se derrama el kappa se debilita o incluso muere, es como su esencia vital, por lo que generalmente se regresan al agua. Antiguamente se le llamaba kawataro.

Al kappa se le conoce por ser una criatura confiada y atrevida, y son un verdadero problema. Disfrutan por ejemplo de realizar fechorías como robar cosechas, espiar a las mujeres e inclusive violarlas. Todos los niños de Japón han escuchado el "no te metas al agua solo o un kappa te comerá", ya que se tratan de presas fáciles y les acechan en las márgenes. Pero no solo atacan a los niños, se sabe que la parte humana favorita de los kappa es un órgano llamado Shirikodama, el cual está localizado dentro del ano de las personas; por lo que si un kappa logra atrapar a alguien le extraerá el Shirikodama con sus manos palmeadas. Se dice también que gustan de absorber la vitalidad de las personas al succionar las entrañas a través del ano. Si se les atrapa para matarles o castigarles, el kappa se defenderá con flatulencias que expelen de sus tres anos.

Para ahuyentar a un kappa se puede utilizar fuego, aunque no siempre disponible, por lo que otra forma es con una flatulencia directa. Otra manera de protegerse es ofreciéndoles un pepino, ya que de todas sus fuentes de alimento, estos son sus favoritos por lo que el kappa aceptará el intercambio y no lo atacará. Es por ello que existe un platillo de sushi llamado "kappa maki" en honor a los mismos, el cual es un rollo relleno con pepino. Por último, se sabe que los kappa son aficionados a las luchas de sumo, por lo que si uno es retado, lo mejor es que previo al encuentro, se realize una buena reverencia para que así el agua del kappa se derrame y este deba huir a rellenarlo, dándonos tiempo para escapar.

Existen otras versiones del kappa, donde no se le describe como un ser maligno, sino más bien como un youkai travieso, como el tanuki o el kitsune. En esta versión más noble, le ayudará a alguien que se esté ahogando, o un granjero que requiera agua para sus cosechas, y hasta son considerados de buena suerte. De hecho se pueden relacionar con las personas ya que entienden y hablan japonés perfectamente. por lo que hasta han compartido sus conocimientos, especialmente medicinales. También se les considera como criaturas leales y agradecidas. Cabe señalar que en la religión Shinto, a los kappa se les considera como "Dioses del Agua". Debido a que en cada región de Japón a los kappa se les ve diferentes maneras, hay muchísimas versiones sobre los mismos.

Hay otro youkai llamado Suiko (Tigre de Agua) el cual es parecido al kappa pero mucho más grande.

Okiku-mushi (Insecto Okiku)

Este youkai se originó del relato de "Bancho Sarayashiki " y su protagonista Okiku, asesinada en un pozo. La Okiku-mushi se aparece en pozos como una hermosa mujer cuyo cuerpo de la cintura hacia abajo es un gusano, y sus manos se encuentran atadas a la espalda. La razón por la que es mitad mujer y mitad gusano se basa en un hecho histórico ocurrido en Japón en 1795. Los viejos pozos de aquel entonces se infestaron de un tipo de gusanos con finas líneas alrededor de su cuerpo, lo que les da la apariencia de estar atados, por lo que se dijo que eran la reencarnación de Okiku. La relación en este caso con Okiku se debe a que en una de las versiones de la historia, previo a su asesinato, fue maniatada y torturada una y otra vez sobre el pozo con el fin de que cediera a los deseos de su amo, pero ella nunca lo hizo.

Kitsune (Zorro)

Los zorros son muy apreciados en Japón, donde se habla que hay dos tipos de zorro, el común y el espiritual. Los zorros rojos "comunes" que encontramos en Japón están distribuidos por todas sus islas, a excepción de Shikoku, de donde se dicen fueron expulsados por Kukai (santo Budista), luego de que un kitsune intentó engañarlo. Según la religión Shinto los kitsunes se rigen bajo el mandato de la kami (diosa) Inari, para la cual hay multitud de santuarios (cerca de 40,000), siendo el más famoso el Santuario de Fushimi en Kyoto. Cada uno de ellos cuenta en sus puertas con un par de estatuas de zorros blancos ya que estos son los sirvientes y mensajeros de Inari, quien es quizá la más ocupada de los kami. Históricamente los japoneses le han ido rezando para prácticamente todo. En un principio se trataba de la diosa del arroz por lo que los granjeros le rezaban, pero luego los samurais, mercaderes y artesanos también le rezaban, y así continuó. Curiosamente parece que el sirviente ha reemplazado a la diosa, ya que la mayoría de las plegarias hoy en día van dirigidas al kitsune, quien luego se las pasa a Inari. A este se le deja tofu frito como ofrenda, ya que se trata de su comida favorita, y si la petición se cumple, se le coloca un pequeño delantal rojo a una de sus estatuas.

