A la luz de lo descubierto gracias al desciframiento de más de un millar de textos y con el auxilio de documentos inéditos y custodiados desde hace miles de años esto es, en resumen, lo que se pretende ocultar a la opinión pública mundial con respecto a la Historia de la Humanidad así como su Porvenir próximo:


Tanto el hombre blanco como el de la raza amarilla no son originarios de esta Tierra sino que vinieron en naves interestelares de otros Globos terrestres. Los de raza amarilla (los PALE o PAIOS) llegaron hace aproximadamente 17.000 años. Los de raza blanca (los EDU o BERE) lo hicieron, según el computo de tiempo efectuado de documentos traducidos de gran antigüedad, hace 12.880 años casi con exactitud contado desde el año actual.


La raza negra es autóctona de esta Tierra apareciendo la misma -tal y como es ahora- al menos hace más de 300.000 años. Las culturas blanca y amarilla eran diferentes en muchos aspectos, en especial por creer los primeros en Dios Todopoderoso y Dios Be, y los segundos por adorar a Dios Padre o los Dioses Padres, que asociaron al Sol que se convirtió por este motivo en símbolo de su divinidad.


Los de raza amarilla se consideraban hijos del Sol, al que tenían por su Pâ, Padre, por ello se llamaron Paio: de PA = Padre (Creador) I = letra representativa del hombre, el macho y O = letra representativa de la mujer, la hembra. O sea todos los hombres y mujeres de Pâ. Los Paios también llamaron a Dios/es Padre/s con el calificativo de Râ: el Creador, el Hacedor.



Los de raza blanca (los Bere) creían en Dios Todopoderoso, llamado también JAUNGOIKO: “Señor de los Cielos”. Se denominaba así a Aquel de entre los más sabios del Cielo, quien había conseguido desentrañar los misterios de Râ siendo capaz de crear como él y perfeccionar sus creaciones. Para los Bere, Jaungoiko era el Gobernante de los Cielos al cual debían obediencia en honor a su demostrada sabiduría y justeza. También creían en Dios BE (Dios “Segundo” en lengua EDUEN), quien siendo el ZAR de los ELE era el Heredero al Trono del Reino de los Cielos.



La raza blanca en esta Tierra fue generada a partir del esperma del Zar de los ELE (estirpe blanca de hombres que habitan los Globos antiguamente conocidos como ELISEO) al cual, el mismísimo Jaungoiko le encomendó la Misión de crear la raza blanca en este Globo terrestre.



Para llevar a cabo dicha Misión, el Señor de los Cielos bendijo la boda del Zar de los Ele con su Hija MAISTATU, la cual sería luego conocida en la Tierra con el nombre de MARIA.



Debido a un accidente acaecido a bordo de la nave que los portaba a este Globo terrestre rumbo a su Misión, el Zar de los Ele perdió la vida. Pero se pudo conservar el semen de su cuerpo maltrecho.



En el año 10.876 antes de nuestra Era, la nave estelar de Baleden tripulada por las tres MARIAS (palabra queriendo decir “Cosmonautas”) aterriza en este Globo terrestre, en el lugar actualmente conocido como México y no muy lejos de su capital. A esta región se la llamó después AMERIK que en lengua Eduen significa “El contacto final”, o sea la tierra donde finalmente se posó la nave después de dar siete vueltas en torno a la Tierra.



Una vez en la Tierra, el semen conservado del Zar de los Ele fue introducido (por inseminación artificial) en la matriz de Maria la cual, nueve meses después concibió al BEBE: “el pequeño Be”. Así pudo volver a tomar cuerpo (por transmigración anímica) el Zar de los Ele quien, de esta manera, fue el primer Hombre blanco nacido en esta Tierra y Hacedor después de toda la raza Bere. Maria es, por tanto, la Abuela de la Humanidad Blanca.



El Be fue apodado por los Paios con el apodo de IEZUS que quiere decir “creado sin el auxilio de varón”. Después en el tiempo y en toda la Tierra se le conocería más con este nombre que con otros como GOBERIEL (Gabriel), ELEAZAR (Zar de los Ele), EL, etc.



Estos son los legítimos y originales personajes de IEZUS y de MARIA, los cuales jamás nacieron en Tierra Santa (TARSAIS) ni fueron protagonistas de los episodios narrados en los Evangelios cristianos. Iezus no murió crucificado sino de muerte natural y en su lecho de DAETXEBEIL (actual Byblos) en el año 10.094 antes de nuestra Era.



