Hola
@Meredyth, no has debido omitir a
@Espiritista, él tiene más que un par de anécdotas e historias que podría compartir para testimoniar lo relacionado a este gran dilema que para muchos es llamado como "el misterio de la muerte" en vista de los grandes complejos que este hecho tan celosamente custodiado deja entrever.
Tengo la idea de que el tema podría dirigirse hacia terrenos engorrosos de peligrosas aristas, especialmente si se permite la intromisión libertina de toda cosmovisión y opiniones personales frente a hechos morales e inmorales de cara a situaciones relacionadas a morir de una u otra forma. Ojalá y no suceda así, se podría desviar tanto a discusiones ideológicas que se perdería cualquier aporte útil.
En fin… Este tema me gusta mucho y creo que va muy de la mano de "el misterio de la vida", la cual transitamos la vida entera filosofando e intentando entender su dinámica, propósitos, definirnos dentro y como parte de ella y cuestionando muchas veces si realmente estamos viviendo en medio de rutinas secuestradoras del tiempo que nos privan de la interacción y experimentación que más adelante se mudan a la pedagogía que imparte la muerte cuando se agota el tiempo y perdemos no sólo la oportunidad de hacer algo sino a los seres indispensables para hacerlo y recorremos el resto parcialmente vacíos rumiando entre arrepentimientos cada detalle desapercibido, desaprovechado, menospreciado que de cara al gran Arcando "La Muerte" adquiere otros matices irreversibles y quién sabe, se aprende a decir "gracias" ante la muerte y ante la pérdida.
En mi opción, opto por no generalizar. En mi experiencia como alguien que ha nacido teniendo a Plutón (la muerte) en la Casa 8 (de la muerte y sexualidad) y en su signo regente (Escorpio), no puedo reportar los mismos avistamientos ni relación con la muerte como hecho y pedagogía; generalizar para decir que "nadie quiere morirse" sería discriminar a quienes más bien siguen luchando por aprender a vivir porque en escenarios de la muerte se les da natural por su naturaleza lúgubre y desprendida del diseño material. He conocido a personas que en la actualidad siguen intentando entender la vida, entienden tan bien la muerte y se sienten familiarizados con ella que no empatizan con el sentir de todos aquellos que desconociendo la muerte le huyen a la vez que la tildan de tragedia o algo parecido, no consiguen experimentar un goce tan vacío como el derivado del hedonismo entre experiencias frívolas y vacías de contexto imitando a cualquier especie animal que se complace sólo de comer, dormir, aparearse y realizar alguna actividad mientras se haya zombificado en su consciencia y a estas personas que por afinidad me he encontrado las puedo entender, porque desde niño no sólo sabía el guion de mi vida hasta mi edad actual sino ya padecía una profunda anhedonia, motivo por el cual he vivido cada año de mi vida anclado a una responsabilidad, un deber, auto-renuncia de mí mismo y lo que fuese necesario para obligarme por disciplina y contra voluntad a hacer las cosas porque morir no sólo no me importaba, decía que si no tuviese "algo" que me anclase por la obligación, posiblemente me suicidaría para desarraigarme de una vida que materialistamente es vacía y que al observar al resto de personas comprendes cada vez menos qué motiva al colectivo más allá del auto-engaño. En el campo espiritual, en el área de misiones, incluso he visto casos de personas que pidieron a Dios morir y Dios les concedió la petición, por una extraña razón estaban muriendo de la noche a la mañana. Al final, creo que este tema es muy delicado, extenso y engorroso para definir puntos y lo que creo, al adquirir afinidad ideológica con los difuntos y sabiduría de vida, es que sólo alguien que padezca de ignorancia en fase aguda juzga y critica posturas que definen cosas más intrínsecas al Espíritu. Al final, exceptuando los que nada saben sobre la muerte y su instinto de conservación les identifica a esta pedagogía como un enemigo del cual hay que huir, creo que las personas temen más a morir anticipadamente de lo que morir, porque a menudo esa necesidad perpetua de huir a la muerte es fruto de la intuición que tienen aquellos que en lo íntimo saben que se han dedicado a comer, dormir, reproducirse cuan animal común y corriente y no han realizado ningún proceso que conduzca al crecimiento y edificación espiritual que es en donde nace la convicción y plenitud de cara a la muerte, que es lo que permite a hombres de elevada espiritualidad entregar sus vidas como si fuese lo menos valioso que poseen y ejemplos tenemos muchos en La Iglesia Católica, entre mártires que fueron personalmente a solicitar su ejecución y lo hicieron sin el rostro afligido. También he visto en misión almas perturbadas alcanzar la plenitud luego de que un hermano les dijese en qué momento irían a morir, confirmando que irían a morir en poco tiempo, pero permitiéndoles abrazar su destino.
