Para adquirir un conocimientos

EL TAROT

CLAVES SIMBÓLICAS

A pesar de que su origen sigue después de muchos siglos sin estar claro, lo que sí se conocen son los diferentes significados que se ha dado a cada una de las cartas de los Arcanos Mayores.
Del total de las 22 láminas, sólo una de ellas aparece sin numerar; es la figura de "El Loco", que unas veces aparecerá como la número 22 y, en otras ocasiones, se la hace coincidir con el guarismo 0.

Para un mejor entendimiento del simbolismo emblemático y del poder adivinatorio de estos Arcanos, la tradición clásica deja libre la carta de "El Loco" a la que asigna el valor de comodín. El resto de las cartas son agrupadas de tres en tres o de siete en siete, formando ternarios o septenarios, respectivamente.

Estas múltiples formas de agrupar los arcanos, dan como resultado otras tantas interpretaciones. Esto hace del Tarot un arte de adivinación complejo y cambiante; pues, además de regirse por las imprevisibles leyes del azar, sus arcanos varían de significado simbólico según pertenezcan al plano del espíritu, al plano del alma o al plano del cuerpo. Esta clasificación viene dada por el lugar que ocupan dentro del grupo ternario o septenario.
Por lo tanto, no hay dogmas ni reglas fijadas de antemano para predecir el futuro y cada vez que se echan las cartas, una nueva e inédita situación asalta al consultante.


TERNARIOS Y SEPTENARIOS

Para una mejor interpretación de las cartas del Tarot, hay que tener en cuenta que cada uno de los Arcanos Mayores tiene, además de su significado característico, una dimensión asociada.
Las cartas que ocupan el primer lugar de cada grupo ternario se corresponden con el plano del espíritu y simbolizan el elemento activo; las cartas que ocupan el tercer, o último, lugar de cada grupo ternario corresponden al plano del cuerpo y simbolizan el elemento pasivo; las cartas que están en medio, es decir, en segundo lugar, se corresponden con el plano del alma y simbolizan tanto al elemento activo como al elemento pasivo.
Según esto, al ser 22 cartas y haber siete grupos de 3, hay una carta que no quedaría incluida en ninguno de ellos. Se trata del Arcano de “El Loco”, la carta comodín que no se asocia a ningún plano.
El resultado final sería el de las tres primeras cartas - El Mago, La Sacerdotisa y La Emperatriz – formando el primer ternario y con el simbolismo del espíritu, el alma y el cuerpo respectivamente.
El resto de las agrupaciones resultará de seguir el orden lógico de las cartas, es decir, el segundo ternario estará formado por las cartas IV, V y VI; la VII, VIII y IX para el tercero y así sucesivamente.

En cuanto a los septenarios, se desglosan para su significación emblemática en tres grupos de siete.
El primero está formado por las cartas I, IV, VII, X, XIII, XVI y XIX para el grupo de espíritu; el segundo por la II, V, VIII, XI, XIV, XVII y XX para el alma y el resto para el cuerpo.

FIGURAS EMBLEMÁTICAS

EL LOCO

Dentro de los Arcanos Mayores del Tarot destaca la figura de "El Loco", la única sin numerar y que se utiliza de comodín para reforzar el significado de las otras cartas.
La significación emblemática de esta figura depende, en definitiva, del conocimiento que se tenga de los Arcanos Mayores, de la preparación y capacidad de concentración del intérprete o echador de cartas y del contexto bajo el que se realiza la consulta.
El simbolismo asociado a esta carta, cuando aparece del derecho, es el de pasividad, despreocupación e irresponsabilidad. Si, por el contrario, se muestra boca abajo, “El Loco” es signo de incapacidad para razonar, de extravagancia y de ambigüedad.
El dibujo que la representa corresponde a un vagabundo, bufón, juglar o trovador que camina en compañía de un perro y lleva sus pertenencias en un hatillo sujeto a un palo que apoya sobre su hombro. En las láminas del Tarot tradicional, lleva un adorno en el cuello de color azul, símbolo de pasividad y huida, de rechazo de responsabilidades y compromisos.


EL MAGO

Esta es la primera figura numerada del Tarot. Ocupa el primer lugar del primer ternario y del primer septenario de los Arcanos Mayores. Todo esto, unido a la variedad de su colorido, hace de esta carta una de las más significativas.
Para estudiar de un modo exhaustivo todo su simbolismo hay que comenzar describiendo las formas y analizando los colores dominantes de esta carta en el Tarot clásico. En ella aparece, en primer término una mesa, tras la cual se encuentra de pie un personaje de hermoso rostro, con el pelo ensortijado y aspecto juvenil, que tiene levantada una mano con la que sostiene una varita mágica de pequeñas dimensiones, muy similar a un pergamino enrollado.
Este personaje apoya la otra mano muy debajo de su cintura, a la altura de la mesa como si señalara hacia el suelo, y sujeta una moneda entre sus dedos. Esta posición contraria de las manos es interpretada como ambivalencia.
En sentido positivo es signo de habilidad, destreza y espíritu despierto. Cuando su posición es invertida, se asocia a la charlatanería, la agitación y la ausencia de escrúpulos.
También es símbolo de vitalidad física, puesto que al ser el primero en todo, "El Mago" tiene que generar confianza y seguridad, independencia y espontaneidad, tolerancia y rectitud de juicio.


LA SACERDOTISA

Figura marcada con el número II pertenece a "La Sacerdotisa". Ocupa el segundo lugar del primer ternario y del primer septenario de los Arcanos Mayores del Tarot.

Esta carta representa a una mujer sentada sobre un trono que permanece cubierto y oculto bajo los amplios pliegues de sus holgadas vestiduras. El contraste de los colores de esta figura, en el Tarot clásico, entre los que sobresale el rojo de su túnica, el azul de su capa y el marrón rosado de su velo, indican la complejidad y riqueza emblemáticas encerradas en ella. Algunos estudiosos del Tarot, han identificado este velo con el que la mitología egipcia atribuye a Isis, diosa de la fecundidad y la fertilidad.

Con todo, la gran fuerza simbólica de esta figura reside en el libro abierto que "La Sacerdotisa" sujeta con las manos y que mantiene apoyado en su regazo. El apacible rostro de la mujer parece indicar que medita sobre lo leído.

