Espiritismo Venezolano y sus Cortes
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Vampiros del vicio Cuidense+delos+vampiros+energeticos

Los vampiros del vicio son almas extremadamente torturadas por el vicio que no consiguieron superar después de la muerte, sea el cigarro, alcohol, sexo, drogas, etc.

Como no poseen más el cuerpo físico, ellos utilizan a los encarnados viciados, “acoplándose” a ellos en simbiosis energéticas, donde absorben parcialmente las emanaciones etéricas y astrales del vicio degradante ejecutado por el encarnado.

Esos obsesores solo dejan la victima cuando ella ya no sirve más para su vicio. Hacen de todo para que ella no se vaya de su rutina de libertinaje, no teniendo la menor compasión por las consecuencias físicas, emocionales y espirituales generadas a medio y largo plazo.

Los obsesores se piensan dueños de su “cántaro espiritual” y no es poco común más de un obsesor utilizar al viciado, el grupo es restringido.

El encarnado muchas veces desea sinceramente salir del vicio, pero tiene que luchar duras batallas, una contra si y otra contra los obsesores, que a través de las ligaciones fluidicas ya consolidadas, estimulan al viciado.

Los obsesores no utilizan solamente estímulos internos para el vicio, también es común en ellos atrapar la vida de su victima para irritarlo, desarmonizarlo y con eso estimulando su vicio, haciendo parecer la única cosa que vale la pena, pues todo el resto da errado.

En la vida más allá de la materia, Hercilio Maes por el espíritu Ramatís encontramos el siguiente extracto:

    “los espíritus malhechores, desencarnados, por faltarles el cuerpo físico, viven siempre estimulados por los deseos inferiores de la materia, los cuales no pueden ser saciados en el Mundo Astral. Entonces, procuran saciarse de sus vicios y excesos buscando apoderarse de criaturas desprotegidas, a fin de transformarnos en verdaderas “puentes vivos” y así conseguir el medio de apartarse en sus deseos mórbidos y revoltosos. Utilizando procesos y trampas diabólicas, ellos agotan la vitalidad de las infelices criaturas que imprudentemente les caen bajo el yugo satánico… la energía del Mundo Astral es vigoroso multiplicador de la frecuencia vibratoria del peri-espíritu liberado de la carne. Por eso en cuanto las almas elevadas multiplican sus emociones dignas y más se elevan a los planos angélicos, los espíritus inferiores sienten sus deseos torpes todavía más sobreexcitados…”


En el Mundo Mayor de Chico Xavier, por el espíritu André Luiz:

    “Antidio, enfermo y desventurado, a despecho de las condiciones precarias, reclamaba una copita, siempre una copita más, que un muchacho de servicio traía, obediente. Temblándole los miembros, denunciándole el abatimiento. Álgido sudor le escurría de la frente y, de vez en cuando despedía gritos de terror salvaje. Alrededor, cuatro entidades embrutecidas sometiéndolo a sus deseos. Excitándole la organización fisiológica, alternamente, una a una revisándose para experimentar la absorción de las emanaciones alcohólicas, en lo que sentían singular placer. Posesionándose particularmente de la “entrada gástrica”, inhalando la bebida a volatizarse del cardias al píloro.
    ¿La escena infundía angustia y asombro. Estaríamos delante de un hombre embriagado o de una taza viva, cuyo contenido sorbían genios satánicos del vicio?
    El infortunado Antidio traia el estomago atestado de liquido y la cabeza turba de vapores. Semi-desligado del organismo denso por las actuación anestesiante del toxico, pasó a identificarse más íntimamente con las entidades que lo perseguían.
    Los cuatro infelices desencarnados, a su turno, tenían la menta invadida por visiones terroríficas del sepulcro que habían atravesado como dipsomaniacos. Sedientos, afligidos, traían consigo imágenes espectrales de víboras y murciélagos de los lugares sombríos donde habían estacionado.
    Entrando en sintonía magnética con el psiquismo desequilibrado de los vampiros, el ebrio comenzó a rogar, estentóreamente
    -¡Sálveme! ¡Sálveme, por amor de Dios!
    E indicando las paredes próximas, gritaba bajo la impresión de indefinible pavor:
    -¡Oh! ¡Los murciélagos!... ¡los murciélagos! ¡Espántenlos, deténganlos…! ¡Piedad! ¡Quien me librará! ¡Socorro! ¡Socorro!...
    Dos señores también cegados por el vino, se aproximan, espantados. Uno de ellos tranquilizó al otro diciendo:
    -Nada de más. Es Antidio de nuevo. Los accesos volvieron. Dejémoslo en paz.
    -¡Ay! ¡Ay! Una cobra… Apártame, sofócame… ¿Qué será de mí? ¡Socorro!