Iezus fue enterrado en donde hoy se yerguen las ruinas del llamado Templo de Salomón en Jerusalén. Su tumba fue conocida indistintamente con los nombres de DABEDA o ELKUDAIS. Maria fue enterrada en una Necrópolis especialmente construida para tal fin en BALBEK. Esta Necrópolis sufrió importantes destrozos tras el Golpe (Diluvio Universal), por lo que el sarcófago fue llevado por los árabes a SEIRI (actual ciudad de Damasco).



Debido al espantoso crimen cometido por los KAIN (judíos) al asesinar a Maria -Hija de Dios Todopoderoso- en OBEIDU (El Obeid, Sudán), Jaungoiko decide castigar a la Humanidad y recordarles que su Inmenso Poder y Voluntad están presentes en los actos de los Hombres. Así se produjo el Golpe hace 12.103 años, el cual se recuerda aún en todas las leyendas de los pueblos de esta Tierra y ha sido llamado de numerosas maneras siendo la más conocida la del Diluvio Universal.



Nadie ha sido capaz de explicar con exactitud el porqué del odio ancestral de los Bere y los Paios en contra de los Kain (judíos) pero, lo cierto es que en un principio y durante milenios fueron perseguidos y maldecidos por ser cómplices del espantoso asesinato de Maria (la cual fue apedreada por ellos en su estancia en la ciudad de OBEIDU). Los motivos ahora esgrimidos para explicar su constante condición de raza errante y maldita no son más que un lamentable intento de querer explicar una causa ya hace siglos olvidada.



El Golpe produjo formidables cambios geológicos y climáticos en la Tierra. Este se produjo por la aproximación deliberada por Dios a nuestro Globo terrestre de un astro el cual rozó ciertas zonas de la Tierra. De la fricción gravitacional producida por este astro teledirigido grandes áreas de la Tierra quedaron calcinadas a causa del inmenso calor generado. Los polos terrestres se vieron alterados y ello produjo numerosos terremotos de escala apocalíptica. Donde antes había llanuras se alzaron cordilleras enteras de montañas mientras que otros lugares fueron hundidos en las aguas de los océanos y mares. A causa del Golpe las tierras del actual continente americano, que antes estaban pegadas a los continentes de África y Europa, se trasladaron miles de kilómetros hacia el Oeste. Estas son las tierras de la Atlántida que se recuerdan aún en muchas leyendas de los pueblos de ambos lados del océano Atlántico. MANOA, la famosa capital de los Paios, quedó cubierta por las nieves en el extremo Sur -ahora separado- del continente americano. El excesivo calor producido por la fricción gravitacional del astro enviado por Dios hizo que la temperatura de la Tierra y de las aguas ascendiera de tal forma que cientos de miles de millones de metros cúbicos de agua se evaporaran cubriendo todo el Globo de una densísima capa de nubes. Días después, al enfriarse las temperaturas, comenzó a llover en todas las latitudes por semanas enteras y con tal fuerza que grandes áreas de la Tierra quedaron cubiertas por las aguas. Este fue el Diluvio Universal.



Tres años después del Golpe, el Zar de los Ele acaba de escribir el BIBELE (“El Destino de los BELE”) en escritura ANERE (hoy conocida como cuneiforme). En el 10.094 antes de nuestra Era moría en Daetxebeil, llamada después BIBELOS y actualmente Byblos.



Después del Golpe, los Paios fundaron su nueva capital en KAIDE (hoy ciudad de Cádiz) y volvieron a crear un Imperio. Los Bere y los Paios estuvieron durante milenios enfrentados en constantes guerras hasta que finalmente el Imperio Paio llegó a dominar toda la Tierra a excepción de un pequeño territorio en la península Ibérica (el interior de Euskadi) y las tierras de la KARELIE (península Escandinava y Finlandia).



El 11 de Enero del año 7.255 de la llegada de las Marias (3.621 antes de nuestra Era) nace, en una ciudad -llamada en aquel entonces BURUGA- situada al Sudoeste de la actual Suecia, la Segunda Encarnación de Dios Be. La ciudad de Buruga, tiempo después y por tal motivo recibiría el nombre de GOTEINBURUGA “Ciudad capital donde nació Dios” (actual Göteborg). El niño Dios fue llamado Alexandre y era hijo del Rey Nikolau, Señor del Reino de ITULE ZORIONEKONA o Karelie (hoy Finlandia, Suecia y Noruega). Este glorioso nacimiento estaba previsto en la Bibele hacía más de 6.000 años atrás.



