La membresía está limitada a varones adultos, mayores de 21 años, quienes puedan satisfacer los requerimientos reconocidos y los niveles de carácter, así como su reputación. Un hombre llega a ser Masón por su propia y libre voluntad. A nadie se le pide que se una a la masonería, cuando un hombre busca ser admitido en una Logia Simbólica, es por escogencia totalmente suya, el solicitante, para ser recibido francmasón, deberá ser recomendado por dos Maestros masones de una Logia, pasando luego por una votación, la cual deberá ganar en forma unánime. Además, deberá tener una solvencia moral y estar física y mentalmente competente para poder realizar la ayuda requerida por sus semejantes, y poseer una Fé indisoluble en el Ser Supremo.