Miedos de la mediumnidad

Dudas y cuestionamientos acostumbran atormentar a los médiums, principalmente en las primeras tentativas de incorporación, la modalidad mediumnica más visible en la Umbanda y que permite la manifestación directa de los Espíritus (mentores y guías) y Entidades (seres naturales y encantados) actuantes en la religión.

Algunos médiums terminan inseguros, con miedo de entregarse al trance mediúmnico. Otros dudan de lo que están sintiendo (la Energía que se aproxima a su campo magnético), terminan con miedo de estar mistificando etc. Puede haber un sentimiento de angustia, una mezcla de miedo y de culpa, bien difícil de digerir¿qué hacer?

Este cuestionamiento es saludable, demuestra que la persona quiere conocer más el asunto, quiere aprender. El exceso es lo que puede ser perjudicial, cuando la persona no explora aquello, no acepta el desafío, dejando de utilizar un talento importante.

Temer a aquello que es nuevo, desconocido es de la naturaleza humana. Pero cuando se descubre el misterio por detrás de aquello, el miedo desaparece. El primer paso, entonces, para quien descubre que es médium, es procurar saber de lo que se trata. ¿Qué significa ser médium? ¿Qué es la mediumnidad?

La mediumnidad es un don natural, una capacidad que todo Ser humano un día irá a desarrollar, en mayor o menor grado. Es la capacidad de percibir y entrar en contacto con Energías de realidades que están más allá de la dimensión material en la cual vivimos. Algunas personas nacen con una capacidad mediumnica más aflorada, traen eso de existencias anteriores. Otras podrán desarrollarla en el transcurrir de la encarnación, pero todos nosotros iremos a perfeccionarla en el transcurrir del tiempo, una vez que estamos destinados por Dios a un camino de evolución constante. Tiempo de mediumnidad, no es garantía de que no tenemos nada más que aprender, pues lo que vale es un ejercicio mediúmnico consciente, honrado y constante.

Nadie nace médium por acaso. Somos preparados para eso, con el propósito de acelerar nuestra evolución. Y lo hacemos al aplicar ese don en nuestro beneficio y en el auxilio a los semejantes.

La capacidad mediumnica depende de algunas características físicas del individuo, especialmente ligadas a la Glándula Pineal.

La Pineal es una glándula muy pequeña, de pocos milímetros, con la forma de piña (de ahí el nombre: pineal). Se localiza en el centro del cerebro y se conecta con los ojos por medio de nervios. Ella funciona como una antena capaz de captar vibraciones más allá de nuestra dimensión material, sirviendo como puente entre el Espíritu y la materia.

Eso ocurre porque la Pineal contiene cristales de apatita que captan las vibraciones electromagnéticas del Sol, de la Luna y de dimensiones más allá de la nuestra. El córtex cerebral recibe esas vibraciones y las decodifica (interpreta), volviéndolas comprensibles y significativas para nosotros. O sea, los cristales de apatita de la Glándula Pineal nos dan la llamada capacidad mediumnica.

Cuanto mayor la concentración de esos cristales, mayor será la capacidad mediumnica del individuo. Se trata de una característica natural y particular. Nadie puede aumentar la concentración de estos cristales. Por eso, cuando se habla de desarrollar la mediumnidad, lo que se tiene en mente es estudiar una capacidad natural de aquel individuo, para colocarla en acción de modo que, en un primer momento, él se beneficie y, después, pueda utilizarla para auxiliar a otras personas.

Se cuenta que en algunas iniciaciones del antiguo Egipto aquellos que estaban siendo iniciados usaban entorno de la cabeza una cinta blanca adornada con pequeños conos de pino – en una alusión al desarrollo de sus capacidades extrasensoriales, directamente ligadas a la Glándula Pineal. En la Umbanda, ella es relacionada al chacra de la Corona, ligado al Sentido de la fe y a las Energías que despiertan los Seres para la Espiritualidad, para la religación con lo Divino.

Con esto, podemos ver que nadie nace médium por acaso. Hay toda una preparación anterior a la encarnación, para que la persona venga equipada físicamente de forma a ejercitar aquel don. Después, es claro, ella va a necesitar de un estudio que la equilibre (en lo mental, en las emociones, etc.) y le dé buenas condiciones de hacer uso de ese equipamiento.

En el Astral Superior, antes de encarnar, y más allá de esa estructura física (en la Pineal), el futuro médium recibe todo un acompañamiento de aquellos que irán a actuar como sus Guías Espirituales, para que juntos desempeñen la tarea (misión) a la cual se propusieron. Más allá de eso, él traerá consigo las experiencias y conocimientos acumulados en existencias anteriores, depositados en su inconsciente (en el cerebro físico), y que podrán despertar en el momento en que eso sea necesario y útil a su desarrollo espiritual durante la encarnación.

Bueno, si todo eso ocurre antes de la encarnación, ¿por cual motivo todavía nos asustamos al recibir la “noticia” de que somos médiums?

