Puede practicarlo de pie, sentado o tumbado.
• Primer paso.
Para empezar, tense todos los músculos de sus pies y de sus tobillos.
• Segundo paso.
Sin relajar la tensión de los pies, tense los músculos de las pantorrillas.
• Tercer paso.
De forma parecida, tense los músculos de los muslos, de las caderas, del estómago, del pecho, de la espalda, de los brazos, de las manos, de la nuca y de la cabeza. En otras palabras, tense todos los músculos de su cuerpo empezando por los pies y acabando por la cabeza. Mantenga su cuerpo en este estado absolutamente tenso sólo durante unos cinco a diez segundos.
• Cuarto paso.
De repente, relaje todos los músculos a la vez. Deje que su cuerpo se afloje tanto como se lo permita la posición en que se encuentre.
• Quinto paso.
Con la mente, «busque» en su cuerpo cualquier resquicio de tensión. Ponga especial atención en la nuca, la frente, los hombros, el estómago y la parte inferior de la espalda. Si descubre algún tipo de tensión, envíe inmediatamente el «brillo dorado» del Ritual de Relajación hacia la parte afectada, y la tensión desaparecerá.
Precaución:
Esta técnica es fisiológica además de psicológica. El cambio repentino en la tensión muscular y su liberación también repentina podrían provocar—en muy pocas personas—, un espasmo muscular conocido popularmente como calambre. Si le ocurre esto deténgase inmediatamente y masajee intensamente la zona hasta que cese el espasmo. Luego, realice el Ritual de Relajación normal lo antes posible. Si es usted una de las personas afectadas de calambres, no se avergüence y deje de practicar esta técnica. Una vez que su cuerpo se haya acostumbrado al cambio repentino en la tensión muscular, los espasmos cesarán y dispondrá usted de un sistema rápido y maravilloso para relajarse y reducir el estrés.