El estado indefinido de alarma, las cuarentenas, vacunas, las mascarillas sofocantes y la propaganda diaria de terror con respecto al COVID19 tienen como fin traer a Occidente el modelo de credito social chino rebautizado como pasaporte sanitario o carnet de inmunización.

Una población hastiada de los bloqueos, sin diversiones al aire libre y limitada en sus derechos individuales, aceptará facilmente vivir en un campo de concentración "feliz" donde los salvoconductos, carnets de la patria o covid-pass serán el requisito fundamental para abordar transporte público, asistir a conciertos, bares, acceder a cajas de alimentos, cupos universitarios, etc, etc. Una Sociedad moldeada por el Totalitarismo marxista cultural.

En China llevan años desarrollando este sistema de crédito social. El régimen chino, basado en un modelo digital de control y puntuación -que clasifica y evalúa a individuos y empresas-, castiga lo que considera “mal comportamiento” mientras premia a quienes actúen de manera “ideal”.

Los puntos se suman o se restan teniendo en cuenta antecedentes politicos, historial crediticio, participación en votaciones, pero también cuestiones tan personales como actividad en redes sociales, compras en línea, si la persona se manifiesta en contra del Gobierno, hábitos alimenticios y “evaluación” de sus superiores o arrendatarios influyen en la puntuación.

Si la "vacunación" masiva compulsiva no tiene éxito, provocaran más cuarentenas que quiebren el trabajo independiente, interrumpiran la cadena de comercialización de alimentos, cortaran la electricidad, empezaran los disturbios y la lucha en las ciudades por la supervivencia.

También piensan usar la narrativa del apocalipsis climático, para justificar más impuestos, prohibición de hacer excursiones a playas, montañas, en fin, usaran todas las excusas posibles para ir liquidando poco a poco todas las libertades y el Covidpass será el instrumento.

Si no estás vacunado o implantado no podrass viajar, comprar, vender, comerciar, trabajar, poner gasolina, utilizar el transporte público, llevar a tus hijos al colegio, tener una cuenta corriente, un seguro, una hipoteca…

De hecho ya están diciendo que van a hacer cartillas COVID y solo los que tengan su cartilla al día podrán tener ciertos privilegios, por ejemplo viajar.

También se ha planteado hacer listados de gente no vacunada. Porque, a ver si nos enteramos, lo que hasta hace apenas dos años eran derechos y libertades ahora son privilegios de los cuales la elite política y económica dispone a discreción.

Si tu quieres tener privilegios similares debes someterte, vacunarte, implantarte el chip, instalar la APP de geolocalización y de scaneo de salud… vamos, ser buen ciudadano. Tener puntos, como en China.

Es decir, no criticar al gobierno ni sus planes ni oponerte por cualquier medio, sino someterte. Los que no actúen así serán considerados malos ciudadanos, vigilados, seguidos, monitorizados, espiados por las agencias gubernativas (como lo está sufriendo este medio y sus articulistas y colaboradores).

Ese “mal ciudadano” será vigilado y perseguido incluso por sus vecinos y familiares (cosa que ya está sucediendo). Estos resistentes van a ser considerados un cáncer para la democracia, para la seguridad y la salud del “rebaño” por lo que serán detenidos, recluidos en centros de aislamiento y, finalmente, por qué no, desaparecidos.

No convirtamos a Occidente en un lugar donde, al estilo de China, el Estado impide al individuo trabajar, estudiar, viajar o ir a un restaurante si no hace lo que unos políticos creen correcto. No convirtamos a Occidente en una sociedad pre-totalitaria donde el Estado rastrea nuestro comportamiento hasta en los aspectos más privados.