¡OH, mi buen Jesús!, Te pido humildemente que con tus pasos me guíes al camino de rectitud, al camino de la verdad, al camino de libertad; ¡OH, mi buen Jesús!, cordero de Dios, Raza de David, humildemente te pido mi Señor que con tus pasos me guíes al buen camino donde pueda recoger los frutos de la vid; ¡OH, mi buen Jesús!, tú que naciste de Santa María Virgen, te ruego humildemente que con tus pasos delante de los míos, me conduzcas al camino de limpieza cual río de purificación, al camino de devoción, al camino de elevación y ascensión; ¡OH, mi buen Jesús!, tú que con tus pasos recorriste pueblos y ciudades, dando y curando al necesitado, te ruego humildemente cures mis enfermedades y dame lo que sabes que necesito; ¡OH, mi buen Jesús!, ¿OH, Cristo! ayúdame; ¡OH, Cristo! Libradme del mal; ¡OH, Cristo! Cúrame de toda enfermedad espiritual o corporal.

Que tus pasos me guíen por el Norte, a la corte de mi Dios tu Padre, por el Sur a encontrarme contigo Jesús, por el Este a donde me presten los de las huestes y por el Oeste a hacerme fuerte.
Que tus caminos sean limpios y puros Jesus de Nazaret, para así poder ver yo los míos; pues quiero que tus pasos me guíen, tú adelante y yo detrás; que por doquiera que ande, tu dulce compañía vaya adelante; si me retraso tú me esperes y descanses, y si me apuro yo contigo voy seguro; si corro o tropiezo, a socorrerme tu estarás presto.
En nuestro duro andar, si siento frío con tu manto me cobijes; si es calor, me traerás los vientos de los montes de Sión; si es amargura y estrechez, se que luego me darás dulzura y holgura y si lo merezco sabiduría, para levantarme cada día dándote gracias Señor.
¡OH, mi buen Jesús!, gracias por darme el entendimiento y el de saber yo a tiempo que tus pasos son seguros, como fuertes muros de esperanza, fe y amor. Así de mi casa salgo seguro y en mi andar no desfallezco, pues se que tú delante de mí vas, quitando aquél travieso, al malvado y al perverso que me quieran hacer el mal; y de igual modo yo regreso, a mi casa a salvo de todo, pues se que a pesar de todos estoy contigo en todo momento, y grito fuerte al viento para que todos me escuchen, con gozo y de corazón ¡Mi señor Jesucristo bendito ha escuchado mi oración!. (9 padre nuestros y 3 credos)