Demanda sobre una Madre de Santo (muy interesante)
Todo Padre o Madre de Santo son atacados espiritualmente. A pesar de ser muy bien guardados y protegidos por sus Guías, Mentores y Protectores, el mundo espiritual inferior visualiza siempre el ataque a los dirigentes de una casa por una simple y lógica deducción militar. El médium jefe es la viga que sustenta en pie la estructura de una casa, si esa viga queda aprisionada a una cama o se derroca, desmoronará con ella la estructura de esa casa; de la misma forma que si el general comandante de un ejército viene a ser aprisionado o muerto, su ejército irá a sucumbir por estar sin aquel que lo comanda. Lea el relato:
Cierta vez fui procurado y recibí el pedido de ayuda del hijo de la corriente de un pequeño terreiro. Ése médium, ciegamente, volteado para su misión, relató que una gran demanda había sido lanzada sobre su Madre de Santo y que ella estaba en cama y muy enferma.
Marqué la visita a casa de la Madre de Santo para los días siguientes, en el sentido de verificar lo que realmente estaba ocurriendo y en qué podría ayudar. Cuando llegué al local, el joven médium aguardaba por mí en la entrada de la casa ansioso y muy alegre. Durante el contacto, el muchacho informó que estaba feliz por mi visita, pero gracias a Dios no habría más necesidad de mi ayuda, ya que dos noches antes el Pai Pequeño del terreiro había resuelto hacer una descarga a la Madre de Santo y que todo estaba resuelto. Quedé también muy feliz al oír la buena noticia, pregunté qué tipo de descarga había sido realizada y con el relato del muchacho quedé decepcionado. El joven médium informó que el Caboclo del Pai Pequeño había realizado un trabajo, en el cual el exu (Quiumba) responsable por la caída de la Madre de Santo había sido aprisionada por él. El Quiumba muy violento, en la ocasión de la descarga, informó que si no fuese presentado y muy bien presentado por la Madre de Santo, que él no se iría (?) y con el tiempo le quitaría la vida y para irse lejos de la Madre de Santo y de ella retirar la carga hechizante el Quiumba exigía nada menos que el sacrificio de una cabra y me sorprendí, el tal caboclo del Pai Pequeño concordó en ceder el sacrificio que fuera realizado en las selvas en la noche anterior. Ese relato deja claro apenas una cosa: en aquel trabajo no había caboclo alguno y hubo mistificación del Pai Pequeño o entonces, el tal caboclo era un Quiumba que mistificaba un caboclo. El raciocinio es simple: un caboclo es un espíritu iluminado con fuerza espiritual de elevada envergadura. Ahora ¿dónde está la fuerza del tal caboclo que permitió que el tal Quiumba recibiese una cabra como pagamiento para apartarse de la Madre de Santo? ¿dónde estaban las fuerzas del bien en aquella noche que permitieron tal atrocidad con el pobre animal? Concordar con esa atrocidad fue lo mismo que pasar una prueba a todos los presentes, de que las fuerzas del mal pueden vencer las fuerzas del bien, ya que el Quiumba se mostraba más fuerte que el caboclo y que todo el aparato espiritual superior que acompaña a un caboclo, no tiene valor alguno, ya que el tal caboclo permitió el sacrificio. En realidad lo que allá fue realizado nada más fue presentar con la sangre del animal una entidad inmunda, que sin dudas, ya rondaba y frecuentaba aquella casa, ya que la entidad espiritual dirigente seria y verdadera, se había apartado de allá hace mucho tiempo, por no encontrar más en aquel local los medios para poder enseñar algo de positivo a sus frecuentadores.
Y hay más, ¿dónde están todos los otros caboclos, negros viejos, baianos, boiadeiros, la línea de ogum y los exus guardianes de los otros médiums de la casa, que se acobardaron delante de la demanda con el tal Quiumba? Una cosa le puedo garantizar, en un terreiro serio, el tal Quiumba tendría dos opciones:
1-Si él fuese inteligente, cortaría rápidamente lo que había hecho y se iría con las propias piernas, mientras todavía podría andar libremente;
2-Y si no fuese inteligente, sería apartado violentamente del local y de la vida de aquella mujer y seria llevado a un local del cual no conseguiría volver para perturbar más a nadie.