En sentido positivo representa a la madre, lo bueno de la diversidad y el valor del mundo interior. En posición invertida, significa dificultad de expresarse, ausencia de prudencia y pereza.

LA EMPERATRIZ

Esta es la tercera figura de los Arcanos Mayores del Tarot y aparece numerada con el guarismo romano III. Con "La Emperatriz" se cierra y cumplimenta el primer ternario, por lo que conviene interpretar su significación inmediata en relación con las dos figuras que la preceden y que, junto con ella, completan el primer ternario.
Si "El Mago" (arcano I) representaba la posibilidad de que en lo uno estuviera encerrado lo múltiple o que la diversidad se complementara con la unidad y, a su vez, "La Sacerdotisa" (arcano II) personificaba la fusión de lo inmanente con lo trascendente o la unión de lo ideal con lo real; la figura de "La Emperatriz" (arcano III), en cambio, simboliza la fuerza de la creación que se opone a lo yermo y estéril; es una de las figuras más cargadas de simbolismo beneficioso, místico y corpóreo al mismo tiempo.

La carta de "La Emperatriz" en el Tarot clásico aparece representa bajo la figura de una mujer joven que sostiene en su mano izquierda un cetro y con su mano derecha se aferra a un escudo que tiene dibujada un águila. Su cabeza está cubierta por una corona que le tapa la frente y deja al descubierto sus cabellos color oro, que le caen hacia la espalda y reposan sobre sus alas. Este es el atributo más significativo de "La Emperatriz", pues las alas simbolizan la fuerza de la sublimación y la superior idealización.
Las alas son un símbolo de la necesidad de pureza, pero también simbolizan el poder del conocimiento y la fuerza que puede llegar a adquirir el pensamiento.
En posición normal, “La Emperatriz” es comprensión, elegancia y riqueza. En posición invertida es presagio de frivolidad, adulación y vanidad.


EL EMPERADOR

La figura número IV de los Arcanos Mayores del Tarot corresponde a “El Emperador”. Con ella se inicia el segundo ternario y en su descripción destaca la interacción entre lo real y lo simbólico.
En este sentido la figura que estamos reseñando es símbolo de poder y protección, cuenta con la garantía de la ley.
En el Tarot clásico la figura de "El Emperador" aparece revestida con los mismos atributos que la carta precedente ("La Emperatriz"), es decir, con el cetro y con el escudo, lo cual indica la sutil proyección y correspondencia establecidas entre ambas figuras. "El Emperador" sujeta su cetro, en posición recta, con la mano derecha, mientras que "La Emperatriz" lo sostenía con su mano izquierda y lo apoyaba suavemente, en posición oblicua, sobre la parte delantera de su hombro. Se resaltan así, haciéndose aún más patentes, los aspectos complementarios de ambas figuras: por un lado aparece "La Emperatriz" encarnando a la madre, y por otro se destaca la figura de "El Emperador" simbolizando al padre.
También el escudo de armas aparece en las dos figuras, aunque "El Emperador" tiene su escudo apoyado en el suelo, al lado del trono, y la efigie del águila aparece con su cabeza mirando en dirección contraria.

En esta cuarta figura del Tarot sobresale como color dominante el rojo, lo cual es símbolo de actividad y pasión, de dominio y de victoria.
En posición normal es símbolo de autoridad, fuerza de voluntad, rigor y sabiduría. Cuando aparece invertida se la asocia a testarudez y tiranía.

EL SUMO SACERDOTE

Es la quinta figura de los "Arcanos Mayores" del Tarot, y aparece numerada con el guarismo V. Se sitúa en el segundo lugar del segundo ternario y en su descripción siempre se hace hincapié en la fuerza simbólica de las dos columnas (la razón y la ley) que se sitúan tras la figura principal. Y es que, además de la imagen de "El Sumo Sacerdote", que aparece de frente, también hay otras dos figuras que, con humilde ademán, se arrodillan a sus pies para recibir su bendición. Por esto mismo, en ocasiones, a este quinto arcano se le ha denominado "El Papa" y el "Maestro de los Arcanos”.

El rojo y el azul son los colores dominantes de esta quinta carta de los Arcanos Mayores del Tarot y ello significa que existe una superioridad manifiesta del plano de lo psíquico sobre los estratos de los sentidos, el entendimiento y lo trascendental.
En posición normal es símbolo de autoridad moral, indulgencia y sociabilidad. Si se presenta invertida es señal de dogmatismo, limitación y falsedad.


LOS ENAMORADOS

La figura número seis del Tarot aparece marcada con el guarismo VI y ocupa el tercer y último lugar del segundo ternario. Puesto que se trata de un Arcano que cierra un ternario su simbolismo es clave y en el Tarot clásico la lámina de "Los Enamorados" cuenta con la presencia de Cupido, personificación del amor. La flecha de Eros señala la dirección en la que se encuentra el joven, con lo cual se quiere dar a entender que existe una gran responsabilidad a la hora de elegir pareja, y que no se deben tomar a la ligera sentimientos tan profundos como el afecto y el amor.
En posición normal indica valentía para enfrentarse a las circunstancias adversas con criterio recto y sano juicio, especialmente en lo referente a cuestiones sentimentales.
En posición invertida se corre el riesgo de tener como única compañía la incertidumbre, la irresponsabilidad y los errores amorosos.

EL CARRO

Esta es la séptima figura de los "Arcanos Mayores" del Tarot, y aparece numerada con el guarismo romano VII. Con "El Carro" se inicia el tercer ternario y, por lo mismo, su significación emblemática se acentúa. Esta séptima lámina lleva implícita un simbolismo pleno de fuerza pasional, de movimiento y de dinamismo.

Otro de los aspectos a tener en cuenta en la descripción de "El Carro" es el colorido de esta figura séptima de los Arcanos Mayores. De las cuatro columnas sobre las que se sujeta el techo del carruaje dos son rojas y las otras dos azules. Lo mismo ocurre con los caballos que tiran del carruaje: uno es azul y el otro rojo. En definitiva, este antagonismo de colores en elementos iguales indica la zozobra interior a que se siente sometido todo ser humano, debido a las contradicciones que tiene que soportar cuando se enfrentan su aspecto físico con el espiritual.
En posición normal es símbolo de buena suerte, pasión y entereza. Cuando aparece invertida, lo es de riesgo por una actitud arrogante, prepotencia y desprecio hacia el hábitat natural.

