ORACIÓN I

¡Oh, Padre Celestial! que concediste a Juan Diego ser el confidente de la Virgen de Guadalupe y asistir al nacimiento de la fe en nuestra Patria, te pedimos, por su intercesión, que socorras a los más necesitados.

Consuela a los enfermos de alma y cuerpo y concede que el Pueblo Mexicano, unido por la fuerza del amor a nuestra Dulce Madre del Tepeyac, haga de cada uno de sus hogares un templo vivo en donde adoremos a Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.

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ORACIÓN II

Tú que fuiste elegido por Nuestra Señora de Guadalupe como instrumento para mostrar a tu gente y al mundo que el camino del cristiano es uno de amor, compasión, comprensión, valores, sacrificios, arrepentimiento de nuestros pecados, aprecio y respeto por la creación de Dios, y por encima de todo, uno de humildad y obediencia. Tú, quien ahora sabemos que estás en el Reino de nuestro Señor y cerca de nuestra Madre, sé nuestro ángel y protégenos, quédate con nosotros mientras luchamos en esta vida moderna sin saber, la mayor parte del tiempo, donde fijar nuestras prioridades. Ayúdanos a orar a Dios, por medio del Corazón de nuestra Señora de Guadalupe hacia el Corazón de Jesús, para obtener los dones del Espíritu Santo y usarlos para el bien de la humanidad y el bien de nuestra Iglesia. Amén

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ORACIÓN III

Oh San Juan Diego, en las apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe, tu, un humilde pastor, fuiste elegido como mensajero de Ella

Tu completa lealtad en esta tarea es aún evidente hoy en día, en la milagrosa imagen que la Virgen dejó en la tilma.

Intercede por mi, te suplico, para que pueda tener tu confianza infantil en la Madre de Dios y para que mi corazón pueda responder a sus maternales inspiraciones.

Por medio de una simple confianza, obediencia y amor, espero un día poder unirme a ti y compartir la felicidad que nunca se acaba, ahí donde nuestra celestial Madre reina en la gloria de su Hijo. Amén.

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ORACIÓN IV

Juan Diego, gracias por el mensaje evangelizador que con humildad nos has entregado.

Gracias a ti sabemos que la Virgen Santísima de Guadalupe es la Madre del verdadero Dios por quien se vive y es la portadora de Jesucristo que nos da su Espíritu que vivifica a nuestra Iglesia.

Gracias a ti sabemos que Santa María de Guadalupe es también nuestra Madre amorosa y compasiva, que escucha nuestro llanto, nuestra tristeza; porque Ella remedia y cura nuestras penas, nuestras miserias y dolores.

Gracias al obediente cumplimiento de tu misión sabemos que Santa María de Guadalupe nos ha colocado en su corazón, que estamos bajo su sombra y resguardo, que es la fuente de nuestra alegría, que estamos en el hueco de su manto, en el cruce de sus brazos.

Gracias Juan Diego por este mensaje que nos fortifica en la Paz, en la Unidad y en el Amor.