Las Embarazadas.

La mediumnidad es el resultado de un acuerdo espiritual previo al nacimiento, por lo que, el individuo que será médium no lo termina siendo por capricho de la naturaleza o por eventualidad como los cuentos aseguran, la causa real es el pacto acordado que lo hará ser incluso contra voluntad, un ser sensible con facultades adquiridas por ese convenio. Más allá de eso, el embarazo no otorga mayor facultad al ser humano que el de concebir la carne que habitará otro Espíritu y generar los vínculos espirituales que lo ligarán a una familia y conjunto de factores ambientales que influenciarán su vida y papel en la Tierra luego de haber nacido; también fruto de un pacto previo. Que si puede curar, solo si tiene esa potestad concedida por el Cielo, en caso contrario, mayor contrariedad la de una mujer embarazada a la que se le pida curar un mal físico teniendo incluso absoluto desconocimiento de que algo así existe. La gente llega a ser muy irresponsable con respecto a sus propias dolencias y energías, y digo energías porque si el mal tuviera una incidencia espiritual una mujer embarazada es la menos indicada ya que la absorción de energías negativas estando obligada a preservarse para la correcta vinculación de un nuevo ser, eso es influenciar sobre la criatura que viene a nacer sumando contrariedades a su vida desde antes de su nacimiento. Si la mujer que gesta no entiende su etapa como de recogimiento, teniendo los cuidados como si de una sacerdotisa se tratase en cuanto a los asuntos santificantes, pues, ya empezó a errar en su labor.