LA JUSTICIA

Figura número ocho de los Arcanos Mayores del Tarot. Aparece marcada con el guarismo romano VIII, y con ella se inicia el segundo septenario. Por esto mismo, el simbolismo de la carta de "La Justicia" es el más universal de cuantos componen las figuras del Tarot. Sus significados inmediatos y esenciales aparecen relacionados con el equilibrio, la ecuanimidad y la objetividad.
En el Tarot clásico este octavo arcano se reviste por igual con los tres colores más cargados de significación emblemática, es decir, de amarillo, rojo y azul; todo lo cual confiere aún mayor fuerza predictiva a tan enigmática carta.

Esta figura femenina, lleva en su mano derecha una espada que mantiene en posición vertical, uniendo lo trascendente con lo personal. Símbolo de este equilibrio ha sido, durante siglos, la figura de la balanza que La Justicia lleva en su mano izquierda.

En posición normal esta carta indica preocupación por guardar una conducta moral intachable, es símbolo del respeto por las opiniones ajenas y de tolerancia.
En posición invertida anuncia riesgo de intransigencia, fanatismo y problemas legales.


EL ERMITAÑO

Esta figura ocupa el noveno lugar entre los Arcanos Mayores del Tarot, y aparece marcada con el guarismo IX.
En opinión de los más notables estudiosos del Tarot, la figura de "El Ermitaño" es una de las más representativas, especialmente desde el punto de vista antropológico, ya que toda su significación se relaciona con el hombre, con sus tendencias, sus pasiones y su naturaleza.
Lo propio de "El Ermitaño" es la soledad, el silencio y la reflexión profunda. Así, todo se cuestiona y todo se hace nuevo en cada momento: lo que ayer servia para liberarnos, hoy resulta una carga y, como tal, se desecha.
Reflexión y acción, aceptación y rechazo, son componentes esenciales de la figura de "El Ermitaño"; ambos aspectos son inseparables y se erigen en sólidos pilares sobre los que se asienta todo el simbolismo y toda la significación emblemática de esta novena carta.
Su significado habla de acciones bien meditadas y su figura aparece asociada con la sabiduría y la búsqueda del conocimiento.
En posición normal, esta última carta del tercer ternario, está asociada a la necesidad de aceptarse uno mismo e invita a la reflexión ante cualquier asunto que se plantee. Representa la fuerza del mundo de los sentimientos y la defensa de nuestras opiniones frente al mundo exterior.
En posición invertida puede advertir de imprudencias, anunciar un carácter muy tímido y prevenir contra la avaricia.


LA RUEDA DE LA FORTUNA

Esta figura ocupa el décimo lugar, dentro de los Arcanos Mayores del Tarot, y aparece numerada con el guarismo X. Este Arcano abre el cuarto ternario y representa el capricho del destino y el azar sobre la naturaleza humana. Estos avatares se suceden de forma continua y nadie puede escapar a su influencia.
La "Rueda de la Fortuna" gira incesantemente y sumerge a los humanos en el seno mismo de un mundo ambivalente, pleno de miserias y alegrías, riqueza y pobreza.
En el Tarot clásico resaltan por igual los colores rojo, marrón rosado, azul y amarillo. De manera especial, todos los investigadores señalan que la rueda simboliza el devenir histórico, siempre eterno y siempre renovado. En la llanta de la rueda aparecen representadas tres figuras de animales, genios o monstruos, que se identifican, según la tradición interpretativa del Tarot, con la alternancia entre el mal y el bien, la suerte y la desgracia, la caída y la ascensión.

En posición normal, esta décima lámina del Tarot, representa cambios positivos, suerte y éxitos fortuitos. En posición invertida es señal de inestabilidad por causas ajenas, falta de seriedad y pérdidas.


LA FUERZA

Esta es la undécima carta de los "Arcanos Mayores" del Tarot, aparece numerada con el guarismo romano XI.
Los estudiosos de las Ciencias Adivinatorias hacen hincapié en el significado premonitorio de esta figura, y destacan su riqueza simbólica; particularmente "La Fuerza" representa el poder persuasivo de los valores morales y la universalidad de la ética. Según lo antedicho, "La Fuerza" es una lámina cargada de connotaciones antropológicas, en el sentido de que incide en la acción de la propia voluntad humana.
Es la capacidad de discernir y elegir lo más adecuado a cada momento, saber qué camino para no cometer errores que, más tarde o más temprano, habría que lamentar. El estudio concienzudo de esta undécima figura del Tarot se impone desde el primer momento, y en su descripción, además de los valores éticos, interesa resaltar toda una serie de ambivalencias emanadas de las características, tanto cromáticas como formales, que subyacen en "La Fuerza".

En esta lámina aparecen, como únicos protagonistas de una historia que tiene mucho en común con la realidad, dos figuras cargadas de significación emblemática: una mujer y un león. El semblante de la mujer irradia serenidad y calma; lo que contrasta con la acción que se propone llevar a cabo, la cual no es otra que el abrir, con sus propias manos, las fauces de un león que se revuelve contra ella.
Esta hazaña simboliza la victoria de lo racional sobre la fuerza material y hay quien la interpreta como la fuerza de voluntad que logra salirse con la suya ante cualquier adversidad.

En posición normal esta carta es símbolo de buena suerte e indica una personalidad acusada; es el éxito que viene de someter nuestros deseos a la fuerza de la razón.
En posición invertida anuncia un comportamiento colérico, riesgo de emplear la coacción y predisposición a contraer enfermedades.

EL AHORCADO


Esta es la duodécima figura de los Arcanos Mayores y aparece numerada con el guarismo romano XII.
Su simbolismo y su riqueza enigmática quedan reforzados porque con ella se cierra el tercer ternario, a lo cual hay que añadir la fuerza significativa debida a la postura poco ortodoxa, por así decirlo, en que aparece el principal y único protagonista de esta carta.
El muchacho cuelga prendido de una viga, en apariencia frágil y sostenida sobre las horquetas de dos toscos troncos de árbol, por lo que también se conoce a esta carta como "El Colgado". No obstante, los más eminentes estudiosos e investigadores del mundo esotérico y adivinatorio han denominado siempre a este duodécimo arcano "El Ahorcado".
Dentro de la complejidad interpretativa de esta carta, destaca el hecho de la soledad en la que se encuentra el protagonista. A este respecto, la carta duodécima del Tarot nos remite a una reflexión sobre el sentido mismo de la existencia humana y la imposibilidad de lograr la libertad.

