HUMILDAD:
Hermosa cualidad que se alcanza cuando el ser domina a su yo humano, a sus vehículos en evolución y no trata de sobresalir sobre las demás personas para sentirse importante ni tiene ningún rasgo de ambición, egoísmo e interés personal.
En la humildad, no hay vanagloria ni propósito interesados de recompensa, no se manifiestan deseos de que otras personas los admiren debido a la sabiduría o méritos personales, pues hay un rechazo interno a todo tipo de adoración. Quien es realmente humilde vive sencillamente, actúa con naturalidad, no se aprovecha de los méritos ajenos ni se apodera de ellos. El amor brota espontáneamente en ese ser sin alardes de nada, pues es ajeno a toda vanagloria. Siente alegría por los logros de otras personas, las estimula en su adelanto. La luz de su Divina Presencia lo guía y fortalece.
Esta cualidad no se encuentra nada más en clases sociales de pocos recursos, pues lo mismo podemos verla brillar en quienes son poderosos y ricos; por lo tanto, no importa el nivel económico, social y cultural de quienes pueden tenerla. Se trata de una virtud interna, expresada en forma de ser más que en las palabras.
La humildad no consiste en rebajarse, en ser una persona resignada, anulada que no espera nada de la vida y tiene poca estima de sí misma, porque se confunden mucho los términos y aptitudes. Humilde, no es el más pobre e ignorante tampoco, pues se trata de una interna cualidad tan valiosa como el oro, que acompaña a la naturalidad, la sencillez en personas superadas de cualquier clase social, formación y condición. Los conceptos religiosos han extraviado bastante el verdadero significado de la humildad.
Dice el Maestro Rey Sol: “La humildad es la llave de oro y diamantes que permite abrir el recinto sagrado donde está el contacto con lo superior, la realización del Poder Interno. Esta cualidad ha sido tergiversada por las religiones como una condición que nos obliga a aguantar malos tratos sin protestar, hablar en voz muy baja, aceptar con resignación los sufrimientos. Con esto, lograron imponer sus prácticas a sus seguidores sin que ellos puedan protestar y defenderse, levantarse en la desdichas.
Hay que rescatar esa palabra, devolverle su verdadero sentido. Ser humildes no es vivir marginados en la ignorancia y la escasez, soportar la imposición de los poderosos calladamente, no tener aspiraciones, aceptar una vida miserable pensando que es la voluntad de DIOS, porque todos tienen a DIOS en sus corazones, el Poder Interno está en ellos, si lo invocan y lo saben reconocer.
GLOSARIO: AE/pch.
Hermosa cualidad que se alcanza cuando el ser domina a su yo humano, a sus vehículos en evolución y no trata de sobresalir sobre las demás personas para sentirse importante ni tiene ningún rasgo de ambición, egoísmo e interés personal.
En la humildad, no hay vanagloria ni propósito interesados de recompensa, no se manifiestan deseos de que otras personas los admiren debido a la sabiduría o méritos personales, pues hay un rechazo interno a todo tipo de adoración. Quien es realmente humilde vive sencillamente, actúa con naturalidad, no se aprovecha de los méritos ajenos ni se apodera de ellos. El amor brota espontáneamente en ese ser sin alardes de nada, pues es ajeno a toda vanagloria. Siente alegría por los logros de otras personas, las estimula en su adelanto. La luz de su Divina Presencia lo guía y fortalece.
Esta cualidad no se encuentra nada más en clases sociales de pocos recursos, pues lo mismo podemos verla brillar en quienes son poderosos y ricos; por lo tanto, no importa el nivel económico, social y cultural de quienes pueden tenerla. Se trata de una virtud interna, expresada en forma de ser más que en las palabras.
La humildad no consiste en rebajarse, en ser una persona resignada, anulada que no espera nada de la vida y tiene poca estima de sí misma, porque se confunden mucho los términos y aptitudes. Humilde, no es el más pobre e ignorante tampoco, pues se trata de una interna cualidad tan valiosa como el oro, que acompaña a la naturalidad, la sencillez en personas superadas de cualquier clase social, formación y condición. Los conceptos religiosos han extraviado bastante el verdadero significado de la humildad.
Dice el Maestro Rey Sol: “La humildad es la llave de oro y diamantes que permite abrir el recinto sagrado donde está el contacto con lo superior, la realización del Poder Interno. Esta cualidad ha sido tergiversada por las religiones como una condición que nos obliga a aguantar malos tratos sin protestar, hablar en voz muy baja, aceptar con resignación los sufrimientos. Con esto, lograron imponer sus prácticas a sus seguidores sin que ellos puedan protestar y defenderse, levantarse en la desdichas.
Hay que rescatar esa palabra, devolverle su verdadero sentido. Ser humildes no es vivir marginados en la ignorancia y la escasez, soportar la imposición de los poderosos calladamente, no tener aspiraciones, aceptar una vida miserable pensando que es la voluntad de DIOS, porque todos tienen a DIOS en sus corazones, el Poder Interno está en ellos, si lo invocan y lo saben reconocer.
GLOSARIO: AE/pch.