He querido aprovechar para compartir fragmento del libro que estoy traduciendo que habla sobre las anécdotas vividas en el transcurso de cierta parte de la vida del médium Chico Xavier.
La medicación por la fe
La joven abatida, en un acceso de toses, llegó a “Luiz Gonzaga” con la receta medica. Estaba tuberculosa, dos hemoptisis ya habían surgido como horrible presagio, el doctor indicó remedios, mientras tanto…
-Chico (dice la enferma) el medico me atendió y aconsejó usar ésta recepta por treinta días… pero, no tengo dinero ¿usted podría conseguirme unas pocas monedas?
El médium respondió con buena voluntad:
-Hija mía, hoy no tengo… y mi pago en el servicio aún está lejos…
-¿Qué debo hacer? Estoy desorientada…
Chico pensó, pensó y le dijo:
-Usted pida a nuestra madre santísima socorro y el socorro no le faltará.
-¿A qué hora usted debe hacer la medicación?
-En la mañana y a la noche.
-Entonces usted corte la receta en sesenta pedacitos, deje un poco de agua pura en la mesa, en su casa y en el momento de usar el remedio, ruegue la protección de María Santísima. Tome un pedacito de la receta con el agua bendecida en memoria de ella y repitiendo eso dos veces por día, en el horario determinado, sin duda, por la fe, usted habrá usado la receta.
La enferma agradeció y salió. Pasado un mes, la joven emergió en el centro, ruborizada y rehecha.
-¡Oh! ¿Es usted? (dice el médium).
-Si Chico, soy yo. Pedí el socorro de nuestra madre santísima, tragué los pedacitos del papel de la receta y estoy perfectamente buena.
-Entonces hija mía, vamos a rendir gracias a Dios y pasaron los dos a la oración.
-Chico (dice la enferma) el medico me atendió y aconsejó usar ésta recepta por treinta días… pero, no tengo dinero ¿usted podría conseguirme unas pocas monedas?
El médium respondió con buena voluntad:
-Hija mía, hoy no tengo… y mi pago en el servicio aún está lejos…
-¿Qué debo hacer? Estoy desorientada…
Chico pensó, pensó y le dijo:
-Usted pida a nuestra madre santísima socorro y el socorro no le faltará.
-¿A qué hora usted debe hacer la medicación?
-En la mañana y a la noche.
-Entonces usted corte la receta en sesenta pedacitos, deje un poco de agua pura en la mesa, en su casa y en el momento de usar el remedio, ruegue la protección de María Santísima. Tome un pedacito de la receta con el agua bendecida en memoria de ella y repitiendo eso dos veces por día, en el horario determinado, sin duda, por la fe, usted habrá usado la receta.
La enferma agradeció y salió. Pasado un mes, la joven emergió en el centro, ruborizada y rehecha.
-¡Oh! ¿Es usted? (dice el médium).
-Si Chico, soy yo. Pedí el socorro de nuestra madre santísima, tragué los pedacitos del papel de la receta y estoy perfectamente buena.
-Entonces hija mía, vamos a rendir gracias a Dios y pasaron los dos a la oración.
Advierto que ésto no es para reproducir la receta, Chico fue un médium formado con mucho sacrificio y en su vida todas las lecciones vinieron con una buena dosis de sufrimiento, es para reflexionar, para compartir, para aprender, él sabía cual sería el resultado.
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.