Eso ocurre porque las memorias anteriores del Ser terminan apagadas en el momento y evolución. En un primer momento, el Ser encarnado olvida todo aquello, inclusive los compromisos asumidos. Con el pasar del tiempo, pero, la Vida Mayor irá a conducirlo a situaciones y experiencias que irán a traer todo al tema. Los amigos espirituales irán a susurrar en sus oídos (durante el sueño, por ejemplo) la necesidad de buscar la Espiritualidad, etc.

Entonces, cabe a él, usando de su libre albedrio, instruirse al respecto del asunto y procurar su equilibrio mental y emocional como individuo, para después colocar en práctica (o no) aquel don, en el propio beneficio y en favor de otras personas. En ese momento, él estará amparado por lo Alto y por los propios conocimientos y experiencias vividos anteriormente.

Una cosa es cierta: el primero y mayor beneficiado por un trabajo mediúmnico sincero, devoto y libre de intereses egoístas o materialistas, es siempre el propio médium. Pues las Energías Superiores irán a envolver, primero, al médium, para después alcanzar a los consultantes. La primera dosis del remedio Energético es entregada al médium. El médium es el canal, es el intermediario entre la Espiritualidad y nuestra realidad material. A partir de él es que aquellas Energías alcanzarán el ambiente y las otras personas. Luego, el médium nada tiene que temer ni perder – desde que se haya preparado íntimamente para el trabajo mediúmnico.

Prepararse íntimamente es algo que incluye básicamente:

1-Ciuidados con la salud física (buena alimentación, hidratación corporal, higiene física, la práctica de ejercicios, evitar hábitos nocivos a la salud, etc.);
2-Cuidados con la salud mental y emocional (buscar el autoconocimiento, descubrir sus puntos positivos y los que todavía necesitan ser fortalecidos; mantener buenos pensamientos; investigar el origen de pensamientos y emociones menos equilibradas que pueda haber en él y tratarse; mantener el hábito de la oración como forma de meditación; cultivar el hábito de buenas lecturas; frecuentar ambientes saludables y convivir con personas positivas; evitar comentarios maliciosos sobre la conducta ajena; no entregarse a fantasías e ilusiones; estar abierto y receptivo para colaborar en familia, en la comunidad y en el ambiente religioso, etc).

Buscando el autoconocimiento, nosotros descubrimos en cuales sectores de nuestra vida podemos andar indecisos, inseguros, temerosos, ansiosos, etc. El paso siguiente será verificar la causa de eso, descubrir el origen de nuestros miedos e inseguridades, entonces hacer un tratamiento energético, (oraciones, pases, baños con hierbas y flores, etc.) y buscar un tratamiento médico especifico, o una terapia, cuando necesario.

Cuando el individuo, en sí, está en equilibrio, entonces él puede desarrollar un trabajo mediúmnico satisfactorio. Estando en paz consigo mismos, aceptándose, respetándose, confiando en sus capacidades y trabajando para superar eventuales carencias, entonces él estará apto para dedicarse a la tarea mediumnica con más seguridad.

La entrada del trabajo mediúmnico es siempre bueno, en lo que cabe a la Espiritualidad Superior, que apenas cumple las Leyes Divinas. Pero el vehículo – que es el médium -, necesita ser bien cuidado y recibir manutención/revisión constante, para viajar con seguridad…

Muchas veces, la indecisión que aparece en la tarea mediumnica es apenas el reflejo de una personalidad carente, insegura; y esto precisa ser investigado y previamente tratado. Y cuando la indecisión del médium aparece porque él conoce poco al respecto de la Espiritualidad y de la mediumnidad, entonces será preciso que él estudie y se instruya, para disipar sus dudas. En fin, siempre habrá un medio de aprender un poco más sobre nosotros mismos y sobre las Leyes de la Vida, avanzando positivamente en nuestra ruta de evolución.

El mayor desafío que la mediumnidad nos propone es el de conocer nuestro íntimo y, sabiendo quienes somos, lo de abrir el corazón para juntar nuestras fuerzas a las de otras personas, para que una corriente mediumnica fuerte y consciente pueda ganar vida y entrar en acción, beneficiando sus componentes y la asistencia.

Cuando cada enlace se conoce – sabiendo de sus puntos fuertes y de sus fragilidades -, entonces la fuerza de un suministro a la debilidad del otro; los conocimientos y experiencias de uno auxilian a los demás, y viceversa; finalmente, nace una corriente sólida, entera por dentro (en las intenciones de cada enlace) y por fuera (en la disposición de todos para continuar aprendiendo, mejorando y prestando auxilio mutuo).

¿Quién gana con eso? ¡Todos ganan! Gana cada individuo, gana el grupo, y gana la colectividad. Y así conseguimos comprender, tal vez el mensaje del sabio: hay más cosas entre el Cielo y la Tierra de lo que sueña nuestra vana filosofía….

Sí, hay un mundo inmenso a ser desvelado a nuestros sentidos, capaz de sublimarlos, aumentando nuestra comprensión y valorización de la Vida. Un camino de religación con el Padre-Madre de la Creación y de una convivencia más fraterna y armoniosa con todo lo que nos rodea. La mediumnidad es una herramienta poderosa, a abrirnos ese camino. Vale la pena estudiar y reflexionar sobre eso. Como dice el poeta: todo vale la pena cuando el alma no es pequeña…

¡Paz y Luz a todos!

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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal? 
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.