Entrando en pregunta… Muy a pesar de los esfuerzos religiosos para glorificar un tipo de muerte y embalsamar otra con el barniz de la perpetua condena, la realidad de cara a la práctica es que así como existe el ser humano que mata y sigue la vida como si nada hubiese pasado mientras otro es incapaz de mantener la cordura ante el desliz de una mentira blanca, del otro lado los juicios vienen de parte de los Espíritus inclinados hacia el mal que intentan desequilibrar mentalmente al suicida para que como describe apocalipsis en La Biblia, arda perpetuamente sobre sí mismo en un estado de purgación que ante sus ojos parece ser permanente. Del otro lado, los Espíritus con benevolencia, los sabios y entendido a nada juzgan, nada critican y es que al final, en ese afán que lleva a los malos Espíritus a desgastar recursos y esfuerzos en impedir la fluida realización de la vida y que ese Espíritu encarnado se convierta en un ser dichoso, realizado y feliz, en los momentos de debilidad ejercen un potente bullying semejante al que ejerce una persona persuasiva en una psicología frágil en un momento crítico y llegan a convencerle de que la solución y el fin estaba en la muerte pero tristeza al despertar y descubrir que la vida jamás cesa sino que hay continuidad con pérdida del vehículo corporal, que ejerce función reguladora del impacto de los fluidos emocionales y le ayudaría a conquistar peldaños de felicidad mayor si invirtiese bien sus recursos y tiempo de vida.
Existe el suicida atormentado como el suicida consciente de su acto y situación, quien se lacera en expiación reflexionando sobre la vida que ha tenido, las decisiones buenas y malas que ha tenido, todo lo que pudo ser y hacer, bañado de arrepentimiento que unos soportan bien y otros no. De modo que de su fortaleza mental depende si enloquecen y se vuelven penantes o se mantienen cuerdos y muy conscientes de su error y locura. Estos dos perfiles se ven y el más común es el del que nunca en su vida tuvo dominio emocional, mucho menos psíquico, por ende, se enloquece y es necesario mantenerlo distante bajo prohibición de las leyes de aquel mundo, porque incitan y transmiten sus desequilibrios a la gente.
Yo he estado presente en funeral de suicida y he percibido el desespero de un alma que va de un lado a otro en descontrol exclamando "¡aquí estoy!" y que con el tiempo no tuvieron más opción que acostumbrarse a que aquella es ahora su vida permanente y han alcanzado un punto neutral en donde prestan relativa utilidad a sus familiares.
Así que no puedo determinar una situación concreta, especialmente en un mundo en donde el suicidio depende de detalles como el motivo y el modus operandi, pues si alguien se expone a una situación peligrosa y muere pero intentaba salvar a otro, aunque impulsó su propia muerte, se le llama "sacrificio" y premia como tal; si alguien no quiere morir pero tiene una vida desordenada y viciada, bebe, fuma, se alimenta incorrectamente, no descansa, trabaja en exceso y muere, aunque su vehículo no fue una soga colgada de un nervio de la estructura de la casa, el suicidio es involuntario y se premia como tal; si alguien es confrontado por un delincuente y existía 1 posibilidad de sobrevivir pero no la usó y el delincuente lo abate, es un suicidio involuntario y se premia igual; y así continúa la lista…
Acá lo que debe quedar claro es que la continuidad de la vida de aquel lado es exactamente la misma que tenemos aquí, pero es como si las facultades mediúmnicas se amplificasen mucho y las barreras físicas desaparecieran, más su rutina de vida llega a ser tan cotidiana y normal como la de cualquier ser humano. Nunca he visto diferencia alguna, en especial entre aquellos que mantienen sus hábitos de vivos innecesariamente y que son el apego psicológico al tiempo que vivieron como persona.