    Las entidades perturbadoras calificaban en las actitudes sarcásticas carcajeaban de manera siniestra. Las oía el infeliz, le hacían eco en el fondo del ser, y grataba intentando invertir, aunque tambaleante, los verdugos invisibles.”


En los Dominios de la Mediumnidad – Capitulo 15 – Fuerzas viciadas

    “se encontraba el pobre amigo abrazado por una entidad de la sombra, cual si un polvo extraño lo absorbiese.
    En un instante, reparamos que la bebedera alcanzaba a los dos, por cuanto se yuxtaponían completamente uno al otro, exhibiendo las mismas perturbaciones.

    Junto de fumadores y bebedores poco experimentados, criaturas desencarnadas de triste rasgo se demoraban expectantes.

    Algunos sorbían las bocanadas de humo lanzadas al aire, todavía calientes por el calor de los pulmones que las expulsaban, en eso encontrando alegría y alimento. Otras aspiraban el hábito de alcoólatras arrepentidos.
    Indicándolas, informó el orientador:
    -Muchos de nuestros hermanos que ya se desenredaron del vaso carnal, se apegan con tamaño desvarío a las sensaciones de la experiencia física, que se cosen aquellos nuestros amigos terrestres temporalmente desequilibrados en las desagradables costumbres por las que se dejan influenciar.
    ¿Pero por qué sumergirse de esa forma en placeres de esa especie?
    -Hilario – dice al asistente bondadoso – lo que la vida comenzó, la muerte continúa… esos, nuestros compañeros, situaron la mente en los apetitos más bajos del mundo, alimentándose con un tipo de emociones que los localiza en el vecindario de la animalidad.
    No obstante, han frecuentado santuarios religiosos, no se preocuparon en atender a los principios de la fe que abrazaron, acreditando que la existencia debía ser para ellos el culto de satisfacciones menos dignas, con la exaltación de los más astuciosos y de los más fuertes. El llamamiento de la muerte los encontró en la esfera de impresiones delictuosas y oscuras y, como es de la Ley que cada alma reciba de la vida de conformidad con aquello que da, no encuentran interés sino en los lugares donde pueden nutrir las ilusiones que les son peculiares, por cuanto en la posición en que se ven, temen la verdad y la aborrecen procediendo como el búho que huye de la luz.”


Sexo y destinoFrancisco Cándido Xavier y Waldo Viera – Alcohol

    “Nos destinamos curiosos en la inspección, cuando sobrevino lo inesperado. Delante de nosotros, ambos los desencarnados infelices, que sorprendiéramos a la entrada, surgieron de repente, lo abordó Claudio y actuó sin ceremonia.
    Uno de ellos le tanteó uno de los hombros y gritó insolente:
    -¡Beber, mi querido, quiero beber!
    La voz escarnecedora nos agredía la sensibilidad auditiva. Claudio no le pescaba el mínimo sonido. Manteniéndose atento a la lectura, inalterable. Sin embargo, si no poseía tímpanos físicos para cualificar la petición, traía en la cabeza la caja acústica de la mente sintonizada con el apelante.
    El asesor inconvenientemente repitió la solicitación, algunas veces, en la actitud del hipnotizador que insulta el propio deseo, re-aseverando una orden.
    El resultado no se hizo demorar. Vimos al paciente desviarse del artículo político en que se entrañaba. Él mismo no explicaría el súbito desinterés del que se notaba acometido por la editorial que le apresara la atención.
    ¡Beber! ¡Beber!...
    Claudio abrigó la sugestión, convicto de que se inclinaba para un trago de wiski exclusivamente por si.
    El pensamiento se le transmutó rápido, como la planta cuya corriente se desplaza de una dirección para otra, por efecto de la nueva tomada de fuerza.
    ¡Beber, beber!... y la sed de aguardiente, se le articuló en la idea, ganando forma. la mucosa pituitaria se le agudizó como que más fuertemente impregnada del CHEIRO ACRE que vagueaba en el aire.

