En todo ambiente esotérico se reconoce a las diferentes leyes que son las reguladoras de nuestro plano, tanto físico, como espirituales, leyes estas que son irrefutables, donde ya en las antiguas escuelas esotéricas la reconocían, aceptaban y respetaban, tanto en el antiguo Egipto como en la antigua Grecia y que algunos reconocen a estas leyes como ¡Los siete principios Herméticos! (Ver el libro El Kibalión “Los Tres Iniciados”)

Estas leyes se manifiestan los distintos planos de vida, es el tipo de vibración que tiene o que le corresponde de acuerdo a la dimensión donde se manifieste, cuando más elevada es la dimensión, es a su vez más elevada la vibración, por lo tanto, es de mayor calidad espiritual o evolutiva y aún allí existe la Ley de Afinidad.

Estos “planos” por denominarlos de alguna manera, están sujetos al tipo de dimensión en la que se manifiestan.
Nuestro mundo y universo visible se manifiesta en la “ tercera dimensión”, que es lo que podemos ver y palpar, que es lo que conocemos como “mundo y universo físico”, y en una vibración mucho mayor, se encuentra la cuarta dimensión o “mundo de los espíritus”, este es un mundo mucho más sutil y receptivo que el mundo denso nuestro, donde el espíritu humano se encuentra en su plenitud espiritual, ya que este plano de vida no está doblegado por el peso de la carne, por lo tanto, el espíritu se encuentra con mayor libertad de acción, debido a que ya no posee el cerebro físico, el cual siempre está intentando doblegar al espíritu encarnado a las corrientes del animalismo humano y las fuerzas destructoras inferiores.

En cambio en este mundo espiritual, el espíritu al estar el en total libertad de acción, según su evolución, se junta con espíritus afines a él, ni siquiera en este plano de vida se evita o se ignora esta ley.

Los ocultistas experimentados en este tema, reconocen esta situación y según ese conocimiento, pueden invocar o poner en movimiento a las diferentes fuerzas espirituales, según la intención que estos tengan, hay un axioma Herético que dice: lo bueno atrae a lo bueno y lo malo atrae a lo malo.

Los espíritus amorosos y benefactores se juntan o aglomeran con la única intención de bien y el amor. Los espíritus malignos, traidores, tiranos, asesinos, como los espíritus de aquellos magos negros, que se niegan a su conversión hacia el bien, donde reniegan de Zambí (Dios) como el Creador de todo, también se aglomeran según la afinidad e intereses de estos, con aquellos que les son afines a ellos, los espíritus sensuales también, los que han dejado este mundo físico bajo la influencia de algún vicio, como el alcohol, las drogas, la carne, el sexo, etc. También se juntan según sus intereses e intenciones, esto expresa esta Ley de Afinidad o de “Simpatía”.

Por lo tanto, aquel ocultista conocedor de esta situación sabe como manipular estas fuerzas espirituales, usándolas para su beneficio, como para el beneficio de otras personas según el pedido.

Ahora bien, si volcamos nuestra atención en nuestro mundo, esta “ley de Afinidades” a la cual también se la conoce como “Simpatías” se manifiesta de diferentes maneras en nuestro mundo y según la interacción que nosotros tenemos con las demás personas, sentimos sus efectos, que en algunos casos puede ser de atracción o de repulsión.
A quién no le ha pasado que sin conocer a una persona, nos sentimos atraídos casi de inmediato a esta y no necesariamente esta atracción tiene que ser física, ni sexual, sino de amistad, de entendimiento, de estudio, etc.

Y de la misma manera pero de forma inversa, también si estamos con personas que nunca vimos o conocimos y nos encontramos por primera vez y sentimos una “repulsión o el querer alejarnos de ellos”, es por el mismo motivo, no existe Afinidad alguna entre nosotros y ellos, ya que no vibramos en la misma frecuencia, por lo tanto, nuestro sistema receptor primario el cual está relacionado con nuestro olfato, inconscientemente los rechaza, dando información a nuestro cerebro de tal efecto.

Y los sentidos espirituales se ponen en alerta por medio de los centros de fuerzas (Chakras) al sentirlos estos también, tanto el físico, como el espiritual reciben la información afín o no de la persona por medio de la emanación de las feromonas que son exhaladas por las glándulas sudoríficas y etéricas (sobre estas ultimas son la contraparte de las glándulas físicas, que están en el doble etérico de la persona).

Entonces nos preguntamos ¿Cómo funciona esta Ley de Afinidad?, en primer lugar la causa se encuentra a nivel espiritual, ya que si alguna persona siente algún tipo de atracción hacia otra, es debido a que estas tienen similares vibraciones, (situación que puede ser debido a que ya se conocen de otras vidas)

Si bien nuestro cuerpo físico no es el causante de esta vibración, sino que esta es emanada por nuestro Ego o espíritu. Esta emanación se debe a la vibración de este y se refracta al cuerpo físico y este la expele por medio de los centros de fuerzas (Chakras) y según el tipo de vibración del centro de fuerza (Chakra), es de donde proviene, no es lo mismo que esta vibración sea emanada desde el centro Raíz, que la que enana desde el centro solar, ya que esta ultima es de mucho mejor calidad espiritual.

