adê, imbé, batir cabeza y arrodillarse Images?q=tbn:ANd9GcT_hVpnwq2OuPltJ5CYuxOTrUNsprup22QOt_gUyrt2iaSz67Yt

Rostros cubiertos (Candomblé)

De las coronas (adê) de la realeza Nagô, pendía una cortina de franjas de cuentas (imbé). El pueblo no podía ver los rostros de los reyes y reinas… la cara de la realiza no era accesible a los mortales (los reyes tenían origen divino).

El imbé es una vestimenta también usada por muchos Orixás (la realeza cósmica).


adê, imbé, batir cabeza y arrodillarse Images?q=tbn:ANd9GcToR_-lBTz06f-4vgGVyXiXoovuTkJUIPt8tV3WSW-lagVZjmEoBMa2rOAeHA

El hecho de “batir cabeza

El hecho de batir cabeza, tal vez sea la parte de la ritualistica umbandista cuya simbología esta en el inconsciente colectivo de la humanidad desde el principio de los tiempos.
El hecho de llevar la cabeza al suelo es encontrado, prácticamente, en todas las religiones y fue traído para algunos protocolos del mundano teniendo en vista que en muchas sociedades, sus soberanos eran tenidos como representantes terrenos de la divinidad.
Su significado puede ser interpretado como (reconocimiento de la…) sumisión del ser humano delante de la omnipotencia de la deidad, muchas veces representada a través de fenómenos de la Naturaleza. O sea, la aceptación de nuestras limitaciones delante de aquello que no podemos controlar. Se trata, por lo tanto, de una señal de respeto y de entrega.
También puede ser entendido como representación de humildad, bien como una forma de agradecimiento (a la Madre Tierra que, a través de sus misterios, nos da todo lo que nos sustenta y mantiene).
Se puede, entonces, decir que en la Umbanda batir cabeza significa respeto por la deidad, Orixás, guías y entidades que son representadas tanto por el Congá, como por los puntos de fuerza o energía (la toquería y los atabaques), y todavía en las figuras de los sacerdotes y sacerdotisas o más viejos en la religión.
La ritualistica puede variar de terreiro para terreiro, función de doctrina y fundamentos propios.


Arrodillarse

Gero Maita
Dentro de las varias ritualisticas que se desenvuelven en los Terreiros de Umbanda, es común ver principalmente en el inicio y termino de los trabajos espirituales el cuerpo mediúmnico con las rodillas en el suelo. Algunos ven esta postura como arcaica y sin sentido, pero nunca se dieron al trabajo de analizar detenidamente tal comportamiento.
Es de conocimiento general que las primeras religiones del globo terrestre ya insertaron en sus rituales el arrodillar, exteriorización de respeto junto al Creador y también manifestación de humildad que todos deben tener, sea para con lo Divino, sea para con el prójimo. De la misma forma, el hecho de postrarse de rodillas hacia y hace ver a los fieles que asistían o asisten una manifestación de religiosidad, la seriedad, el respeto y la simplicidad del sacerdote, frente al plano espiritual superior.
La implantación del arrodillarse tiene como finalidad mostrar a Dios todo nuestro cariño, obediencia, respeto y amor y el como somos de pequeños delante del universo creador por él; y para pasar a la asistencia que aquel espacio se tiene la exacta noción del papel que desempeña como instrumento de trabajo de los buenos espíritus.
Infelizmente, es del conocimiento de todos que, al lado de criaturas humildes, simples, caritativas que están siempre dispuestas a dar su sudor a la Umbanda, existen otras tantas orgullosas, vanidosas, “auto-suficientes”, que procuran a todo costo imponerse a los demás, maximizando sus “cualidades” y minimizando las virtudes ajenas. Ostentan falsas conquistas, queriendo someter todos sus caprichos. Sin embargo, nada más doloroso e incomodo para estás personas de lo que termina en posición de supervivencia, de aparente inferioridad. Tal postura les sangra el alma y les oprime el pétreo corazón.
Sus visiones ofuscadas no consiguen ver que tal rito es para su propio bien, para su propia liberación de los sentimientos mezquinos y posterior elevación espiritual, pues auxilia en la quiebra de la vanidad y de la soberbia. Algunos hasta pueden decir que al posicionarse de rodillas, el médium puede tener en mente pensamientos diametralmente opuestos a aquella posición. Pero ahí, mis hermanos, es que termina la tarea de los encarnados y se inicia el proceso de asepsia y lapidación de los arrogantes y vanidosos, llevados a efecto por los amigos de Aruanda, y así, dando luz a estás personas y reconduciéndolas al trabajo Divino.

¡Rodillas al suelo, sí!