Y tal como está escrito, Alexandre, a la edad de 19 años declara la guerra al Emperador del Imperio Paio de aquel entonces llamado Omaitzoi, haciendo su famoso Llamamiento en KAIFARU (Helsinki) a los Bere de todas las tierras ocupadas para que se alzasen en armas hasta suprimir al Imperio ESPANIOL (“es de los viejos Paios”). Alexandre y sus tropas consiguieron ganar una batalla tras otra haciendo que los Bere creyesen definitivamente que él era, efectivamente, la Segunda Encarnación de Dios Be tan esperada por todos los creyentes. En la Bibele se repetía una y otra vez que Dios Be, en su Segunda Existencia en esta Tierra, doblegaría al León Paio liberando a los Bere de este Globo de su dominio y opresión.



Los Paios se hicieron fuertes a todo lo largo de la orilla sur del Sena (Francia). En TROIA (actual ciudad de Troyes) Omaitzoi establecería su Cuartel General y cerca de este se libran las batallas más feroces. Esta fue la famosa Guerra de Troya de la antigüedad que tuvo una duración de diez años. Trece años después del Llamamiento de Alexandre, en el año 3.589 a.E., la fortaleza de Troia cae en manos de los Bere y con ella, poco después, todo el Imperio Paio.



Alexandre entrará victorioso en Kaide, la capital del Imperio Paio, y tiempo después liberaría las tierras del Oriente. Allí establecerá la capital (BABEL) de su basto Reino que bautizó con el nombre de ARAGON: “la Creación de Dios”. La figura de Alexandre nunca ha podido ser borrada de la historia pese a los numerosos intentos hechos por sus enemigos. Aun hoy se recuerda con el nombre de Alejandro Magno pese a lo que se cuenta de él está muy distorsionado y falseado. Un detalle a tener en cuenta; el rostro de Alexandre está en numerosísimas monedas ibéricas.



Después de haber liberado la totalidad del Globo terrestre del dominio del Imperio Paio, Alexandre muere martirizado en la ciudad de Babel, en manos del traidor Iurri, el 18 de marzo del año 3.544 a.E., contando 77 años de edad. Tanto el nacimiento, hechos y muerte de este personaje son hoy explicados de manera muy distorsionada en la conocida biografía oficial de Alejandro Magno. Todos los estudiosos de la vida de este magno personaje parten de la obra Vidas paralelas de Plutarco (siglo II d.C.) y de Anábasis de Arriano (siglo II d.C.). Nuestras fuentes de información son muy anteriores a estas fuentes oficiales, las cuales fueron escritas con el único propósito de narrar unos hechos totalmente distorsionados de la verdad para confundir a los historiadores de entonces y a los del porvenir.



La civilización ELEN durará unos 600 años. Durante todo este tiempo los Bere fueron perdiendo territorios en todo el Globo terrestre hasta que los Paios proclamarían el Tercer Imperio Paio, que fue conocido por Imperio de la Medie. Este Imperio tuvo una duración aproximada de dieciocho siglos. A este le sucedería el Cuarto Imperio Paio, el Imperio Paien o Pagano. Al Imperio Paien le sucederá el Imperio Romano-Bere el cual durará hasta el 315 d.C. Actualmente, puede decirse que estamos en el Quinto Imperio Paio.



Esto es, en una muy reducida síntesis, la crónica de la Historia que se nos revela en los más de un millar de documentos descifrados por Alexandre Eleazar en diferentes escrituras antiguas, incluidas los jeroglíficos egipcios y la escritura cuneiforme. Como puede evidenciarse, nuestra “versión” de la historia es sensiblemente diferente de la relatada por nuestros maestros de Historia.