Ahora aquí comienza otro tema, ya que quienes trabajan a nivel espiritual haciendo uniones de parejas, “amarres”, etc. Tienen que conocer el funcionamiento de esta ley, porque sino todo trabajo de esta índole, no tendrá resultado alguno si no existe afinidad con la otra persona y será un mero gasto de tiempo, elementos y dinero inútilmente y nada más

Quienes ejecutan estos tipos de trabajos, cada uno tiene diferentes técnicas para poder saber si la persona tiene afinidad o no con quien quiere hacer la unión, esto se logra por diferentes métodos, como los Búzios, etc.

Es por eso que la mayoría de las personas dicen “yo hice tal unión, endulzamiento o amarre y no pasó nada”, es debido a este problema, porque no se han fijado antes esto y que obviamente por una cuestión monetaria, por lo general no se fijan y hacen los trabajos igual, total después una vez que cobraron el dinero, o no los atienden más o los evitan, porque ya no tienen explicación para ello.

Volviendo al tema de como funciona esta Ley, la cual que también tiene distintos nombres, pero es solo una, también se la conoce como “Ley de Atracción, de los Semejantes, Simpatías”

En realidad y como hemos dicho en líneas anteriores, es uno de los siete principios Herméticos.

Cuando nos encontramos con personas que son afines a nosotros, nuestros órganos receptivos inconscientemente se ponen en alerta, principalmente nuestro olfato, el cual detecta la emanación de las feromonas que emana la otra persona, ya que también está sintiendo lo mismo que nosotros.

Nosotros también como especie también las emanamos, aunque la ciencia todavía debate este tema, en los animales en algunos casos por cuestiones de supervivencia y de procreación son emanadas a estos fines, o por situaciones específicas para la misma especie, como para otras, que hasta pueden ser de defensa, como de atracción.

Son “señales transmisoras” que en algunos animales las pueden sentir hasta en largas distancias transportadas por el aire, en cabio la especie humana las puede sentir solo a unos pocos metros de distancia y nada más.

Este “mensaje químico” se ajusta al tipo de vibración especial de cada persona, y si esta no tiene la misma frecuencia vibratoria, en vez de atraerse entre sí, se repelen entre ellos.

Muchas especies de plantas y animales utilizan diferentes aromas o mensajes químicos, como medio de comunicación y casi todas envían uno o varios códigos por este medio, tanto para atraerse o rechazarse sexualmente, como para otros fines.

En cambio los Humanos las exhalan por las glándulas sudoríficas y las manos, hay perfumes (los más caros) que tienen este producto en su formula química y también hay personas que las usan tanto para atraer a otras personas, como para armonizar un ambiente, donde puede ser a modo de ejemplo una reunión de directorio, un conjunto de personas incluso dentro de sesiones espiritistas, laborales, cuando alguien va a negociar algo, etc.

Quienes las usan para estos fines, siempre deben estar en contacto con los demás a muy poca distancia, y la persona se evidencia porque mueve mucho las manos cuando habla, porque es allí donde concentra esta hormona por medio de los perfumes, en el esoterismo también existen distintos preparados con hormonas, que también tiene distintos fines, como uniones, o armonizar a otros por este medio, también algunos las usan a nivel mediúmnico para una mejor incorporación, ya que el espíritu protector sea del Umbanda o de Kimbanda está al lado del médium porque son afines sino no estaría con él y esta sustancia estimula y armoniza esta afinidad, entre el espíritu y el médium, por lo tanto, quien tiene afinidad con esta persona se siente atraída hacia ella, en estos casos mencionados, son casos causados conscientemente por aquellos que saben como actúa y de la misma manera lo saben aquellos “magos” que usan la Lay de Afinidades para unir a otros, por medio de trabajos, ya que son muy duchos en esto y si descubren si la otra personas tiene afinidad, ejecuta el trabajo espiritual y una vez ejecutado el trabajo, de inmediato actúa por medio de espíritus conocedores del tema en lo referente a seducción y ellos son los que por medios metafísicos ponen o activan en mayor medida estos centros de fuerzas obligándolo a desplegar más de esta hormona de lo normal, y si la persona es muy afín a la otra el resultado es casi de inmediato.

Por lo tanto, la Lay de Afinidades o de Simpatías, está íntimamente ligada a todos esos conjuntos de elementos: La vibración del espíritu o del Ego, la relación entre los espíritus a raíz de que se encuentran en la misma frecuencia vibracional o no, y la interacción entre el cuerpo físico y su contraparte espiritual o doble etérico, donde el primero (el cuerpo físico) es el refractor de la vibración o correspondencia del doble etérico (cuerpo espiritual) por medio de la combustión y emana esta sustancia tan rara para nosotros las “feromonas”.

Axé Daniel de xangó Aganjú.