SANTA BARBARA, Virgen y Mártir (fecha desconocida)
“En la época del reinado de Maximiano, había un hombre muy rico llamado Dióscoro, que adoraba y veneraba a los ídolos. Dióscoro tenía una hija llamada Bárbara. Para que ningún hombre pudiera ver la gran belleza su hija, Dióscoro construyó una torre alta y bien defendida y encerró en ella a la joven. Muchos príncipes fueron a ver a Dióscoro, para solicitar la mano de su hija. Dióscoro fue a ver a Bárbara y le dijo: Hija mía, ciertos príncipes han venido a verme para pedirme tu mano. Por ello te ruego que me comuniques tus intenciones y me digas que quieres hacer. Entonces
Santa Bárbara, se voltio, muy irritada, hacia su padre y le dijo: Padre mío, te ruego que no me obligues a casarme, pues ni lo deseo ni he pensado siquiera en ello. …Poco después, Dióscoro salió de la torre y se fue un país lejano, donde permaneció largo tiempo.
Entonces
Santa Bárbara, la doncella de nuestro señor Jesucristo, bajo de la torre a ver unas termas que su padre estaba construyendo. Al punto, se dio cuenta que sólo había dos ventanas, una hacia el norte y la otra hacia el sur, lo que la sorprendió y maravilló sobremanera. Preguntó a los obreros por qué no habían puesto más ventanas. Ellos le respondieron que su padre lo había dispuesto y ordenado así. Entonces
Santa Bárbara les dijo: Hacedme ahí otra ventana… En esas termas la
santa doncella fue bautizada por un hombre de Dios, y ahí vivió algún tiempo. Siguiendo el ejemplo del santo precursor del Señor, San Juan Bautista, sólo comía miel y langostas. En las termas, como en la piscina de Siloé, los ciegos de nacimiento recobran la vista… Un día, la bendita doncella subió a la torre y vio a los ídolos que su padre solía adorar y venerar. Súbitamente la joven recibió la Luz del Espíritu Santo y adquirió una sutileza y claridad maravillosas en el amor de Jesucristo, ya que Dios Todopoderoso la revistió de gloria soberana y acrisolada castidad. La
santa virgen Bárbara, fortalecida con la fe, venció al demonio. En efecto, en cuanto vio los ídolos, escupió despectivamente sobre ellos, diciendo “Todos aquellos a los que vosotros habéis inducido en error y creen en vosotros serán como vosotros”. En seguida se retiró y alabó al Señor en la torre.
Y cuando la obra estaba ya terminada, su padre regresó de su viaje. Cuando vio que había tres ventanas, preguntó a los obreros: ¿Por qué habéis hecho tres ventanas? Y ellos respondieron: Porque tu hija nos lo ordenó. Entonces Dióscoro, mandó a llamar a su hija y le preguntó por que había mandado hacer tres ventanas, a lo que ella respondió: Mandé que hicieran tres ventanas, porque tres ventanas dan luz a todo el mundo y todas las criaturas, en tanto que dos ensombrecen el universo. Entonces su padre se dirigió con ella a las termas, y le preguntó en el camino cómo era que tres ventanas daban más luz que dos. Y
Santa Bárbara, respondió: “Esas tres ventanas representan claramente al Padre, al hijo y al Espíritu Santo, los cuales son tres Personas y un solo DIOS, en el que debemos creer y al que debemos adorar. Entonces Dióscoro, lleno de cólera, sacó allí mismo su espada para matarla. Pero la
santa virgen se puso en oración y, al punto, fue milagrosamente trasladada a una lejana roca de la montaña. Dos pastores que guardaban ahí sus ovejas la vieron volar… Pero su padre subió a buscarla y, tomándola de los cabellos, la arrastró monte abajo y la encerró a toda prisa en la prisión… Entonces, el juez se sentó a juzgarla. Viendo la gran belleza de Bárbara, le dijo: Así pues elige entre sacrificar a los dioses y salvar tu vida, o morir cruelmente torturada.
Santa Bárbara respondió: Me ofrezco en sacrificio a mi DIOS Todopoderoso, creador del cielo y la tierra y de todas las cosas…
Después de ser apaleada, la
santa tuvo una visión del Señor, en su mazmorra. Más tarde, fue nuevamente azotada y torturada. Y el juez mandó que fuese decapitada por la espada. Y entonces su padre muy enojado, la arrebató de manos del juez y la condujo a la cumbre de una montaña. Y
Santa Bárbara, se alegró al ver que se aproximaba el momento en que iría a recibir el premio de su victoria. Y mientras su padre la arrastraba a la montaña, ella hizo su oración, diciendo: Señor Jesucristo, Creador del cielo y de la tierra, le ruego que me concedas tu gracia y escuches mi oración por todos aquellos que recuerden tu nombre y mi martirio. Te suplico que olvides sus pecados, pues tú conoces nuestra fragilidad. Entonces oyó una voz del cielo que le decía: Ven Bárbara, esposa mía, ven a descansar en la morada de Dios mi Padre, que está en los cielos. Yo te concedo lo que acabas de pedirme. Y después de oír estas palabras, se acercó a su padre y recibió la corona del martirio junto con
Santa Juliana. Y, cuando su padre bajaba de la montaña, un fuego del cielo descendió sobre él y le consumió, de suerte que sólo quedaron las cenizas de su cuerpo. Esta bienaventurada virgen,
Santa Bárbara, recibió la corona del martirio con
Santa Juliana, el segundo día de las nonas de diciembre. Un noble llamado Valentino, sepultó los cadáveres de las dos mártires en un pueblecito donde obraron muchos milagros para gloria y alabanzas de Dios Todopoderoso.
Así cuenta la “Leyenda Dorada” la historia de una de las Santas más populares de la Edad Media. Sin embargo, es muy dudoso que la virgen y mártir Bárbara, haya existido jamás y es cosa cierta que la leyenda es espuria. Los martirologios antiguos no mencionan a
Santa Bárbara; su leyenda no es anterior al siglo VII, y su culto no se popularizó sino hasta el siglo IX. La época y el sitio del martirio varían según las diferentes versiones, que hablan de Toscaza, Roma, Antioquia, Heliópolis y Nicomedia.
Santa Bárbara, es una de los catorce Santos Protectores. Se le invoca contra el rayo y el fuego. Por asociación, es también patrona de los artilleros, ingenieros militares y mineros, posiblemente debido al género de muerte del padre de la
santa. El incidente de las tres ventanas que mandó a construir a los obreros de las termas, así como la torre que suela representarse en las pinturas de
Santa Bárbara, han hecho de ella la patrona de los arquitectos, constructores y albañiles. La oración que la
santa hizo en el momento de su muerte dio origen a la idea de que protege especialmente a quienes se hallan en peligro de morir sin sacramentos.
Casi todos los autores están de acuerdo en afirmar que el original de la leyenda fue escrito en griego. No existen vestigios de culto antiguo de la
Santa, de suerte que hay que considerar la leyenda como una simple novela. Existen numerosas versiones en latín, sirio y otros idiomas.
BIBLIOGRAFÍA: VIDAS de los SANTOS de BUTLER
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"Que el Gran AMOR Infinito de el DIOS UNO Padre-Madre te envuelvan en la Suprema LUZ Divina. "