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Luego, al estudiar en profundidad bastantes grafías, incluidos los jeroglíficos egipcios, así como los vocablos y expresiones empleados, llegó al convencimiento de que los antiguos se sirvieron en primer lugar de una sola y única lengua: el Elengoa, el cual su pariente lingüístico más cercano aún existiendo en la actualidad es el Euskera.
Se dio cuenta igualmente que a partir de ella se crearon una infinidad de modismos, los cuales tuvo que utilizar constantemente. Esto le permitió traducir numerosos textos, obteniendo así cuantiosas y valiosas informaciones procedentes directamente de los escritores, historiadores y Reyes que habitaron la Península Ibérica hace más de 5.000 años. El Telón del gran teatro de la Historia se levantaba para este investigador incansable.
Con los éxitos logrados en el campo de la interpretación de los signos íberos y otros de parecida textura gráfica, decidió aplicar el sistema de traducción a los jeroglíficos egipcios, comprobando -y no sin gran asombro- que este funcionaba a la perfección, echando así por tierra las afirmaciones y teorías enunciadas por Champolion y por otros acerca de la interpretación y traducción de los textos egipcios. Pudo observar como tales teorías estaban equivocadas principalmente a causa de que los investigadores no conocen cuál era el lenguaje hablado por los egipcios, siendo este una derivación del Elengoa y por tanto más parecido al euskera que a las ramas lingüísticas semita o copta. Como consecuencia de ello, los egiptólogos actuales interpretan mal el verdadero significado de los signos jeroglíficos, cometiendo en esencia hasta un 90% de errores en sus traducciones, las cuales por ello quedan muy incompletas e incoherentes.
En su fase postrera, el investigador se decidió por la traducción de textos en escritura cuneiforme. Descubrió, en contra de lo que afirman los estudiosos del tema, que dicha escritura no es jeroglífica sino que se fundamenta en una forma de criptografía, que consta de un elemento semántico clave y un conjunto de componentes aglutinados en torno a este que lo complementan morfológicamente. Si no se conoce el elemento clave actuando de semantema es imposible darle un significado correcto a los tres, cuatro o cinco signos precedentes e incluso todos los demás del texto, por desconocerse el tema básico sobre el cual trata un texto determinado.
Este es el famoso disco de Faistos hallado en la isla de Creta

"Trabajé exhaustivamente con textos Ibéricos mas el que me dio aquella llave fue el llamado disco de Faistos. A partir de su lectura correcta pude traducir mi primer texto Ibérico."
A. Eleazar
Después de dos décadas de exhaustivas investigaciones y descubrimientos prodigiosos, Alexandre Eleazar publica en 1985 y en Barcelona un densísimo libro titulado "Los Bere", en el cual revela el resultado de tantos años de desvelos y sacrificios. Este libro es el primero de una serie en proyecto junto a "Los Paios" y "La Bibele" de próxima publicación.

Participa en varias conferencias y realiza diversos artículos en la prensa, no obteniendo respuesta por parte de historiadores ni de organismos oficiales. Alexandre esperaba que desde el principio de conocerse el contenido de su obra por el público y en especial por los historiadores y arqueólogos, estos confrontaran y discutieran sus investigaciones, pero no ocurrió así. Haciendo honor a la verdad -y pese a los esfuerzos hechos por él mismo en este sentido- el libro tuvo escaso eco, pasando casi desapercibido por los interesados en temas históricos. Los medios de comunicación apenas lo comentaron. Los investigadores, arqueólogos y demás estudiosos del pasado enmudecieron ante su aparición en el mercado.

El porqué de tanto mutismo se explica en que "Los Bere" es un libro demasiado peligroso para algunos ya que pone en entredicho el esquema histórico urdido, a través de los siglos, por aquellos que controlan los destinos de la humanidad. En su primer libro, el autor ha tenido la consideración de no explicar en detalle el sistema, fundamentos y documentación utilizada para llegar a sus asombrosas conclusiones. Actuó así con el fin de que los versados en iberismo y escrituras antiguas le pusieran en duda y le acusaran de inconsistente. Intentaba así levantar polémica y que le desacreditaran con el fin de poder después, en una gran conferencia pública, exponer a todos sus detractores los detalles de su metodología investigativa y los fundamentos científicos de sus afirmaciones. Pero no pudo ser así ya que se impuso un velo de silencio en torno a su persona y su obra.