En posición normal esta carta representa la necesidad de relacionarse para hacer frente a la soledad, indica la importancia que tiene poder discernir en cada momento la actitud a tomar y ensalza el espíritu de sacrificio para lograr un fin.
En posición invertida refleja un carácter utópico, alejado de la realidad y el incumplimiento de alguna promesa.


LA MUERTE


Esta es la decimotercera figura de los arcanos del Tarot, y aparece numerada con el guarismo romano XIII. Su significación emblemática se ve reforzada porque abre el quinto ternario y se convierte en la puerta de acceso a un mundo que contiene tres niveles: el infernal, el terrenal y el celestial.
Esta carta se caracteriza porque aparece numerada, pero es la única que no lleva nombre lo que refuerza aún más su sentido enigmático.
En este aspecto, se tiende a relacionar la figura de "La Muerte" con "El Loco" ya que, esta última, aparece nombrada, pero no está numerada. Los estudiosos del Tarot han establecido numerosas claves simbólicas a partir de relación y el paralelismo entre estas figuras. Ambos arcanos esconden un simbolismo dual, y en ciertos casos ambivalente, puesto que la locura y la muerte son dos realidades -acaso las más terribles -inherentes a la condición humana.

En cuanto a significado, en general esta figura no tiene por qué llevar la mala suerte consigo; pero no todo son malos presagios ya que en un contexto general, indica cambio. Esta variación de ambiente o modo de vida, la búsqueda de nuevas experiencias, puede resultar muy fructífera para el consultante, especialmente en el plano sentimental. Es símbolo de renovación.

En posición invertida indica que el consultante está sometido al pesimismo, la imposibilidad de ilusionarse y la oposición a todo cambio. Es signo de desencanto y angustia vital.

LA TEMPLANZA

Este es el decimocuarto Arcano Mayor del Tarot, y aparece numerado con el guarismo romano XIV.
Su descripción conlleva la clave enigmática de su rico simbolismo. Así, vemos como en esta lámina aparece representada una figura alada, la cual se ocupa en derramar el líquido de una ánfora de plata en otra de oro. Simboliza, en un primer acercamiento, el fluir de la vida y del tiempo; el continuo cambio a que se hallan sujetos todos los seres de este mundo y el esfuerzo necesario para conseguir cualquier objetivo.
En este sentido, "La Templanza" tiene ciertas connotaciones éticas, pues no en vano está considerada como una virtud cardinal. Sin embargo, frente a estas interpretaciones positivas, otros estudiosos han visto en esta lámina el reflejo de una ausencia de personalidad al dejarse llevar - como el trasvase del agua de una ánfora a otra -, por la corriente de las cosas; es decir, sucumbir a la moda efímera de los convencionalismos, los ritos y los prejuicios sociales.

En posición normal, esta figura indica moderación y flexibilidad de juicio, representa la capacidad de adaptación a nuevas situaciones y simboliza el paso del tiempo que acercan el momento de un plazo prometido.
En posición invertida, es señal de ausencia de iniciativas y revela una gran tendencia al pesimismo por parte del consultante.


EL DIABLO

Dentro de los Arcanos Mayores del Tarot destaca la decimoquinta lámina que representa la figura de "El Diablo". Con esta lámina puede afirmarse que se abre la puerta a un mundo subterráneo y sombrío en el que sólo hay tinieblas y oscuridad. Esta decimoquinta carta del Tarot relaciona directamente a los humanos con el mal, el daño y la culpa, desde un punto de vista corporal.
Cobra una gran importancia el hecho de que la carta que estamos reseñando introduzca al intérprete y a su consultante en el plano del cuerpo, pues, en un primer acercamiento, suele relacionarse con la más intangible realidad; es decir, que la carta de marras hace referencia al mundo de las pasiones, las inclinaciones, los vicios...
La figura de "El Diablo", por tanto, conlleva una significación emblemática relacionada con el más puro pragmatismo, con el plano material, con el mundo de las realidades. Para una correcta interpretación de esta carta hay que dejar de lado toda connotación de tipo subjetivo.

En posición normal es carta de mala suerte ya que indica desesperanza e impotencia. También lleva asociada una incapacidad para resolver asuntos importantes y es indicativo de desorden y odio.
En posición invertida, es anuncio de incomprensión, desamparo y fracasos.


LA TORRE

Esta es la figura decimosexta de los arcanos mayores del Tarot y aparece numerada con el guarismo romano XVI. En su descripción destaca, en primer lugar, la fuerza de un rayo que destruye las almenas de la torre - lo cual es símbolo de catástrofes, accidentes o eventos luctuosos- y provoca la caída de un hombre y una mujer. Ambos personajes, rodeados de escombros y piedras aún calientes por el choque del rayo, se precipitan sobre el suelo, hasta caer al pie mismo de la construcción.
De este modo, se advierte que el principal sentido de "La Torre" hace referencia al fracaso de los proyectos humanos. La propia naturaleza, con su poder, puede dar al traste con las mejores edificaciones y obras llevadas a cabo por los seres humanos.
Según explican cualificados investigadores de los arcanos mayores del Tarot, las figuras que caen desde lo alto de la torre no son un hombre y una mujer, sino el rey que mandó edificarla y su arquitecto: por encima del poder humano, de la técnica y la ciencia humanas, se halla la propia fuerza de la Naturaleza.

En posición normal es símbolo de conflictos, ruina y catástrofes; es el recuerdo de que no se puede luchar contra la adversidad.
En posición invertida significa cambios desfavorables e imposibilidad de resolver problemas.


