221. RASCA BARRIGA
Dueño:
Eleggua Dueño es Eleggua. Se emplea para pegarle a Eleggua en el Asiento. El “iyawó” de Eleggua es azotado a veces con dureza, por la madrina y el padrino. No monta, es un “palo” exclusivamente benéfico que sólo se utiliza para curar “alteraciones” a través de sus hojas y flores. Éstas se queman y se hacen aspirar el humo a los niños que sufren inflamaciones. Muy recomendable también en guataplasmas para las hinchazones.

222. ROMERO
Dueño:
Yemayá Dueño es Yemayá. Sus ramas son magníficas para “despojos”. La virtud de sus aromas es un “gran secreto” que los que lo poseen no lo divulgan jamás.

223. ROMPE SARAGÜEY
Dueño:
Changó Dueño es Changó. Es una de las plantas populares y preciosas que le pertenecen a este orisha. Muy utilizada para baños y despojos y purificaciones de las casas, el rompesaragüey, ruda, perejil, apasote, piñón, paramí y alacrancillo (todo hervido), libran al cuerpo de una “mañunga”. Es la yerba que unida a la yaya y a la guara, se emplea en la Regla de Palo Monte, en los siete baños con que se prepara y purifica al individuo que va a “rayarse” (iniciarse), antes de derramarse el agua sobre el cuerpo se persigna con ella y bebe tres largos sorbos para limpiar y fortalecerse anteriormente. No secará su cuerpo con toalla después de cada baño para que se impregne y penetre en su organismo las propiedades mágicas de estas tres poderosas fuerzas vegetales. Para protegerla casa contra toda clase de “wangas” o “ndiebos” se pone en la puerta una cruz hecha de rompe saragüey y debajo se dibuja otra con manteca de cacao.

224. ROSAS
Dueño:
Ochún Dueño es Oshún. En baños para atraer se emplean cinco rosas amarillas, azogue, miel de abeja y canela. Baños para “iowó” (para atraer el dinero) se hace con cinco rosas amarillas, perejil, albahaca, cinco esencias diferentes y miel de abejas.

225. RUDA
Dueño es Changó. Los brujos la detestan porque es su peor enemigo. En la casa donde crece esta planta los “nfoki” no penetran. Por ello es buena precaución tener una matita de “ruda” en el patio de la casa o en el balcón pues nunca se sabe que clase de persona vive en la otra puerta, y generalmente son los niños los más expuestos a recoger los daños. Para amarrara una persona, se consiguen cinco vellos de quien se desea “atar”, se compra un panecillo fresco, se abre por el medio con un cuchillo nuevo. Se colocan dentro del pan los vellos en cruz, los del que “amarra”, arriba de los vellos del que quedará preso. Se juntan las dos mitades del panecillo y se atraviesan con tres púas de palo mirto, para que queden unidos y bien seguros los dos pedazos de pan. Se mete el pan en una lata con cuatro tierras y se siembra en ella una mata de “ruda”. Cuando la mata se esta agotando se escoge el mejor de los gajos y se vuelve a sembrar. No se le dará a nadie, ni una hoja de esta mata, ni se le toca en viernes.