¿Alguna vez te has preguntado qué es eso de tener buena o mala suerte?
Sin duda alguna vez te habrás preguntado a ti mismo, porque demonios esa persona que tú conoces parece tener una suerte asombrosa en todo lo que hace. Ese personaje que aparece siempre durante algún periodo de nuestra vida bajo la apariencia de amigo, compañero de trabajo, conocido o vecino, parece ser dueño de todos los talismanes del mundo para conjurar las fuerzas del destino y conseguir que todo, absolutamente todo, le salga bien. Y claro, por muy generoso que seas, a veces debajo de esa observación se oculta un puntito de envidia por la buena suerte del otro y cuando menos te lo esperas asoma las orejas un desalentador pensamiento que te dice que tú nunca podrás conseguir lo mismo por mucho que te esfuerces, porque, sencillamente no tienes suerte.
Las comparaciones siempre son odiosas, y quizá lo son más que nunca cuando uno mismo se compara con otra persona que, aparentemente, parece disfrutar de todos los vientos favorables del universo. Si alguna vez te ha asaltado la sensación de que no tienes suerte, te sugiero que no te quedes ahí. Es importante dar el siguiente paso y formularse esta pregunta que tiene algo de desafío: ¿Y por qué no? Eso es exactamente: no hay nada, absolutamente nada que te impida ser una persona afortunada. DEPENDE DE TI. En tus manos están las riendas para dirigir tu caminar por la vida. SOLO TU ERES DUEÑO DE TU DESTINO.
No es determinante el tipo de educación que te han dado, ni lo que hayas aprendido, ni lo que digan los demás, ni siquiera importa la situación o el punto en que se encuentre tu vida ahora mismo. Por muy negros que sean los nubarrones que se ciernen sobre tu horizonte, AUNQUE LA NOCHE SEA OSCURA, LAS ESTRELLAS SIEMPRE ESTÁN AHÍ. Fíjate en la naturaleza: EL PUNTO MÁS OSCURO DE LA NOCHE ES EL QUE PRECEDE AL AMANECER. Nada es inmutable, todo está en continuo movimiento. El cambio es una de las leyes sin excepciones por las que se rige tu vida. Y EL CAMBIO DE RUMBO LO PUEDES ELEGIR TU MISMO. Si ahora estás aquí, es por algo.
NADA ES CASUAL. Recuerda lo que dijo el sabio: "LA CASUALIDAD ES LA FIRMA DE DIOS CUANDO QUIERE PERMANECER EN EL ANONIMATO: Nada ni nadie puede obtener en el crisol donde se mezclan los ricos fluidos de tu vida algo diferente de lo que tu decidas. EL PUNTO DE PARTIDA ES DESEARLO.
Pitágoras decía: "el hombre es mortal por sus temores e inmortal por sus deseos".
No importa como haya sido hasta ahora tu experiencia personal en eso que llamamos suerte. No se trata de mirar de dónde vienes sino adónde vas.
LOS ERRORES, LOS PROBLEMAS Y LAS CRISIS SIEMPRE SON OPORTUNIDADES PARA APRENDER Y CRECER
Adónde quieres ir y de qué manera quieres hacerlo es exclusivamente una elección tuya. Da igual el antes, y tampoco hay que preocuparse por el después. Es el ahora y nada más que el ahora lo que realmente importa. Porque es lo único que existe. Mientras estás aquí, éste es tu momento presente, lo único real. Lo pasado ya se fue, y lo futuro está por llegar. Pero el ahora es esto, este instante tuyo, aquí y ahora. Para mirar esto con la suficiente frialdad como para llevarlo a la práctica hace falta tener fuerza. Nuestra tendencia es ir a buscar esa fuerza lejos de uno mismo. Se la pedimos a los santos o a otras entidades y no nos damos cuenta de que la FUERZA ESTA EN UNO MISMO. No la busques fuera. Dentro de ti tienes la fuerza necesaria para superar cualquier obstáculo. Solo debes ser consciente de ello. Dentro de nosotros tenemos todas las herramientas necesarias para manejar esta encarnación que hemos decidido experimentar.
