TOMADO DE LA WEB.

"‑La premisa de los chamanes es que para llenar algo, hay que crear un espacio donde ubicarlo ‑me di­jo‑. Si estás repleto de todos los detalles de la vida coti­diana, no hay espacio para nada nuevo. Ese espacio hay que construirlo. ¿Comprendes? Los antiguos chamanes creían que la recapitulación de tu vida creaba ese espa­cio. Lo crea y mucho más, por supuesto.

»Los chamanes llevan a cabo la recapitulación de una manera muy formal ‑continuó‑. Consiste en escribir una lista de todas las personas que han conocido, desde el presente hasta el mismo principio de la vida. Una vez que hicieron esa lista, toman a la primera persona que aparece y recuerdan todo lo que pueden acerca de esa persona. Y quiero decir todo; cada detalle. Es mejor re­capitular desde el presente hacia el pasado porque los recuerdos del presente están vivos, y de esa manera, la habilidad para recordar se afila. Lo que hacen los practi­cantes es recordar y respirar. Inhalan lenta y delibera­damente, abanicando la cabeza de derecha a izquierda, en un vaivén casi imperceptible, y exhalan de la misma manera.

Dijo que las inhalaciones y las exhalaciones deben ser naturales; si son demasiado rápidas, uno podría en­trar en algo que se llama respiraciones fatigantes: respi­raciones que requerirían respiraciones más lentas des­pués, para calmar los músculos.

‑¿Y qué quiere que haga con todo esto, don Juan? ‑le pregunté.

‑Empiezas a hacer tu lista ahora mismo ‑dijo‑. Divídela por años, por trabajos, arréglala en el orden que quieras, pero hazla secuencial, con la persona más recien­te al principio, y termina con Mami y Papi. Y luego, re­cuerda todo acerca de ellos. Sin más ni más. Al practicar, te vas a dar cuenta de lo que estás haciendo."