ORACIÓN I

Oh glorioso San Agustín, tu fuiste un hombre sensual atormentado frecuentemente por los apetitos y deseos naturales. Pero supiste encontrar tu camino hacia Dios por medio del fuerte deseo de vivir una rica vida espiritual y plena de sentido. Ayúdame a ver las cosas como tu enseñaste, que Dios esta presente en todos aquellos que con buena voluntad le buscan y en todos los que le aman como El nos ama. Ayúdame a ver a través de mis deseos de Dios y ayúdame a ver el amor de Dios en todos mis deseos. Te pido San Agustín, que me ayudes a encontrar a Dios en todo lo que veo. Infunde en mi espíritu con el deseo de conocer y amar a Dios con todo mi corazón. Amén

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ORACIÓN II

Amado santo, tu primeramente estuviste centrado en el hombre y te adheriste a las enseñanzas falsas. Finalmente te convertiste por la gracia de Dios y llegaste a ser un teólogo orante, centrado en Dios, en su amor y en su predicación. Ayuda a los teólogos en sus estudios de la verdad revelada. Ayudales a seguir siempre el magisterio de la Iglesia en su esfuerzo por comunicar las enseñanzas de la tradición en una forma que resulte atractiva al mundo de hoy. Amén.

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SÚPLICAS

El Señor Jesús ha enviado su Espíritu al corazón de los hombres. A El nos dirigimos:

- Asiste a los predicadores y a los teólogos para que expongan convincentemente la fe de la Iglesia.

- Penetra con tu luz el corazón de los hombres que buscan la verdad.

- Deshad con la fuerza de tu gracia el enredo del pecado y de la culpa.

- Inquieta los corazones indiferentes para que te busquen, y buscándote, te encuentren.

Tu, que "nos has hecho, Señor, para ti y nuestro corazón no halla sosiego hasta que descanse en Ti", concédenos un corazón ardiente y una mente penetrante como la de San Agustín. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.