Chispas Divinas:

Son infinitas emanaciones de la energía-luz procedentes del invisible fuego eterno. Nacen de inteligencias perfectas como pequeños focos de luz que se originan en un sol central, mayor o menor, de los muchos que hay en el universo, en el inmenso cosmos. Sus creadores o padres son las Divinas Presencias que los cuidan desde su origen. No todas las chispas divinas provienen del Gran Sol Central de esta galaxia, pues también proceden de muchos y numerosos soles existentes en todo el cosmos.

Como es sabido, un sol es un núcleo de energía y poder donde se encuentran seres de altísima evolución, los padres y madres de la Creación, rayos gemelos y directores de esos soles, Divinas Presencias, seres de gran adelanto muy superados. Cada chispa divina es hija de una inteligencia perfecta y proviene de un sol. Luego de mucho recorrido en el tiempo, esas chispas divinas se conviertes en seres humanos que habitan en planetas de tercera Dimensión como sucede con la Tierra y en otros mundos.

Después de descender a los planetas densos en la Involución, comienza su evolución a partir del Microcosmos en los Reinos: Mineral, Vegetal, Animal y Humano. Es un lento proceso parecido al germinar de la semilla que se hunde en la tierra para que, a través de esa misma luz, de tantas presiones, logre la maravillosa transformación que la impulsa a convertirse en árbol.

El engrandecimiento y crecimiento de las chispas divinas sucede por los numerosos cambios efectuados a lo largo de muchísimas vidas, sin importar los recipientes o cuerpos que ellas ocupen. Así, van pasando los siglos, eones desde que la pequeña chispa divina que formó parte del cuerpo de un mineral, por ejemplo, de una planta, se un pez, de un mamífero, llegue a estar situada en el corazón de un ser humano, en conexión con la Divinidad.
Todo es cambio, transformación constante, nada se detiene. Cuando las chispas divinas llegan a formar parte del Reino Humano, a partir de ese momento, ya como personas, han de pasar por numerosas encarnaciones en distintos cuerpos físicos, lo cual las purifica, las eleva cada vez más hasta alcanzar la perfección (Maestros Ascendidos) y niveles evolutivos mayores, pues nunca hay límite alguno. Mientras tanto, son seres en evolución que moran en planetas de Tercera Dimensión, donde aprenden lecciones a través de la experiencia y desarrollan bastantes cualidades.

Las chispas divinas no nacieron todas de una vez en el origen del mundo, del sistema solar tal como pudiera creerse sino que continuamente emanan, igual que el aire entra y sale de los pulmones con naturalidad. Desde un principio, poseen inteligencia, todas las potencialidades del Padre Creador en esencia, sintetizadas en las tres maravillosas facultades de la Llama Triple: Amor, Sabiduría y Voluntad. Luego de nacer, se revisten de energía fluídica para formar su aura o campo magnético, el cual es también su vestidura envolvente, su protección y comienzan a emitir rayitos luminosos en todas direcciones. Ese es el inicio de la vida como chispas divinas.

AMADO Maestro LANTO/AE/pch