Tal cual hacemos con los marginales, él sería entregado a la línea de ogum, que lo llevaría a un local distante y allá lo dejarían aprisionado. Locales como aquel, nuestro País está repleto, está repleto de fanáticos e ignorantes, que buscan una solución aparentemente más fácil para solución de problemas. Si la tal Madre de Santo fuese verdadera, ella diría “no” al caboclo y al Quiumba, no aceptando ceder al sacrificio. Ella confiaría en Dios primeramente y en sus Guías, si realmente ella fuese verdadera en su fe.
Si algún día viene a ocurrir conmigo un hecho como ese (lo que yo encuentro muy difícil) yo voy a morir de la demanda, porque jamás cederé al sacrificio, todavía que de un simple ratón a un espíritu maligno. Aceptar esa situación sería probar que todo lo que aprendí y enseñé hasta hoy es mentira, será probar que las fuerzas del mal pueden vencer las fuerzas del bien, pasando a nuestro Gran Padre, a los Orixás, a nuestros Guías y protectores, una prueba de incompetencia y falsedad. En realidad aquella Madre de Santo no era nada, vivía ella de su insano orgullo y vanidad, mostrando a los ciegos e ignorantes que la seguían, fuerzas que ella no poseía, pero se mostraba fuerte y competente a sus seguidores, cuando en realidad ella no era nada, no pasaba de una simple mistificadora.
Tras preguntar al muchacho si los sacrificios eran normalmente realizados en el terreiro, él no supo informar con certeza, pero creía que eran hechos periódicamente. Esa es la prueba de que aquella Madre de Santo era también de moralidad precaria, que era obsidiada y que probablemente en su iniciación recibió los enseñamientos correctos del propio Guía, pero no los siguió con dedicación, por ese motivo, forzó el apartamiento e la Entidad iluminada, permitiendo la aproximación del astral maligno en su casa. Raciocine conmigo: imagine que un marginal le amenaza la vida. Usted va hasta la delegación y presenta la queja al delegado. El delegado agarra al marginal y lo lleva su presencia. El marginal, en frente del delegado, lo amenaza y dice que para no matarlo usted debe presentarlo con armas, munición y dinero y el delegado concuerda. Ahora pregunto, ¿qué delegado es ese que pacta con el marginal? El raciocinio y la respuesta son lógicos, el delegado es igual al marginal. Algunas personas de pequeña fe en el medio umbandista deberían procurar otras religiones que acepten gente de cabeza pequeña, ya que no están preparadas para comprender lo que practica Umbanda.
Conversando todavía con aquel joven médium, él relató que su Madre de Santo siempre sintió dolores en los brazos y que a pesar de las frecuentes visitas al médico no conseguía la cura. El despacho con la cabra había sido hecho debido a los dolores de aquella mujer haber aumentado mucho y que en su pequeña cabeza el aumento de los dolores era resultado de una demanda. Aquella infeliz desconocía que ciertos dolores inexplicables son karmicos, que traemos de la existencia anterior, ciertas situaciones en las cuales somos castigados por causa de determinados abusos en vidas anteriores. Tres meses ahora, encontré al joven médium que informó que los dolores de la Madre de Santo habían vuelto. Ahora, por ese motivo, la ignorante Madre de Santo sacrificó el pobre animal, quitó la vida del animal para disminuir sufrimientos que no serán disminuidos porque así desea nuestro Padre. Las personas que sufren dolores inexplicables deben comprender que las causas son punitivas, ya que en el pasado abusaron del libre albedrio, y todo abuso en ese sentido, genera siempre consecuencias dolorosas. Si la casa que usted frecuenta sacrifica animales, salga de allí mientras todavía puede y procure ambiente más sano mientras es tiempo, no sea fanático.
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.