Hay que destacar el hecho bien patente, para la mayoría de los estudiosos de la materia, de que existe un periodo casi en blanco en la Historia, el cual va desde el siglo IV al XV de nuestra Era. En este periodo se produjo la mayor mutilación de la cultura y destrucción de la Historia que se haya hecho jamás. Puede decirse que desde la proclamación de Constantino, como Jerarca absoluto de la Iglesia de Roma, se estableció una línea clara de demarcación por la cual todo aquello que estaba en conforme acuerdo con los postulados de esa Iglesia era exaltado y promovido, y lo demás debía ser destruido. Esta es la causa principal de que la Historia Antigua haya llegado hasta nosotros muy mutilada, intencionalmente tergiversada y transformada de tal modo que hoy en día apenas sabemos con exactitud nada de ella. Así, todos los libros de conocimiento público de aquellos tiempos, incluidos los llamados "clásicos", son los únicos que los poderes imperantes de los pueblos han dejado subsistir y ello por ser libros y textos elaborados siguiendo unas premisas bien precisas que en ningún caso pretenden aclarar los acontecimientos del pasado, sino que bien al contrario, los falsean.
De suerte que han llegado hasta nosotros muchos documentos escritos que, por ser en aquellos tiempos ya indescifrables y otros habiéndose descubierto en excavaciones arqueológicas actuales, se han salvado de la quema. Siendo numerosos en verdad los conservados en muros, columnas, obeliscos, pinturas, tumbas y esculturas hallados en Egipto al igual que los desenterrados en Mesopotamia y Oriente Medio escritos en cuneiforme. También unimos a ellos los textos ibéricos, de los cuales existen más de un millar, los etruscos, los griegos arcaicos y otros -también muy numerosos- encontrados en todas las tierras bañadas por el Mediterráneo, incluidas las de África y Oriente Medio. Con todo este inmenso material, el cual ha podido descifrar en parte Alexandre Eleazar, se ha podido reconstruir de nuevo el relato histórico de la humanidad.


Tanto el erudito como el buen aficionado a la lectura de libros de Historia se hallará algo extrañado por la presentación de este libro y los acontecimientos relatados en los diversos capítulos, no concordando ni con la cronología ni con las bases consideradas fundamentales de la Historia Oficial.
Antes de iniciar el estudio de las antiguas escrituras me encontraba en la misma situación (en cuanto al conocimiento histórico se refiere) que la mayoría de los historiadores cuyos libros había leído atentamente y por constatar en estos muchas contradicciones y hechos inverosímiles pensé que la clave de la Historia residía en la lingüística y descifre de todas las escrituras reputadas indescifrables.
Trabajé exhaustivamente con textos Ibéricos mas el que me dio aquella clave fue el llamado disco de Faistos. A partir de su lectura correcta pude traducir mi primer texto Ibérico. Luego vinieron muchos otros. Algunos, los menos, procedentes de Museos y otros más numerosos de colecciones particulares o semioficiales.
Después de los Ibéricos y los denominados Etruscos o Griegos arcaicos me puse a la tarea de traducir abundantes inscripciones de los antiguos egipcios. Más tarde me enfrenté a la escritura cuneiforme. Finalmente tuve la suerte de acceder a libros Árabes muy extensos y de una antigüedad de dos, tres y cuatro mil años.
Con los éxitos logrados en el campo de la interpretación de los signos íberos y otros de parecida textura gráfica, decidí aplicar el sistema de traducción a los jeroglíficos egipcios, comprobando – y no sin gran asombro – que este funcionaba a la perfección, siendo una derivación del Elengoa y por tanto más parecido al euskera que a las ramas lingüísticas semita o copta.
Con la traducción de textos en escritura cuneiforme, descubrí, en contra de lo que afirman los estudiosos del tema, que dicha escritura no es jeroglífica sino que se fundamenta en una forma de criptografía, que consta de un elemento semántico clave y un conjunto de componentes aglutinados en torno a este que lo complementan morfológicamente.
Si no se conoce el elemento clave actuando de semantema es imposible darle un significado correcto a los tres, cuatro o cinco signos precedentes e incluso todos los demás del texto, por desconocerse el tema básico sobre el cual trata un texto determinado.
He presentado el resultado de mis investigaciones de tres maneras distintas:
Una, exponiendo textos originales y comentándolos.
Otra, sirviéndome de las informaciones facilitadas por estos textos y por otros que publicaré en volúmenes sucesivos (por ser de escritura diferente a la Ibérica, la cual quise mayormente emplear en este libro).
Y finalmente haciendo uso del razonamiento, he considerado con todo el rigor científico posible las consecuencias históricas deducibles.
Alexandre Eleazar

Libro: "Los Beres" En sus 748 páginas contiene más de 40 textos traducidos y comentados, 11 mapas antiguos, fotos de piezas arqueológicas, cuadros sinópticos, gráficos y un extenso glosario toponímico, puede descargarse gratuitamente en formato PDF de la página: Libro: "Los Beres"