387.- ¿Cuál es la mayor necesidad del médium?
La primera necesidad del médium es evangelizarse a sí mismo antes de entregarse a las grandes tareas doctrinarias, pues, de otro modo podrá siempre tropezar con el fantasma del personalismo, en detrimento de su misión.
389.- ¿La mediumnidad puede ser retirada en determinadas circunstancias de la vida?
Los atributos medianímicos son como los talentos del Evangelio. Si el patrimonio divino es desviado de sus fines, el mal siervo se torna indigno de la confianza del Señor del cultivo de la verdad y del amor. Multiplicados en el bien, los talentos mediúmnicos crecerán para Jesús, bajo las bendiciones divinas; todavía, si sufren el insulto del egoísmo, del orgullo, de la vanidad o de la explotación inferior, pueden dejar el intermediario de lo invisible entre las sombras pesadas del estacionamiento en las más dolorosas perspectivas de expiación, en vista del crecimiento de sus
deudas irreflexivas.
392.- ¿Pude contar un médium, de manera absoluta, con sus guías espirituales, dispensando los estudios?
Los mentores de un médium, por más dedicados y evolucionados, no le podrán cohibir la voluntad ni apartarle el corazón de las luchas indispensables de la vida, en cuyos beneficios todos los hombres rescatan el pasado delictuoso y oscuro, conquistando méritos nuevos.
El médium tiene obligación de estudiar mucho, observar intensamente y trabajar en todos los instantes por su propia iluminación. Solamente de ese modo podrá habilitarse para el desempeño de la función que le fue confiada, cooperando eficazmente con los Espíritus sinceros y devotados al bien y a la verdad.
Si un médium espera mucho de sus guías, es lícito que sus mentores espirituales esperen muchote su esfuerzo. Y como todo progreso humano, para ser continuado, no puede prescindir de sus
bases ya edificadas en el tiempo y en el espacio, el médium debe entregarse al estudio, siempre que sea posible, creando el hábito de convivir con el espíritu luminoso y benéfico de los instructores de la Humanidad, bajo la égida de Jesús, siempre vivos en el mundo, a través de sus libros y de su ejemplificación.
La costumbre de aguardar todo de un guía puede transformarse en un vicio detestable, debilitando las posibilidades más preciosas del alma. Llegándose a esa desvirtuación, alcanza el declive de las falsedades y de las extravagancias doctrinarias, tornándose el médium negligente y liviano responsable por el desvío de su tarea sagrada.
393.- ¿Cómo entender la obsesión? ¿Es prueba inevitable, o accidente que e pueda apartar fácilmente, anulando sus efectos?
La obsesión es siempre una prueba, nunca un acontecimiento eventual. En su examen, con todo, necesitamos considerar los méritos de la víctima y la dispensa de la misericordia divina a todos los que sufren.
Para atenuar o apartar sus efectos, es imprescindible el sentimiento del amor universal en el corazón de aquel que habla en nombre de Jesús. No bastarán las fórmulas doctrinarias. Es indispensable la dedicación, por la fraternidad más pura. Los que se entregan a la tarea de la cura de las obsesiones precisan ponderar, antes que todo, la necesidad de iluminación interior del médium perturbado, por cuanto en su educación espiritual reside la propia cura. Si la ejecución de ese esfuerzo no se efectúa, tened cuidado, porque, entonces, los efectos serán extensivos a todos los centros de fuerza orgánica y psíquica. El obsesionado que entrega el cuerpo, sin resistencia moral, a las entidades ignorantes y perturbadas, es como el artista que entregase su violín precioso a un malhechor, el cual, un día, podrá renunciar a la posesión del instrumento que no le pertenece, dejándolo destruido, sin que el legítimo pero descuidado dueño, pueda utilizarlo en las finalidades sagradas de la vida.
394 ¿Será siempre útil, para la curación de un obsesionado, el adoctrinamiento del Espíritu perturbado, por parte de un espiritista convicto?
La cooperación del compañero vale mucho y hace siempre gran bien, principalmente al desencarnado; pero la cura completa del médium no depende tan sólo de ese recurso, porque, si es fácil, a veces, el esclarecimiento de la entidad infeliz y sufridora, el adoctrinamiento del encarnado es lo más difícil de todo, en vista de requerir los valores de su sentimiento y de su buena voluntad, sin lo cual la curación se vuelve imposible.
395.- ¿Puede la obsesión convertirse en locura?
Cualquier obsesión puede convertirse en locura, no sólo cuando la ley de las pruebas así lo exige, como también en la hipótesis de que el obsesionado se entregue voluntariamente al asedio de las fuerzas nocivas que lo rodean, prefiriendo ese género de experiencias.