En hechicería gusta mucho usar la palabra "usar" porque existe la creencia de que al conjurar puedes dominar la voluntad de un Espíritu y obligarlo a que haga lo que te plazca lo cual es más realista si se interpretase el mal uso de la energía de una potencia espiritual pero así están las cosas y de ahí se desprenden creencias como la dependencia de ellos por nosotros y lo que les damos y etcétera en listado de absurdos creíbles a partir de que sí sucede mucho en la hechicería de que hay Espíritus y hay energías pero entre locura y sinsentido que hacen vida en esos espacios a nadie le consta la identidad de lo que ahí se manifiesta o toma las solicitudes de trabajo, acto seguido se vuelve factible que luego esos individuos terminan protagonizando bochornosos exorcismos en el seno evangélico bajo las oraciones del pastor que acorraló a Espíritus que ni tienen potestad ni tienen nada bajo lo cual pueden ser reprendidos pues son marginales de la ley de Dios lo que a resumen y conclusión respalda la tesis que dice la Iglesia Católica: detrás de un santo bien puede haber un demonio (Espíritu) o como más nos gusta a nosotros en nuestro lenguaje puede haber un burlón o algo peor: un embaucador atando pecadores con cada hechizo cumplido. A esos oportunistas no les importa usurpar identidades, además... ¿Sabes de los hechizos que matan y destruyen conjurando a Cristo? ¡Vaya que hay coherencia en aceptar la creencia de que las potencias del Cielo sean tan vulnerables a nuestros caprichos! Y más si tomamos en cuenta que la condición para dominar a otro es que estés espiritualmente en la capacidad de ponerte por encima de su libre albedrío lo cual hace más cuestionable la idea de controlar o coaccionar figuras de poder del panteón espiritual.
Pero eso no es lo que has preguntado así que realizando mi aporte: agotado estoy de realizar y ver realizar peticiones que son negadas, otras que son ignoradas y otras que abandonan por la pérdida de interés y el mérito del solicitante para que la cumplan. Nunca he logrado el éxito ni el proceder sin ir de la mano de su voluntad pues en mi situación la jerarquía de ellos en supremacía espiritual no ha permitido nunca el poderles manipular pero sí puedo decir que han sabido propiciar una buena cachetada o castigo toda vez que han pretendido tal cosa. Y dirán: eso no me ha pasado a mí nunca. Y no me sorprende pues el asunto particular de portal a portal es yo no puedo precisar qué hay en el portal de aquel otro pero en el mío y todos los que relaciono así son las cosas y actúan con coherencia. A mí me da miedo pedir algún capricho por saber lo terrible que es sentir mediante la facultad la mirada implacable de un Espíritu que desaprueba lo que estás haciendo y que hace sentir casi el azote del látigo sobre la espalda lo cual me devuelve rápido a rectificar y entender que tal vez lo que pedía está mal por alguna razón que necesito descubrir y reflexionar. También cabe mencionar que acá no surten efecto los hechizos y por ende ha sido inútil intentar ejercer brujería alguna pero las misiones sí tienen una fluidez muy positiva.
El árbol se conoce por el fruto ¿no?
¿Usted cree que Cristo mate cuando lo conjura el hechicero?
¿Usted cree que los ángeles abandonan las funciones del Cielo para ocuparse de las boberías que ni los difuntos se calan por hallarse exageradamente frívolas?
Un poquito de sentido común y podremos decir: el hechizo funcionó pero ¿por medio de quién?
¿Sí saben que la razón por la cual los embaucadores te tientan a pedir tus caprichos insanos y los cumplen es porque a través de la deuda moral por el ejercicio del pecado pueden reclamar derecho de posesión sobre el pecador? Existe una razón sencilla por la cual en las misiones sólo se ve deshacer y no hacer brujerías, pues un Espíritu bueno no va a acercar a la perdición a un pobre cristiano.
Cada quien es libre de creer lo que quiera pero en mi convicción ni creo en todo ni confío en todo.