LA ESTRELLA

Esta es la decimoséptima figura de los Arcanos Mayores del Tarot, y aparece numerada con el guarismo romano XVII.
Los estudiosos de la adivinación y el esoterismo, la asocian con el deseo humano de libertad total: libertad de pensamiento, de expresión, de acción... Por eso mismo, se considera a "La Estrella" como el símbolo por excelencia de la luz y la claridad, el elemento que ilumina el camino elegido por los humanos para liberarse de las cárceles de su propio yo.
"La Estrella" conduce a los hombres por entre el laberinto de sus pasiones y los libra de sí mismos, de sus propias miserias y mezquindades.
Esta luz se convierte en referencia obligada para que el viajero de la vida pueda sortear cualquier obstáculo que le sobrevenga.

Esta carta representa a una joven muchacha que permanece agachada, con una rodilla apoyada en el suelo, y se entretiene en derramar sobre el río que corre a sus pies, el líquido de cada una de las jarras que lleva en sus manos. El discurrir del agua y la postura desinhibida de la mujer, se asocian a la necesidad que tienen los humanos de vivir en armonía con su ambiente.
El grupo de estrellas que, pleno de cromatismo y color, aparece encima de ella simboliza la necesidad que tienen los humanos de perseguir lo inalcanzable, de fabricar quimeras, de soñar... para no perder la esperanza de encontrar la ansiada felicidad.

En posición normal es carta de buena suerte e indica la necesidad de relacionarse con los demás y la facilidad de realizar tareas en equipo. Simboliza también la fuerza, la inventiva y es signo de un talante creativo.
En posición invertida es señal de excesivo apego a lo material, intransigencia y dominación.

LA LUNA

El Arcano de "La Luna" corresponde a la figura decimoctava y aparece numerada con el guarismo romano XVIII.
Tradicionalmente, la adivinación ha identificado esta lámina del Tarot con la significación emblemática emanada de la lucha del espíritu contra la materia, del alma contra el cuerpo, de lo inmanente contra lo trascendente, de lo puro contra lo impuro, del mal contra el bien. En los procesos de transformación y de tránsito, necesarios para que nunca se interrumpa el curso del acontecer histórico, se halla siempre presente ese simbolismo de "La Luna", ambivalente y ambiguo que, en ocasiones se apodera del mundo. Artísticamente, este decimoctavo arcano mayor del Tarot, destaca por la variedad y el colorido de sus figuras. Entre todos sus elementos, destaca una luna que aparece representada en la parte superior de la lámina. Su construcción es muy elemental, pues se trata de un perfil humano, aureolado por un cerco pleno de brillante cromatismo, desde el que se desprenden algunos rayos, una especie de lágrimas o gotas invertidas, las cuales son contempladas por criaturas que acechan desde el suelo: dos perros o, según otras versiones, un perro y un lobo que parecen aullar y, un poco más abajo, ya en la parte inferior de la lámina, se destaca la figura de un cangrejo que, con todas sus patas abiertas, reposa en una especie de lago estancado. Según explican algunos intérpretes de lo esotérico y lo oculto, el cangrejo es un símbolo lunar y su significación emblemática más poderosa es aquella que lo relaciona con la aridez de la vida, con la sequía o el vacío de ideas y con lo yermo del espíritu.

En posición normal es símbolo de intuición, de suerte indecisa y dificultades para la consecución de un negocio o empresa.
En posición invertida anuncia la posibilidad de que el consultante pueda ser engañado por alguien cercano y la tendencia al desaliento cuando no se encuentran soluciones inmediatas a un problema grave.


EL SOL


Esta es la decimonovena carta de los Arcanos Mayores del Tarot, y aparece numerada con el guarismo romano XIX. Por las características dadas al astro rey por el esoterismo, esta figura está llena de perfección, puesto que aúna cuerpo y espíritu, con todo lo que ello implica.
Los expertos de la adivinación ven esta unión como un sentido cargado de connotaciones simbólicas que hay que analizar en profundidad si se quiere emitir un juicio objetivo acerca de la variedad de significados latentes en la lámina.
Se ha dicho, no obstante, que acaso "El Sol" signifique demasiadas cosas y, por tanto, todo sentido desemboque en la ambigüedad. Lo cierto es que, desde esta perspectiva del ternario y el septenario, "El Sol" es una puerta que, por un lado, se abre hacia la luz, mientras que por el otro, cierra el paso a la oscuridad. Luego, inherente a la propia condición humana se encuentra esta dificultad, que consiste en pasar de la luz a la sombra, de la vida a la muerte. A la postre, todo se convierte en cierta clase de incesante devenir que, al fin, termina por conformar la tela de araña que es la historia, tanto la historia de una persona concreta, como la historia de la especie humana.
Por todo ello, la carta de "El Sol" es valorada en extremo por los más notorios intérpretes de los Arcanos, los cuales ven en ella la clave de las características esenciales del mundo psíquico y anímico del consultante.

En posición normal es una carta muy valiosa y de buena suerte; indica que el consultante tiene grandes posibilidades de llevar a cabo sus proyectos. Simboliza también la fraternidad y la claridad de juicio.
En posición invertida es signo de arrogancia, vanidad, impaciencia y hostilidad.


EL JUICIO

El vigésimo Arcano Mayor corresponde a la figura de "El Juicio", carta numerada con el guarismo XX.
Al describir esta lámina todos los estudiosos de las Ciencias Adivinatorias coinciden en destacar su tremendismo latente, y la asocian con el viaje definitivo, con la prueba final.
No obstante, está considerada como una carta de significado beneficioso para el consultante, pues indica la necesidad de pensar en uno mismo, de pararse a reflexionar y a sacar conclusiones acerca de qué tareas se han concluido con aprovechamiento.
Esta vigésima carta recuerda al viajero de la vida que, cuando ya se está llegando al final del camino, necesita hacer balance para saber a qué atenerse.
Como protagonista de esta lámina está el ángel que aparece en la parte superior de la carta tocando un añafil de plata. Según los más notables intérpretes del Tarot clásico, el sonido que porta el ángel hace que se despierten de su letargo quienes no se valoran a sí mismos. Los tres personajes que aparecen en la parte inferior, se aprestan a conocerse mejor a sí mismos al oír este sonido. Se trata de una llamada de liberación.

En posición normal es carta de buena suerte. "El Juicio" simboliza el despertar a la realidad, el espíritu de renovación y anuncia un buen momento para tomar decisiones importantes.
En posición invertida indica miedo a la novedad, inseguridad e irresponsabilidad.