Una vez, un amigo del espacio nos contó un chiste haciendo referencia al Ser Humano de la Tierra, que por cierto, no tiene ninguna gracia, pero el humor de ellos no se parece mucho al nuestro. Decía así: “POBRE LOBO, QUE NO SABE QUE ES UN LOBO”. No somos consientes de la fuerza que tenemos, igual que el lobo, no sabe que es un lobo.
Y ¿Por qué debo estar seguro de que toda la fuerza que necesito la tengo dentro de mí? Pues sencillamente porque soy parte del TODO, y el TODO es Dios, por tanto SOY DIOS. Esa parte de Dios que ahora se encuentra ganándose la Divinidad con su propio esfuerzo y bajo la apariencia de ese cuerpo, es Dios, con todas las cualidades de Dios. ¿Acaso un trozo de sandía, no es sandia? otro ejemplo lo tenemos en nuestra propia biología, en una célula se encuentra almacenada toda la información del ADN de todo el cuerpo, y genéticamente se podría obtener un cuerpo idéntico al que pertenecía esa célula aislada.
Te voy a contar un cuento: Hace muchos, muchos años, tantos que ya ni me acuerdo, yo era un Espíritu y vivía feliz en la Casa del Padre. Tenía todos los atributos de Dios, era Dios. Había creado muchos Universos y vidas de diferentes tipos. Lo tenía todo solucionado, ningún problema. Vivía en AMOR y ARMONÍA CON TODO LO CREADO. Pero un buen día se me cruzan los cables y decido irme de la Casa del Padre para experimentar por mi mismo la Oscuridad. La sensación de ausencia de Dios. Me pasé eones de tiempo experimentando en un planeta de bajo nivel vibratorio llamado por sus habitantes TIERRA todos los tipos posibles de vida, siempre en condiciones de olvido de mi identidad.
Lo típico, no sé quién soy, ni de dónde vengo, ni adónde voy. Ya cansado una noche de experimentar el egoísmo, la ira, la avaricia, el odio, la mentira, la envidia etc. me puse a meditar, y hablando conmigo mismo, llegué a descubrir quién era. Era Hijo de Dios. Era una parte de Dios y yo aquí sufriendo, cuando en la Casa de mi Padre todo el mundo era feliz. El habitante de peor rango en la Casa de mi Padre vibraba AMOR y era FELIZ. Y yo no lo era. Una vez que tomé consciencia de quien era, pensé: “ya estoy cansado, iré a la Casa de mi Padre y le diré que me perdone, me acoja en su Casa y me trate como al peor de sus peones", El Hijo, había despertado por fin de su letargo oscuro. Todo el Universo estaba pendiente de este encuentro. El Hijo perdido volvería a la Casa del Padre. Sería un gran día en el Universo, Un día feliz para todos. Cuando el Hijo vislumbró la Casa a lo lejos y vio al Padre bajo el marco de la puerta: se hizo SILENCIO EN LA TIERRA, y SILENCIO EN EL CIELO. Padre e Hijo se dirigen al encuentro. Aumentan la velocidad de sus pasos, corren el uno hacia el otro, y por fin se encuentran en un abrazo. El hijo se arrodilla sin mirar la cara del Padre y le dice:”Padre, he pecado contra el Cielo y contra ti, no soy digno de ser llamado hijo tuyo, trátame como al peor de tus jornaleros". El Padre. Amoroso, toma a su Hijo por el hombro y le dice: “Levántate hijo mío, gracias por haber vuelto, estaba preocupado por ti. SILENCIO EN EL CIELO, SILENCIO EN LA TIERRA. Al levantarme y ver el rostro del Padre… vi en Él… mi propio rostro.
Habréis intuido que el Hijo es esta Humanidad a la que pertenecemos. La apertura de conciencia es el descubrimiento del SER SUPERIOR QUE SOY. El encuentro con el Padre es el cambio de Era, de Vibración y de Dimensión. Es la vuelta al HOGAR, donde solo hay AMOR.
