¿Imágenes en la Umbanda caracterizan idolatría?
Una de las principales dudas de los umbandistas, es uno de los puntos por el que somos más criticados, es en relación al significado de las imágenes en la Umbanda. Por eso esclarezcamos: la Umbanda no adora imágenes, pues sabe perfectamente que son apenas objetos confeccionados por las manos de artesanos o fabricantes de artículos religiosos.
Idolatría significa reconocer en una imagen la propia divinidad atribuyendo a ella poderes sobrenaturales. Ningún umbandista esclarecido cree que una imagen tenga vida propia, y si las mantiene en sus congás (altares), es por mera veneración, respeto y para tener alguna fuente de inspiración, cuando necesitan concentrarse para entrar en sintonía con la vibración de los Orixás o Guías Espirituales.
En el actual estadio evolutivo en que el hombre se encuentra, es extremadamente difícil para él abstraer totalmente sus pensamientos, precisando de modelos materiales que les ayuden a “plasmar”, en el campo mental, sus manifestaciones de fe.
Las imágenes, incluso que bastante imprecisas, conforme atestiguan innumerables videntes, alcanzan de cierta forma este objetivo, ayudando a los médiums a contactar a sus mentores durante los trabajos espirituales, o incluso en el acto de hacer una simple oración. Eso más allá no ocurre apenas en la Umbanda: en el catolicismo, en el budismo, en el hinduismo y hasta incluso en el kardecismo, haya visto que muchos centros mantienen en las paredes retratos de Jesús, Bezerra de Menezes, André Luiz, etc.
¿No serían estos grabados también imágenes religiosas? Y en los templos evangélicos, ¿no existen representaciones de cruces, pasajes de la Biblia o de la propia Biblia? “retira la espiga que oscurece tus propios ojos, antes de observar la paja en los ojos ajenos” – Jesús de Nazaret.
Es necesario hacer la imantación de las imágenes en la Umbanda.
Para explicar lo que es y cómo funciona la imantación, debemos inicialmente esclarecer lo siguiente: toda vibración tiene un polo positivo y un polo negativo, y toda vibración puede ser manipulada para ayudar a las personas – en el polo positivo – o para perjudicarlas – en el polo negativo. Así, una persona puede estar con una vibración negativa de uno o más Orixás y eso puede estarle causando varios trastornos en la salud, en la vida material, en la vida sentimental o en cualquier otro sector. Para retirar esa vibración negativa, tendremos que utilizar una vibración positiva de misma calidad, o sea, para una vibración negativa de Oxum tendremos que utilizar una vibración positiva de Oxum, para una vibración negativa de exu da encrucijada tendremos que usar una vibración positiva de exu da encrucijada, y la Física explica, afirmando: “polos iguales se repelen, polos contrarios se atraen”, desde que sea de la misma calidad (eléctrica, magnética, etc.). Este es el principio básico de la imantación.
La imantación consiste en una mesa magnética donde constan dos o más vegetales para cada vibración, dispuestos geométricamente. La presencia de dos o más imanes para cada vibración se justifica por el hecho de que algunos imanes son utilizados para retirar la negatividad de los participantes, mientras los otros reabastecen a los participantes de energía de características extremadamente positivas. Este campo maravilloso de vibraciones, que pasa entonces a envolver a aquel que participa de la imantación, dura de ocho meses a un año, aproximadamente, dependiendo bastante del tipo de actividad que ejerza. En la imantación, el participante quedará acostado por un periodo aproximado de dos horas, vestido de blanco, y tomará conocimiento de sus Orixás de corona.
Finalizando la imantación, el participante llevará para casa una piedra, denominada otá, que deberá ser mantenida dentro de una vasija de loza blanca con agua pura. El otá funciona como una especie de batería, “recargando” a la persona siempre que eso fuese necesario, y retirando cualquier negatividad que ella por ventura absorba en su contacto diario con otras personas y ambientes cargados. El otá no debe ser tocado por nadie ya que está imantado en la vibración personal de cada uno y el agua de la vasija deberá ser cambiada, semanalmente, en los cambios de fase de la luna.
El otá crea una especie de sustancia pegajosa a su alrededor. Esa goma es la vibración condensada y nunca debe ser lavada ni retirada. En el intercambio semanal del agua de la vasija, se puede lavar la vasija pero no se puede lavar el otá pues eso retiraría parte de su vibración.
La imantación protege contra trabajos de magia negra por ventura enviados contra la persona, una vez que crea, en torno del participante, un campo vibratorio poderosísimo que lo aísla totalmente de ese tipo de vibración negativa.
La imantación puede y debe ser hecha por cualquiera, incluso que no sea umbandista, pues ella objetiva y produce un completo aislamiento contra vibraciones negativas, creando, en consecuencia, mejores condiciones para enfrentar los inevitables desabores de nuestras existencias en lo que dice respecto a la vida profesional, a la vida sentimental, a la parte espiritual y a nuestra salud.
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.