Toda persona de acuerdo a su comportamiento terrenal y espiritual va ganando luces espirituales que las utiliza para sus trabajos terrenales y le ayudan en su vida diaria y también va ganando escalas estas son muy importantes porque ellas nos acercan a los espíritus de alta luz.
Cuando una persona trasporta, su alma no abandona el cuerpo, porque la única forma que el alma abandone el cuerpo es por medio de la muerte; lo que realmente pasa es que el alma se eleva dependiendo de las escalas que ha ganado la materia, en este momento la materia entra en un trance y es cuando el espíritu de luz se incorpora en el médium y se da la comunicación, este va a controlar todo movimiento, palabras y acción que haga la materia, el alma siempre estará conectada con la materia por medio del peri-espíritu.
Es algo similar a lo que ocurre cuando una persona duerme, su alma puede viajar o elevarse y muchos de estos viajes se convierten en sueños, pesadillas o revelaciones en ese momento usted puede comunicarse ya que ocurre un proceso similar a la transportación, pero cuando esta persona se despierta el alma vuelve inmediatamente ¡Alguna vez en tu vida, después que te acuesta te sientes que flotas y después te ves durmiendo en tu cama!.
Mientras mas escalas tenga la materia, mas se podrá elevar el alma, mejor será la comunicación y mejor serán los trabajos efectuados por los espíritus.
Todos los espíritus al igual que nosotros tienen escalas, pero por supuesto las escalas de los espíritus de alta luz son sumamente grandes y nunca una persona terrenal se podrá elevar tanto.
No todos los médium experimentan las mismas sensaciones cuando entran en trance; unos notan como su cuerpo, lengua, brazos y cabeza es dirigido por otro ser y no obedecen a su propia voluntad; otros sienten una sensación como si fuesen a morir, un zumbido en los oídos y como se desvanecen. En unos casos se recuerda todo lo que ha ocurrido durante el proceso y en otros no.
Normalmente el médium oye la voz del espíritu o recibe sus mensajes por telepatía y éste lo traduce como si de un intérprete se tratara. Asimismo el médium puede ver el cuerpo astral del espíritu que se presenta durante su trance pudiendo llegar a describirlo con todo detalle.
El espíritu habla a través del médium utilizando la voz de éste, pero nunca coincide con su propio timbre de voz ni siquiera con su lenguaje o forma de expresión, gestos, etc., si no con los de la persona difunta que se está manifestando a través de él.
Cuando una persona trasporta, su alma no abandona el cuerpo, porque la única forma que el alma abandone el cuerpo es por medio de la muerte; lo que realmente pasa es que el alma se eleva dependiendo de las escalas que ha ganado la materia, en este momento la materia entra en un trance y es cuando el espíritu de luz se incorpora en el médium y se da la comunicación, este va a controlar todo movimiento, palabras y acción que haga la materia, el alma siempre estará conectada con la materia por medio del peri-espíritu.
Es algo similar a lo que ocurre cuando una persona duerme, su alma puede viajar o elevarse y muchos de estos viajes se convierten en sueños, pesadillas o revelaciones en ese momento usted puede comunicarse ya que ocurre un proceso similar a la transportación, pero cuando esta persona se despierta el alma vuelve inmediatamente ¡Alguna vez en tu vida, después que te acuesta te sientes que flotas y después te ves durmiendo en tu cama!.
Mientras mas escalas tenga la materia, mas se podrá elevar el alma, mejor será la comunicación y mejor serán los trabajos efectuados por los espíritus.
Todos los espíritus al igual que nosotros tienen escalas, pero por supuesto las escalas de los espíritus de alta luz son sumamente grandes y nunca una persona terrenal se podrá elevar tanto.
No todos los médium experimentan las mismas sensaciones cuando entran en trance; unos notan como su cuerpo, lengua, brazos y cabeza es dirigido por otro ser y no obedecen a su propia voluntad; otros sienten una sensación como si fuesen a morir, un zumbido en los oídos y como se desvanecen. En unos casos se recuerda todo lo que ha ocurrido durante el proceso y en otros no.
Normalmente el médium oye la voz del espíritu o recibe sus mensajes por telepatía y éste lo traduce como si de un intérprete se tratara. Asimismo el médium puede ver el cuerpo astral del espíritu que se presenta durante su trance pudiendo llegar a describirlo con todo detalle.
El espíritu habla a través del médium utilizando la voz de éste, pero nunca coincide con su propio timbre de voz ni siquiera con su lenguaje o forma de expresión, gestos, etc., si no con los de la persona difunta que se está manifestando a través de él.