Onirem Ogaitnas
Para su disfrute personal, como siempre, por favor.
Sin duda alguna vez te habrás preguntado a ti mismo, porque demonios esa persona que tú conoces parece tener una suerte asombrosa en todo lo que hace. Ese personaje que aparece siempre durante algún periodo de nuestra vida bajo la apariencia de amigo, compañero de trabajo, conocido o vecino, parece ser dueño de todos los talismanes del mundo para conjurar las fuerzas del destino y conseguir que todo, absolutamente todo, le salga bien. Y claro, por muy generoso que seas, a veces debajo de esa observación se oculta un puntito de envidia por la buena suerte del otro y cuando menos te lo esperas asoma las orejas un desalentador pensamiento que te dice que tú nunca podrás conseguir lo mismo por mucho que te esfuerces, porque, sencillamente no tienes suerte.
Las comparaciones siempre son odiosas, y quizá lo son más que nunca cuando uno mismo se compara con otra persona que, aparentemente, parece disfrutar de todos los vientos favorables del universo. Si alguna vez te ha asaltado la sensación de que no tienes suerte, te sugiero que no te quedes ahí. Es importante dar el siguiente paso y formularse esta pregunta que tiene algo de desafío: ¿Y por qué no? Eso es exactamente: no hay nada, absolutamente nada que te impida ser una persona afortunada. DEPENDE DE TI. En tus manos están las riendas para dirigir tu caminar por la vida. SOLO TU ERES DUEÑO DE TU DESTINO.
No es determinante el tipo de educación que te han dado, ni lo que hayas aprendido, ni lo que digan los demás, ni siquiera importa la situación o el punto en que se encuentre tu vida ahora mismo. Por muy negros que sean los nubarrones que se ciernen sobre tu horizonte, AUNQUE LA NOCHE SEA OSCURA, LAS ESTRELLAS SIEMPRE ESTÁN AHÍ. Fíjate en la naturaleza: EL PUNTO MÁS OSCURO DE LA NOCHE ES EL QUE PRECEDE AL AMANECER. Nada es inmutable, todo está en continuo movimiento. El cambio es una de las leyes sin excepciones por las que se rige tu vida. Y EL CAMBIO DE RUMBO LO PUEDES ELEGIR TU MISMO. Si ahora estás aquí, es por algo.
NADA ES CASUAL. Recuerda lo que dijo el sabio: "LA CASUALIDAD ES LA FIRMA DE DIOS CUANDO QUIERE PERMANECER EN EL ANONIMATO: Nada ni nadie puede obtener en el crisol donde se mezclan los ricos fluidos de tu vida algo diferente de lo que tu decidas. EL PUNTO DE PARTIDA ES DESEARLO.
Pitágoras decía: "el hombre es mortal por sus temores e inmortal por sus deseos".
No importa como haya sido hasta ahora tu experiencia personal en eso que llamamos suerte. No se trata de mirar de dónde vienes sino adónde vas.
LOS ERRORES, LOS PROBLEMAS Y LAS CRISIS SIEMPRE SON OPORTUNIDADES PARA APRENDER Y CRECER
Adónde quieres ir y de qué manera quieres hacerlo es exclusivamente una elección tuya. Da igual el antes, y tampoco hay que preocuparse por el después. Es el ahora y nada más que el ahora lo que realmente importa. Porque es lo único que existe. Mientras estás aquí, éste es tu momento presente, lo único real. Lo pasado ya se fue, y lo futuro está por llegar. Pero el ahora es esto, este instante tuyo, aquí y ahora. Para mirar esto con la suficiente frialdad como para llevarlo a la práctica hace falta tener fuerza. Nuestra tendencia es ir a buscar esa fuerza lejos de uno mismo. Se la pedimos a los santos o a otras entidades y no nos damos cuenta de que la FUERZA ESTA EN UNO MISMO. No la busques fuera. Dentro de ti tienes la fuerza necesaria para superar cualquier obstáculo. Solo debes ser consciente de ello. Dentro de nosotros tenemos todas las herramientas necesarias para manejar esta encarnación que hemos decidido experimentar.