EL MUNDO

La última carta numerada del Tarot corresponde a la figura de "El Mundo". Aparece numerada con el número XXI y al ocupar la última posición, es símbolo de síntesis.
Al encontrarse con ella, se observa que, ocupando el lugar central de la lámina, sobresale la figura de una mujer desnuda que lleva en su mano la vara con la que atrae los fluidos vitales. El cabello - color oro- de la mujer, contrasta con la amplia capa roja que le cubre la espalda y el brazo derecho; una corona de guirnaldas rodea a la mujer y aísla su figura del resto de las alegorías representadas en esta carta: el arcángel y el águila, que aparecen en los ángulos superiores; y el toro y el león, de los ángulos inferiores.

La figura de la mujer aislada por la corona de guirnaldas, hace referencia al plano de lo personal, mientras que las otras alegorías representan el plano de la trascendencia. En resumen, la carta será símbolo de la preponderancia de lo profano sobre lo sagrado, de lo real sobre lo existencial. En este sentido, los más cualificados estudiosos del Tarot, asocian a este Arcano Mayor con los instintos primarios, las tendencias pasionales del viajero de la vida. Al interpretar esta carta con objetividad se llega a un grado de conocimiento del consultante diversificado en dos ámbitos: uno relativo al instinto, y otro que entronca con la razón.

En posición normal esta carta indica que el consultante consigue, casi siempre, sus propósitos; representa la suerte y éxito propicios.
En posición invertida simboliza el desánimo, la apatía y el fracaso.


ARCANOS MENORES

Los Arcanos Menores, están compuestos por las 56 cartas que componen el Tarot y que se dividen en cuatro series: Oros, Copas, Espadas y Bastos. Cada uno de los palos comprende 14 cartas, que se distribuyen del As al Diez, más las figuras del Rey, la Reina, Caballo y Sota.

Originariamente, los considerados Arcanos Menores no aparecían junto a los Mayores y, por eso mismo, su simbolismo es único y autónomo.


OROS

El alcance adivinatorio de cada una de las figuras de la serie Oros, queda reforzado por el valor de su simbolismo. A tal fin, en un primer acercamiento, conviene señalar que este palo guarda correspondencia con el elemento esencial Tierra, lo que da mayor significado a estas cartas y, especialmente, a sus cuatro figuras.
Como muy bien saben cuantos se interesan por los temas esotéricos, la ancestral tradición ocultista - al igual que las escuelas más representativas de los movimientos adivinatorios- concede enorme importancia a la significación de los elementos esenciales, porque inciden en la valoración de la lectura e interpretación de las cartas.
Como norma general, la serie Oros ejerce su influencia sobre las riquezas, las transacciones comerciales, el poder que da el dinero, la seguridad económica y el bienestar social. Los simbolistas asocian al oro con el interior mismo de la Tierra, y es el metal que transfiere a los humanos el necesario apoyo para enfrentarse a su propio destino.
Esta relación del oro con las profundidades terrestres hace de esta serie un símbolo relacionado con la psicología y el mundo interior.


El principal significado de sus figuras es el siguiente:

Sota de Oros

Al igual que en el resto de las figuras y cartas de esta serie, lo más destacable de la Sota de Oros es el dominio del color amarillo, lo cual se interpreta como un claro indicio de la claridad emanada de esta figura. Otro detalle a destacar en esta carta de los Arcanos Menores es el oro que porta en una mano la Sota y que parece llamado a erigirse en protagonista principal de esta carta.
Cuando esta figura aparece seleccionada como "significador" de una tirada es porque el intérprete se dispone a leer el futuro de una persona de aspecto juvenil, de modales delicados y de esmerada educación.

En posición normal la Sota de Oros representa la sensibilidad y el carácter comedido del consultante. Indica, también, su buena predisposición a los cambios y al progreso. De manera especial, simboliza el equilibrio y la serenidad.

En posición invertida representa la falta de tacto, atrevimiento y la ausencia de energía.


Caballo de Oros

En el Tarot clásico, la figura del Caballo de Oros se diferencia de otras figuras de la misma serie porque el caballo sobre el que cabalga un jinete en actitud serena, aparece representado caminando en dirección opuesta a como lo hacen los demás caballos de las restantes figuras.
A la altura de la cara del jinete, por encima de la cabeza del animal, sobresale la figura circular del oro que define la significación emblemática de esta carta y, por lo mismo, se constituye en guía de caballo y caballero. Esto es símbolo de trascendencia espiritual que contrasta con el estribo sobre el que el jinete se apoya y que representa la realidad; es el plano material que da lo necesario, lo inmediato.
Por tanto, ambos aspectos son complementarios y, cuando un intérprete toma como "significador" al Caballo de Oros, es porque tiene ante sí a una persona joven y honrada, de sexo masculino.

En posición normal el Caballo de Oros es carta de buena suerte y representa una vida responsable, predisposición a los negocios y buena suerte en el trabajo.
En posición invertida es símbolo de falta de seriedad y mala suerte ante nuevos proyectos.


Reina de Oros

Lo más destacable en la descripción de la figura de la Reina de Oros - tal como aparece esta lámina en el Tarot clásico -, es su corona y los atributos que porta en sus manos. La corona indica la fuerza y la universalidad de las convicciones morales; el cetro que sujeta con una de sus manos simboliza la exigencia de la ley y la norma; y, por último, el oro que lleva en otra de sus manos indica un total dominio sobre los bienes materiales.
Cuando un intérprete elige a la Reina de Oros como "significador", es porque tiene ante sí a una mujer de cabello claro y en plena madurez y vestida con elegancia.

En posición normal se interpreta como una carta que llama la atención sobre el comportamiento social del consultante; es buen augurio para solucionar conflictos que puedan surgir en el terreno laboral y familiar y simboliza la consecución de una empresa con éxito.
En posición invertida indica predisposición al enfado y a la ira. Ante determinadas situaciones, especialmente en el campo afectivo, se actuará sin escrúpulos y se herirán los sentimientos ajenos.


