En la acogedora tierra llanera de San Fernando de Apure existe esta ánima cuya notoriedad data de largo tiempo, Para unos fue un soldado del General José Antonio Páez que murió peleando en el lugar; para otros perteneció a las montoneras que en esta población combatieron contra "el ejército de línea del gobierno", y las cuales estuvieron comandadas por Ubaldino Arriaga Perdomo, Pedro Fuentes, al que apodaban "Quijá de Plata", aquél valiente general de nombre Marcial Azuaje, apodado "cuello de Pana" y por el no menos célebre "Piquijuye", Este soldado murió en ese lugar y dicen que estuvo enredado en los hilos de una empalizada varios días: "... y ni los zamuros lo tocaron". De ahí viene su santidad y el entrar a formar parte de las ánimas intercesoras.