Una vez, un amigo del espacio nos contó un chiste haciendo referencia al Ser Humano de la Tierra, que por cierto, no tiene ninguna gracia, pero el humor de ellos no se parece mucho al nuestro. Decía así: “POBRE LOBO, QUE NO SABE QUE ES UN LOBO”. No somos consientes de la fuerza que tenemos, igual que el lobo, no sabe que es un lobo.
Y ¿Por qué debo estar seguro de que toda la fuerza que necesito la tengo dentro de mí? Pues sencillamente porque soy parte del TODO, y el TODO es Dios, por tanto SOY DIOS. Esa parte de Dios que ahora se encuentra ganándose la Divinidad con su propio esfuerzo y bajo la apariencia de ese cuerpo, es Dios, con todas las cualidades de Dios. ¿Acaso un trozo de sandía, no es sandia? otro ejemplo lo tenemos en nuestra propia biología, en una célula se encuentra almacenada toda la información del ADN de todo el cuerpo, y genéticamente se podría obtener un cuerpo idéntico al que pertenecía esa célula aislada.
Te voy a contar un cuento: Hace muchos, muchos años, tantos que ya ni me acuerdo, yo era un Espíritu y vivía feliz en la Casa del Padre. Tenía todos los atributos de Dios, era Dios. Había creado muchos Universos y vidas de diferentes tipos. Lo tenía todo solucionado, ningún problema. Vivía en AMOR y ARMONÍA CON TODO LO CREADO. Pero un buen día se me cruzan los cables y decido irme de la Casa del Padre para experimentar por mi mismo la Oscuridad. La sensación de ausencia de Dios. Me pasé eones de tiempo experimentando en un planeta de bajo nivel vibratorio llamado por sus habitantes TIERRA todos los tipos posibles de vida, siempre en condiciones de olvido de mi identidad.
Lo típico, no sé quién soy, ni de dónde vengo, ni adónde voy. Ya cansado una noche de experimentar el egoísmo, la ira, la avaricia, el odio, la mentira, la envidia etc. me puse a meditar, y hablando conmigo mismo, llegué a descubrir quién era. Era Hijo de Dios. Era una parte de Dios y yo aquí sufriendo, cuando en la Casa de mi Padre todo el mundo era feliz. El habitante de peor rango en la Casa de mi Padre vibraba AMOR y era FELIZ. Y yo no lo era. Una vez que tomé consciencia de quien era, pensé: “ya estoy cansado, iré a la Casa de mi Padre y le diré que me perdone, me acoja en su Casa y me trate como al peor de sus peones", El Hijo, había despertado por fin de su letargo oscuro. Todo el Universo estaba pendiente de este encuentro. El Hijo perdido volvería a la Casa del Padre. Sería un gran día en el Universo, Un día feliz para todos. Cuando el Hijo vislumbró la Casa a lo lejos y vio al Padre bajo el marco de la puerta: se hizo SILENCIO EN LA TIERRA, y SILENCIO EN EL CIELO. Padre e Hijo se dirigen al encuentro. Aumentan la velocidad de sus pasos, corren el uno hacia el otro, y por fin se encuentran en un abrazo. El hijo se arrodilla sin mirar la cara del Padre y le dice:”Padre, he pecado contra el Cielo y contra ti, no soy digno de ser llamado hijo tuyo, trátame como al peor de tus jornaleros". El Padre. Amoroso, toma a su Hijo por el hombro y le dice: “Levántate hijo mío, gracias por haber vuelto, estaba preocupado por ti. SILENCIO EN EL CIELO, SILENCIO EN LA TIERRA. Al levantarme y ver el rostro del Padre… vi en Él… mi propio rostro.
Habréis intuido que el Hijo es esta Humanidad a la que pertenecemos. La apertura de conciencia es el descubrimiento del SER SUPERIOR QUE SOY. El encuentro con el Padre es el cambio de Era, de Vibración y de Dimensión. Es la vuelta al HOGAR, donde solo hay AMOR.
Onirem Ogaitnas
Para su disfrute personal, como siempre, por favor.