Rey de Oros

En el Tarot clásico la figura del Rey de Oros representa la fuerza de la razón y la importancia del deber y el compromiso. Lo más destacable de esta carta es que la figura central - un hombre maduro sentado en un trono- que no tiene atributo alguno, y ni siquiera lleva corona. En el ángulo superior derecho aparece impreso el oro representativo de la pertenencia de esta figura a esta serie. La figura del hombre sentado sobre un trono exento de suntuosidad y carente de adornos, se interpreta como la necesidad de prescindir de lo superfluo y buscar lo esencial, lo válido para siempre.

En posición normal simboliza la preponderancia de lo racional sobre lo sentimental; de modo especial, esta carta simboliza la elección permanente de lo substancial, en detrimento de lo superfluo.
En posición invertida simboliza la debilidad mental, la falta de carácter y la incapacidad para resolver problemas cotidianos.


COPAS

En un primer acercamiento, y como norma general, conviene afirmar que la serie de Copas ejerce su influencia sobre el sentimiento, el amor y lo creativo. Además, la relación de este palo con el elemento esencial Agua refuerza su significación emblemática.
Esta significación variará teniendo en cuenta su posición dentro de una tirada y las combinaciones de las que formen parte.
Por ejemplo, cuando en el desarrollo de una tirada la Sota de Copas aparece franqueada por el Caballo de Copas, simboliza las dificultades de tipo personal a que se verá expuesto el consultante. Los intérpretes clásicos asocian la vecindad de la Sota de Copas y el Caballo de Copas en una tirada, a la unión del amante y el amado y, por lo general, es un presagio de la llegada del amor.


El principal significado de sus figuras es el siguiente:

Sota de Copas

Esta figura adquiere en el Tarot clásico un valor simbólico considerable pues, de manera indistinta, aparece asociada a lo juvenil y a lo vital: los intérpretes tradicionales identifican a esta carta con un mozo rubio y esbelto, lleno de vida y de proyectos.
Lo más destacable es la copa que el joven sujeta en alto con una mano, mientras que en la otra mano sostiene la tapa. Este gesto se interpreta como una invitación a participar del talante abierto de la juventud; la copa contendría el líquido que sellaría la amistad incondicional y la entrega a causas justas, sin esperar obtener beneficios económicos o materiales a cambio.
El colorido de la corona de rosas y flores simboliza el atractivo de la vida en sus comienzos cuando aún no se ha catado su amargor ni se ha pensado que puedan resultar fallidos proyectos esperanzadores, relacionados siempre con el afecto y con el amor, pues ya se ha dicho que la Sota de Copas incide directamente sobre las relaciones íntimas y lo pasional.

En posición normal simboliza la esperanza de lograr el necesario equilibrio afectivo en las relaciones de pareja. Indica, también, la hondura de sentimientos y la superioridad del amor sobre el odio.
En posición invertida indica un carácter indeciso, lleno de temor y miedo. Representa también el desamparo y la impotencia en las que se halla sumido el consultante.


Caballo de Copas

Lo primero que resalta de esta carta perteneciente a los Arcanos Menores del Tarot es la belleza estética que emana del conjunto de sus figuras. En primer lugar aparece la majestuosidad del caballo, que simboliza la fortaleza física, el buen momento vital por el que atraviesa el consultante y la posibilidad de llevar o recibir buenas nuevas. En segundo lugar, cabe resaltar la figura del jinete, que lleva en una mano la copa simbólica, mientras que con la otra mano sujeta las riendas del caballo. En el Tarot clásico la copa simboliza la proyección del plano superior sobre el plano inferior, la confluencia del mundo de la idea y el mundo de la materia.

En posición normal indica el buen momento mental del consultante, su poder de raciocinio y la frescura y lucidez de los contenidos de su entendimiento. Advierte, también, sobre la posibilidad de que el consultante sea visitado por alguna persona querida y, en cualquier caso, esta carta es signo de prosperidad y de progreso.
En posición invertida, revela falta de ideas, debilidad de razonamiento y predice sucesos que comportan adversidad para el consultante: engaño, fraude y negocios fallidos.


Reina de Copas

En opinión de los mas cualificados intérpretes de los Arcanos Menores del Tarot, la figura de la Reina de Copas representa a una mujer de cabellos claros, que destaca por sus cualidades temperamentales y por la seguridad que emana de sí misma. Se trata de una mujer llena de persuasión, creativa y emprendedora, que ciñe su cabeza con una corona y lleva en su mano derecha una enorme copa.
La corona simboliza la confluencia de lo universal con lo particular, mientras que el copón señala la abundancia del misterio y la grandeza de lo oculto. Por último, el manto con que se cubre la mujer aparece asociado, por los simbolistas, al escudo mágico que protege contra las calumnias y la violencia de los enemigos y de los poderosos.

En posición normal representa la posibilidad de realizar un proyecto largamente acariciado. Revela también un temperamento extravertido, especialmente en el campo de lo pasional.
En posición invertida advierte de adversidades para realizar determinados proyectos debido, en parte, a la oposición que el consultante va a encontrar a su alrededor.


Rey de Copas

En el Tarot clásico la figura del Rey de Copas aparece representada por un hombre corpulento, que tiene la barba cuidada y recortada. Su cabeza se cubre con una corona que simboliza el poder en el plano temporal y su proyección con el plano universal. En la iconografía de esta figura se destaca el copón que sujeta con mano firme, y que apoya sobre sus rodillas, el personaje principal de la lámina. Esta enorme copa, al igual que la de la figura de la Reina de Copas, también está destapada, lo cual se interpreta como un gesto tendente a poner en claro los grandes misterios.

En posición normal esta carta está relacionada con el matrimonio, la unión y la alianza entre personas afines. Predice la llegada de buenos tiempos en lo laboral y lo afectivo.
En posición invertida indica ausencia de orden e injusticias. También predice un matrimonio infeliz y anuncia separaciones entre las personas queridas.



ESPADAS

Al seleccionar y estudiar la serie Espadas, dentro de los Arcanos Menores del Tarot, los cartománticos más notorios hacen hincapié en la riqueza adivinatoria de sus cuatro figuras: Sota, Caballo, Reina y Rey.
Al mismo tiempo, analizan el contenido emblemático de cada una de estas cartas, y explican que viene cargado con la significación esotérica derivada de su correspondencia con el elemento esencial Aire.


