En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Levántese Dios, y sean disipados sus enemigos; y huyan de su presencia los que le aborrecen.
Desaparezcan como el humo. Como se derrite la cera al calor del fuego, así perezcan los pecadores a la vista de Dios.
Juzga, oh, Señor, a los que me dañan; derriba a los que pelean contra mí.
Confundidos sean y avergonzados los que atentan contra mi alma.
Atrás los que maquinan contra mí, y sean desbaratados.
Queden deshechos como polvo ante la furia del vendaval y estréchelos el Ángel del Señor.
Sea su camino tinieblas y despeñadero, y el Ángel del Señor vaya a su alcance.
Ya que sin causa me armaron a escondidas el lazo de muerte, y escarnecieron injustamente mi alma.
Caiga en el lazo que menos piensa, y en la trampa que él mismo armó en celada, y quede cogido en su mismo lazo.
Mi alma entretanto se regocijará en el Señor, y en su Salvador se gozará.
Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto.
Sicut erat in principio, et nunc, et semper et in secula saeculorum. amén.