Ahora bien, el kitsune espiritual del tipo youkai que aquí tratamos no es blanco, es oscuro. Estos pueden transformarse o poseer a una persona y son sumamente traviesos. Este kitsune se asocia más a lo mundano (como casas), que a santuarios. Uno puede saber que tan poderoso y antiguo es un kitsune según su número de colas, ya que por cada cola este cuenta con un siglo de vida. Al llegar a las nueve colas, el nivel máximo, se trata de un ser muy sabio y poderoso. A los kitsunes podemos hallarlos en bosques o sitios abandonados, donde muchas veces los vemos como pequeñas flamas llamadas kitsune-bi (zorro de fuego), de las cuales hay que alejarse porque suelen perderlo a uno. Debido a su naturaleza traviesa muchos se han aprovechado de la cordialidad de las familias japonesas y han decidido irse a vivir bajo las casas, trayéndose consigo a todo su clan (74 kitsunes por lo general). Se dice que los mismos atraerán prosperidad, pero como es de imaginar resultan ser una gran carga económica para la familia ya que se les debe alimentar y tratar muy bien. De no ser así estos atraerán adversidad.

Los kitsunes andan siempre buscando con quien divertirse, se pueden ofrecer a ayudarlo pero en realidad solo lo meten a uno en más problemas, por lo que no son de fiar. Cuando estos poseen a alguien (kitsunetsuki), la persona muestra un comportamiento extraño, retorciéndose y ladrando como un zorro, se desgarra la ropa y corre por las calles. Además, hablan en un dialécto desconocido y desarrollan unas ansías desenfrenadas por comer tofu y fideos soba. Cuando esto sucedía se llamaba a un yamabushi (monje asceta) para que exorcisara al kitsune. Una táctica utilizada para que saliera de la persona era ofreciéndole una generosa cantidad de tofu frito, el cual se le dejaría en el santuario Inari más cercano, lo que generalmente funcionaba.

De todas las travesuras la que más disfrutan es engañar a los incautos al cambiar de forma, especialmente en bellas mujeres, colocándose una gran hoja o calavera en la cabeza. Los relatos de hombres que fueron llevados a la ruina por una mujer-zorro abundan. Pero también se da el caso en que la mujer-zorro también se enamora y forma una familia con un humano. Los hijos que nacen de esta relación suelen poseer habilidades extraterrenales, por lo que se cree que muchos hombres que fueron héroes eran hijos de kitsunes. Otro engaño que les fascina es dejar regalos o pagos que en realidad no tienen valor alguno. Por ejemplo, llegan a una tienda en su disfraz de persona (a veces se les puede ver la cola o un abultamiento en la ropa), a comer uno de sus platillos favoritos en grandes cantidades dejando así mucho dinero. A la mañana siguiente las personas se llevan una gran sorpresa al descubrir que el dinero es en realidad un montón de aserrín.

Si sucediera el caso de que uno sospeche que un(a) agradable extraño es en realidad un kitsune hay formas de detectarlos. Se le puede llevar a un sitio donde haya agua donde se reflejará su verdadera forma. Si no, podemos traer a un perro, ya que estos no se ven afectados por la ilusión, y este le ladrará eufórico asustando al kitsune. O se puede revisar el dinero con el que haya pagado, puede que este ya se haya transformado en aserrín o cualquier otro objeto. En la actualidad, con las nuevas telecomunicaciones, los japoneses idearon una forma de determinar si quien habla al teléfono es un kitsune al contestar con "moshi, moshi", ya que supuestamente les resulta imposible pronunciarlo.