En el Antiguo y Nuevo Testamento, libros que como todos sabemos fueron escritas en lengua hebrea y griega, y con el pasar de los años varios concilios y sobre todo una serie de estudiosos "sesgarón" parte de esos documentos por parecerles "pueriles" o poco relacionados con el Jesús Divino o el Jesús histórico. Como ya comentamos antes, apócrifo, no significa que sea malo, ni falso, simplemente la palabra denota "oculto" . Cuando se dividierón los evangelios en canónicos y apócrifos, la Iglesia sólo condenó lo que de "herético" pudiera contener en estos últimos, naciendo a partir de ahí, dos tendencias, una encabezada por San Jerónimo, que era partidario de suprimir todo lo que no fuera canónico, otra, menos extremista, inclinada por el aprovechamiento de lo bueno que ofrecen los apócrifos (patrística oriental y San Agustín). Pero la Iglesia no se ha decantado por ninguna de las dos posiciones y sus recomendaciones son sólo de carácter privado.

Es verdad, que leyendo muchos de ellos, hay algunos en los que su fantasía se aproxima a lo estravagante y a lo pueril. Pero también es verdad que hay valores y datos que pueden llegar a ser aprovechables sin menospreciar al Jesús histórico o al Jesús Divino.
Además hay que considerar que según algunos estudiosos, los apócrifos fueron escritos incluso antes que los canónigos o en la mayoría de los casos al mismo tiempo. Los primeros apócrifos datan de finales del siglo II y el núcleo principal oscila entre los siglos III y V. Los apócrifos del Nuevo Testamento, como los canónicos, se dividen en Evangelios, Hechos, Epístolas y Apocalipsis, siendo el primer gurpo el que tiene mayor número de apócrifos. De entre todos ellos los siguientes: el de Santo Tómas, Santiago y el de San Pedro se encuentran entre los más condenados por las iglesias cristianas, católica, griega y protestante. Los más conocidos (de los aproximádamente 50 que pululan por ahí son: El Evangelio de Taciano (muy parecido a los canónicos), El Protoevangelio de Santiago, El Evangelio de Santo Tómas, El Evangelio de San Pedro y el Evangelio del Pseudo Mateo.

El de Taciano que es el mas extenso, fue escrito en el año 173. El de Santiago, que es una colección de narraciones divididas en tres partes, la tercera de las cuales parece añadida con posterioridad, es de muy insegura datación. El evangelio de Santo Tomás, es del año 150. Del Evangelio de San Pedro, se puede afirmar que existía ya antes de que acabara el siglo I, tratándose, de esta forma, de uno de los documentos más antiguos del cristianismo, y mas si se tiene en cuenta el sentido gnóstico del mensaje.

Para finalizar este artículo, diremos que, El Evangelio del Pseudo-Mateo parece un arreglo del Protoevangelio, de datación desconocida, pero naturamente posterior a éste, que es anterior al año 150.