    El asistente malicioso le rascó blandamente la garganta. El padre de Marina se sintió molesto. Indefinible sequedad constriñéndole la laringe. Ansiaba tranquilizarse.
    El amigo sagaz le percibió la adición tacita y se coló a él. De comienzo, la caricia leve; después de la caricia agasajadora el abrazo envolvente; y después del abrazo de profundidad, la asociación reciproca.

    Claudio (hombre) absorbía el desencarnado, la apariencia de sapato que se ajusta al pie, se fundieron dos, como si morasen eventualmente en un solo cuerpo. Altura idéntica, volumen igual, movimientos sincrónicos, identificación positiva.
    Se levantaron a un tiempo y giraron integralmente incorporados uno al otro, en el área estrecha arrebatando el delgado frasco.
    No conseguiría especificar, de mi parte, a quien atribuir el impulso inicial de semejante gesto, si a Claudio que admitía la instigación o si al obsesor que la proponía.
    El gole rodó a través de la garganta, que se exprimía por dualidad singular. Ambos os dipsómanos metieron la lengua del placer en acción simultanea. Se rompió la pareja y Claudio, desembarazado se disponía a sentar, cuando el otro colega, que se mantenía a la distancia invistió sobre él y protestó:
    ¡Yo también, yo también quiero!
    Reavivándole en el animo la sugestión que desmoronaba…
    Absolutamente pasivo delante de la incitación que lo asaltaba reconstituyó mecánicamente la impresión de insaciedad.

    Bastó eso y el vampiro, sonriente, se apoderó de él, repitiéndole el fenómeno de la conjugación completa.”


Sexo y destino – Alimentación
    “Moreira, que no más me indicó la presencia se instaló en la cadera de Claudio y con Claudio, de tal modo, que, cierto, se alimentaba tan claramente cuando él, a través de uno de los numerosos procesos en que se catalogaban las acciones de la osmosis fluidica."


Tratamiento

Otro caso bastante complejo de solución, pues en cuerpo astral el viciado sufre más por la terquedad de lo que cuando encarnado, su angustia no tiene el cuerpo físico para ablandar el impacto de las violentas sensaciones de la falta del elemento viciante.

Para desligarse de ese tipo de obsesión es necesaria mucha fuerza de voluntad, pues en cuanto exista el vicio allí estará el hermano obsesor.

Si los hermanos espirituales desligaran al obsesor y el encarnado continua con su vicio, entonces otro obsesor se aproximará. No tiene otra opción más allá de dejar el vicio.

Y por ese motivo es que los procedimientos ejecutados por los hermanos espirituales son lentos y graduales, pues tienen como objetivo la recuperación de todos los que están envueltos.

Sin duda alguna los cambios tienen que iniciarse en el espíritu encarnado, para a lo poco, influenciar sus obsesores. A partir de ese momento los instructores espirituales pueden comenzar a actuar, e iniciar todo el proceso de recuperación del grupo.

Sin la modificación del encarnado la oportunidad de sucesión es casi nula.

Cigarro, alcohol, sexo y drogas están entre los vicios que más arrastran encarnados y desencarnados para el sufrimiento, sin embargo, no son los únicos, cualquier vicio está sujeto a la obsesión.

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Ritual con la Virgen de Guadalupe para las personas que tienen Vicios

7 Velas Azules ( para el campo fisico rional)
7 Velas Moradas ( para dar luz a su campo aurico astral)
Un platico
Una foto de la persona
la imagen de la virgen de guadalupe

Se dice esto es para fulanito de tal la vela azul para que tenga luz y que tenga claridad en su salud la foto de la persona ventilarla por la vela encendida y luego prender la Morada y se dice esta vela es para darle luz para que no le llegue la energia negativa y se le ventila la foto de la persona en la vela sin quemarla por ensimita se le pasa la foto 7 dias seguidos se reza la oracion y se le pide a la vigen de guadalupe la peticion del vicio que queremos quitar.

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Excelentes aportes hermanos. Dios los bendiga con mucha salud y vida

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