El poder que ejerce la Luna en los rituales y conjuros celebrados con velas (y en todo tipo de ritos ancestrales) es muy importante. Por este motivo conviene destacar que cada una de las ceremonias mágicas debe realizarse en la fase lunar más conveniente.

CUARTO CRECIENTE
Es el período en el cual la luna nueva aumenta paulatinamente de tamaño hasta llegar a la luna llena. Esta es la fase más indicada para realizar todo tipo de invocaciones positivas y todos aquellos conjuros relacionados con la buena suerte, el amor y el deseo sexual.

LUNA LLENA
En esta fase aumentan las posibilidades de percepción de las personas que tienen ciertos Poderes extrasensoriales y es también la más indicada para realizar las invocaciones relativas a la fertilidad y a las capacidades de adivinación.

CUARTO MENGUANTE
Este es el período en el cual la luna llena va disminuyendo de tamaño hasta llegar a la luna nueva. Es la fase mas indicada para realizar todo tipo de invocaciones negativas y para contrarrestar los efectos que hayan causado o que estén en vías de causar los conjuros maléficos, los problemas de salud, las enfermedades y, en definitiva, todos aquellos aspectos indeseables tanto física como emocionalmente del propio ser o de la persona hacia la que se dirija la ceremonia ritual.

LUNA NUEVA
En esta fase lunar no es conveniente realizar ningún tipo de conjuro puesto que la Luna, al ser invisible para las personas, es como si no existiera. No puede ejercer ningún efecto beneficioso, aunque tampoco sea un obstáculo para la iniciación de rituales mágicos.