Otro punto que no debe quedar fuera es que "nadie muere cuando no le corresponde", mucho se ha dicho que Dios sabe y permite el momento y modo de muerte y por ello creo que la fatalidad de la muerte es un nacimiento en el otro mundo, porque así como al nacer aquí se inicia un proceso de aprendizaje, la forma y circunstancia de muerte desencadenan procesos de aprendizaje en la continuidad de la vida, porque quien muere prematuramente o en circunstancias "inmerecidas" no despierta y ya tiene revelados todos los misterios del universo, a menudo ni entienden lo que ven o perciben, siguen en el limbo sin conocimiento ni sabiduría. Lo que han transmitido los guías es que para estos Espíritus la tarea consiste en reflexionar y meditar, extraer y descubrir cada detalle que involucra su vida, el momento y forma de morir, donde morir era parte de su ciclo evolutivo. Algo que me ha chocado mucho pero con el tiempo me acostumbré, porque me costaba visualizar un niño jugando con sus juguetes y contemplando que en pocos años iría a ser un delincuente que abatirían cegándole toda excepción a la fatalidad, antes de que haya podido construir lo que sea en este plano pero sucede y sucede mucho; en el culto, aunque se hace poco, por ser delicado, porque no siempre hay el permiso, a veces te ven al bebé y te detallan el día, hora y circunstancia de muerte sin que puedas hacer algo para alterarlo, transcurre el tiempo y en el funeral recuerdas todo lo que te fue dicho. He sabido de varios casos así, pero uno cercano refirió a mi tío materno que en la montaña de Sorte se le dijo a mi abuela que la cuidase porque a determinada edad iría a sufrir una traición y sufrir una horrible muerte y así fue, como militar lo traicionan sus colegas y le dan muerte en circunstancias que jamás se resolvieron, fue un acto que quedó impune y el Espíritu de mi tío desapareció, ni siquiera se mantuvo cercano a sus familiares de este lado.
Por tal motivo creo que quien comprende el asunto de la muerte, su pedagogía y con la lupa de esa perspectiva contempla la vida, no pierde el tiempo en preconceptos y tonterías como dinero, orgullo, enemistades, creencias, etcétera… Cada segundo que existes es 1 segundo menos de vida para hacer algo útil y construir tu felicidad allá. Eso de juzgar, creer que se sabe algo, la concepción de que se es importante, entre otros… A mí el tiempo y la perpetua presencia de la muerte en mi vida dada esa conjunción natal que impone a la muerte como maestro espiritual, lo único que he querido llegar a hacer es no saber nada, para penetrar en la sencillez que un sabio Don Toribio sugirió y que se hace mucho mejor, porque más se gana no dejando la oportunidad de acariciar al perro que también tiene su tiempo medido, que desperdiciar momento en lo que sea y para no desperdiciar momento en lo que sea, hace falta purgar muchos de los elementos que te obligan a ocuparte de secuestradores del tiempo y vida, porque hoy día, como señala la Iglesia Católica, para el Diablo es incluso triunfo que las personas no puedan desprenderse del móvil, porque dejan de vivir y al dejar de vivir, no sólo no hacen nada, pierden su tiempo de existencia, de cada valioso segundo para disfrutar de una excelente inhalación.
Dejaré que
@Espiritista nos conceda el privilegio de en su estilo, contar cómo se organizó (como se ha organizado cada misión espiritual que ampara a cada religión) el astral de la reina madre, María Lionza.
Saludos.
Última edición por Alianza Naiguatá el Mar Mar 19, 2019 12:18 am, editado 1 vez (Razón : Anexar un poco de cultura astrológica de respaldo a ciertas menciones en mi respuesta.)
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.