Porque preferimos o rechazamos los colores

Cuando vemos un color, consciente o inconscientemente los clasificamos. Me gusta o no me gusta. Hacemos lo mismo con un conjunto de colores. El porqué ocurre esto es por que tenemos asimilado, desde pequeños, asociaciones emocionales con los distintos colores. La sensación de color va acompañada de un complejo de sensaciones, táctiles, auditivas y aromáticas.
De bebés aprendemos a distinguir los contrastes, entre lo claro y lo oscuro. Progresivamente, vamos descubriendo las diferencias entre los tonos de color.

La importancia del lenguaje para distinguir colores
Con el lenguaje, también aprendemos los nombres de los tonos básicos existentes en la sociedad que nos rodea. Cada grupo de individuos vive rodeado de realidades distintas. Estas ofrecen tonalidades y matices de color particulares. A propósito del lenguaje existe cierta dificultad al hablar de un color concreto, puesto que en cada lengua tiene connotaciones particulares y tonalidades distintas.
Cuando maduramos, ya tenemos desarrollada toda una simbología en torno a los colores. Si pensamos en algo azul, nos viene a la mente el cielo, el mar o aquello azul que nos resulte familiar.

También en la propia imagen mental, recordamos olores, sensaciones táctiles o auditivas. Cada color ya tiene su sensación, su tacto, olor, mito, tradición etc.

Existen matices de color que no conocemos, o que nos pasan absolutamente desapercibidos. Si observamos dos verdes de matices similares, al principio podemos verlos incluso iguales. Pero con la atenta observación logramos diferenciarlos. Con el tiempo, quedan grabados en nuestra mente.

Los colores representan emociones

Las sensaciones provocan emociones. Las emociones, que fisiológicamente hablando, son sustancias químicas liberadas por las diferentes glándulas endocrinas, ejercen una influencia somática. Así se liga la mente y el cuerpo. Lo que sentimos, lo somatizamos con el mismo grado de intensidad. Nuestro cuerpo siempre intenta compensar lo que nuestras emociones sienten, a base de liberar sustancias en el torrente sanguíneo.
Cuando preferimos un color es básicamente porque nos "sienta" bien. Lo contrario, significa el rechazo a ese color. Los motivos pueden ser diversos. Como por ejemplo, experiencias asociadas a un color o varios colores determinados. Recuerdo una vez a una señora que rechazaba el color verde. Descubrí que tenía experiencias negativas en el baño de su casa, el cual estaba alicatado con baldosas de color verde.
Si un color nos atrae, bien puede ser por afinidad hacia esa sensación. También por la necesidad que ese tono de color representa para nosotros. Lo que nos faltaría. Lo que nos gustaría que fuese.

Significado del color objetivo y subjetivo

Los colores tienen un significado objetivo, como demostró Max Lüscher. Pero también tienen un significado subjetivo, que es el que el aquel momento representa para nosotros ese color: nos gusta, nos repele, nos causa indiferencia.
Lüscher indicó en sus tests cuáles eran los cuatro colores básicos psicológicos. El Azul oscuro, que representa la "profundidad de sentimiento" y las relaciones, el verde (con algo de azul) que representa la "constancia de voluntad" el control interno y la capacidad de disfrutar, el rojo (con algo de amarillo) que representa la "fuerza de voluntad" la actividad la iniciativa y la reacción ante los desafíos, y el amarillo (claro) que representa la "espontaneidad" y la espectativa, la o anticipación, la proyección hacia el futuro.

Cromoterapia y test de los colores

Estas deducciones me han llevado a la conclusión de que la cromoterapia provoca efectos significativos, de forma importante, a través de la visión.
Es difícil constatar modificaciones sustanciales en valores clínicos fisiológicos, en experimentos donde se ha expuesto la luz sobre la piel, aislada de la visión. Sin embargo, llevados a cabo estos tratamientos, se ha producido una mejoría en los síntomas de las personas tratadas. Aún con diversas metodologías, algunas muy dispares en cuanto a uso del color, tiempos, y zonas de aplicación. Lo cual me puede llevar a pensar que existe quizás un efecto placebo provocado por la creencia o fe de la persona en el tratamiento, o bien que el método seguido ha sido acertado.
Cuando las luces coloreadas se aplican a los ojos, teniendo en cuenta que la luz no sea dañina para la vista, o si se observan los colores ambientalmente, los efectos globales de aumento de bienestar se han producido en todos los casos. La reducción de los síntomas, la desaparición de malestares se ha constatado con tozudez.
No me refiero a enfermedades congénitas, o enfermedades graves o terminales. Si no más bien al estadio inicial de una enfermedad "accidental" principalmente ligada al estrés, bajas defensas, y a la somatización de las tensiones mentales. A la atenuación de los síntomas o desaparación, más que a un efecto terapéutico concreto sobre una enfermedad.

Conclusión
Cromoterapia con efecto psicosomático


Creo que puede ser posible que debido a las sensaciones que nos provocan los colores, cuando observamos los colores que necesitamos en ese momento, éstos provocan una serie de reacciones en cadena sobre nuestro organismo que resultan positivas para el conjunto. Somatizando lo que nos aporta ese color, en toda su interiorizada simbología.
Recordemos que está comprobado empíricamente la relación entre el color y su significado psicológico, y que también sabemos de la somatización del estrés. Incluso que nuestro cerebro es "engañado" por sus sentidos, y cuando vemos un deportista ejecutando su deporte, se activan en nuestro cerebro los mismos mecanismos que se producirían si lo estuviéramos practicando nosotros mismos. Algunos estudios dicen que si nos imaginamos haciendo deporte, tal y como lo haríamos si fuera real, se produce una mejora en el tono de nuestra musculatura.
Quizás sea ese efecto comprobado el que lleve a que las luces de colores al entrar en contacto con nuestra visión transmitan mensajes deseables para nuestro organismo en forma de ondas y éste traduzca esas ondas en frecuencias eléctricas que reduzcan el nivel de estrés, reduciendo así los desequilibrios hormonales o de sustancias relacionadas con los síntomas que presentemos.

¿Tiene futuro la cromoterapia mediante luces de colores?

Creo que el futuro de la cromoterapia, entendida aquí como el uso de los colores visibles por el ojo humano en el espectro de la luz, va dirigido a este tipo de acciones holísticas, dedicadas a tratar de reequilibrar nuestro organismo como un conjunto, y de efecto psicológico para patologías leves, más que para tratar enfermedades concretas fisiológicas.
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