INVOCACIÓN:

Invocar consiste en llamar a la Divina Presencia, a los Maestros Ascendidos, Hermanos Mayores y seres de Luz que asisten, a los seres humanos con objeto de saludarlos, reconocerlos, pedir ayuda en casos específicos. Ellos escuchan, atienden de inmediato, porque la invocación siempre es respondida.

Cuando parece no haber respuesta, es porque las personas están bloqueadas, mentalmente por haber dado poder a sus dificultades, problemas y angustias. También pueden tener un karma que lo impida, porque es preciso aprender ciertas y necesarias lecciones. El gran poder de la invocación se basa en la fe, en la Ley de Mentalismo, en el Poder del Verbo. Mente y sentimiento unidos con la profunda convicción de la verdad logran maravillas, pues el pensamiento no tiene fronteras. Todo es escuchado, pero falta merecerlo.

La invocación ha de ser hecha desde lo interno, con profunda convicción, no solamente por medio de palabras repetitivas lo cual resulta vacío, como letra muerta. Quien llama sin creer ni sentir, por curiosidad o por ver qué pasa, no obtiene grandes resultados ni logra resolver sus dificultades en la vida.

AE/pch.