El principal significado de sus figuras es el siguiente:

Sota de Espadas

Dentro de los Arcanos Menores del Tarot clásico, la carta de la Sota de Espadas se caracteriza por sus trazos peculiares que, como es obvio, la distinguen de las restantes figuras. En primer lugar, en la descripción de esta figura aparece una persona joven y cautivadora, cuyos rasgos más característicos son la pasividad y la inexpresividad. El joven lleva en su mano, como atributo, una espada - símbolo de las leyes y el progreso -, con la que apunta hacia arriba, lo cual es signo de lo trascendental.

En posición normal esta carta representa la preponderancia de lo sagrado sobre lo profano y esta dualidad tiene como resultado un carácter inseguro del consultante. Suele asociarse con tristeza y sufrimiento.
En posición invertida indica apocamiento y revela cierta debilidad y tendencia al desorden mental.


Caballo de Espadas

Lo más destacable de la figura del Caballo de Espadas es el caballero y su manera persistente de sostener la espada indicando la defensa de algo. A este arraigo de las convicciones añaden muchos cartománticos el hecho de que el caballo esté en actitud de movimiento. Esta característica del equino se interpreta como una clara tendencia a la evolución y a la renovación.

En posición normal indica fuerza y juventud y está considerada carta de buena suerte. Es señal de actitud abierta a las novedades.
En posición invertida es símbolo de ignorancia y predice una mala racha en un proyecto no acabado.


Reina de Espadas

En el Tarot clásico, la Reina de Espadas aparece representada por la figura de una mujer que está sentada en un trono. En su cabeza lleva una corona - símbolo del universalismo y la totalidad -, y con su mano sujeta una espada. Lo más destacable de esta figura es la posición perfectamente vertical de la espada, la cual simboliza el eje que atraviesa los distintos planos del mundo predictivo y esotérico.
En este sentido la carta de la Reina de Espadas aparece plena de significación emblemática pues representa la proyección suprema de los planos superiores sobre los inferiores; la interacción entre el mundo de la idea y el mundo de la materia.

En posición normal simboliza la fuerza del sentimiento y su superioridad sobre la fuerza de la razón; indica la preferencia del consultante por ambientes conocidos y apego a lo convencional.
En posición invertida advierte de un futuro cargado de errores y equivocaciones; representa la injusticia y la aversión a los cambios.


Rey de Espadas

En esta figura, lo más destacable es la espada que porta el personaje central. La sostiene con mano firme y da una sensación inequívoca de fuerza y poder.
Desde una perspectiva universal, la figura del Rey de Espadas aparece asociada a las grandes decisiones - logros y fracasos - y responsabilidades de los grandes hombres. En general, los cartománticos de todas las épocas consideran a este Arcano como un símbolo del equilibrio entre fuerzas contrapuestas y, en tal sentido, relacionan al Rey de Espadas con la actividad y la pasividad a un tiempo.

En posición normal esta figura representa el dominio en todos los órdenes, en especial en el plano material y espiritual. En general, es signo de claridad y lucidez mental y un acusado sentido de la justicia. En posición invertida predice pleitos y litigios para el consultante; maldad y ausencia de sentimientos.



BASTOS

Dentro de los Arcanos Menores del Tarot sobresale la serie Bastos por su fuerza emblemática, comparable al poder del elemento esencial Fuego.
La mántica de la serie Bastos, su sentido adivinatorio, hace referencia explícita y específica al plano mental: la serie Bastos ejerce su influencia sobre la mente, el intelecto y las ideologías.
El Fuego es símbolo de renovación en muchas culturas y otras lo asocian a la sabiduría sagrada.

El principal significado de sus figuras es el siguiente:


Sota de Bastos

En el Tarot clásico, la Sota de Bastos aparece representada con trazos similares a los que componen las restantes figuras de las diferentes series pertenecientes a los Arcanos Menores. No obstante, la particularidad de la Sota de Bastos es el atributo con que se define, y se diferencia, del resto de las figuras de las demás series. Este atributo es el bastón que, sin pulimentar ni alisar, sujeta con su mano la figura protagonista. Semejante gesto es interpretado por notorios cartománticos en un sentido simbólico: el bastón representaría la fuerza mental y vital de las personas y, al sujetarlo con la mano, se indica que el individuo está en contacto con el denominado plano activo.

En posición normal es sinónimo de juventud y gran imaginación; predice, también, un buen momento para el consultante en el terreno laboral.
En posición invertida, por el contrario, advierte sobre la presencia de impedimentos y desgracias en el camino de la vida del consultante.


Caballo de Bastos

Su descripción es similar a las figuras homónimas de las restantes series de los Arcanos Menores del Tarot. Consecuentemente, se destaca por su principal atributo, es decir, por el bastón tosco y sin pulimentar que, a modo de estandarte, enarbola el jinete. Lo que es interpretado por los cartománticos en relación con la movilidad y la energía individuales; de aquí que, en ocasiones, se asocie su significación emblemática con la realización de un viaje largo.

En posición normal anuncia traslados y mudanzas y es sinónimo de despedida.
En posición invertida significa ruptura sentimental.


Reina de Bastos

La figura de la Reina de Bastos aparece representada con una corona, símbolo de la constancia y de la entereza femeninas. El atributo principal es el bastón que da nombre a la serie y que esta mujer sujeta con autoridad. Desde una perspectiva universal, los cartománticos identifican a la Reina de Bastos con una mujer dominadora y pragmática.

En posición normal representa la sabiduría y la intuición. Igualmente revela confianza y valía, especialmente en el terreno profesional.
En posición invertida advierte sobre la falta de recursos para llevar a cabo nuevas iniciativas. Refleja la ausencia de colaboradores y asesores cualificados.


Rey de Bastos

En este Arcano aparece representado un personaje que lleva una corona en su cabeza, símbolo del poder y la fuerza, y en su mano porta el bastón sin pulimentar. Tradicionalmente, esta figura está relacionada con lo masculino, con el sentido del éxito y el triunfo.

En posición normal el Rey de Bastos simboliza la valía personal del consultante, así como el alcance de sus convicciones morales y el poder que da la posesión de cuantiosas riquezas. Es señal de autoridad y dominio.
En posición invertida es símbolo de indecisión y debilidad. Anuncia malos tiempos, épocas de privaciones y necesidades.