INICIADO (iniciación):

Los iniciados eran estudiantes de Sabiduría Divina en lejanos tiempos. Ellos, después de haber alcanzado un alto nivel de conocimiento y comprensión, debían pasar por algunas pruebas o experiencias dentro de los templos, con objeto de realizar la enseñanza en forma consciente. Si superaban las pruebas, eran aceptados para pasar a grados más altos de lo contrario, no se les daba el conocimiento.

Las iniciaciones realizadas en las antiguas escuelas de esoterismo tenían ceremonias y rituales cuya finalidad eran grabar fuertemente, en las conciencias, esas experiencias. En ellas, había un aprendizaje importante por concientizar.

Las Escuelas de Sabiduría Divina que existieron en tiempos antiguos utilizaban iniciaciones con ese mismo fin: Flámenes, Kobdas, Daktylos, Profetas Blancos y Esenios. Posteriormente, los Templarios y otras organizaciones espirituales recurrían a la práctica de la iniciación para seleccionar a sus discípulos, fortalecerlos, elevarlos. Entre las iniciaciones, había cuatro que eran fundamentales. Las llamaban “los Cuatro Portales”. Resultaban indispensables para saber  si el estudiante había logrado vencer cuatro condiciones muy fuertes que se atraviesan en el camino de quienes buscan la Verdad: Temor, orgullo, ansía de poder y apego a lo material.

Debido a las persecuciones y grandes peligros que asechaban a las personas interesadas en la espiritualidad correcta, no se podía enseñar la verdad abiertamente ni exteriorizarla en forma alguna.  De ahí, la práctica del silencio prometido bajo juramento. No se debía revelar a nadie lo que habían aprendido privadamente en los templos ni hacer alarde alguno de facultades desarrolladas porque el  fanatismo, la incomprensión y prepotencia de los poderosos siempre estaban acechando. Esa fue también la razón que llevó a esconder el conocimiento en símbolos y alegorías, sólo accesible a los iniciados y conocedores de ellas, de manera privada.

Las pruebas de un iniciado ponían de manifiesto la integridad, valor, constancia y fe que garantizaran ser merecedores de la confianza otorgada. Había castigos para los infractores del silencio, muy fundamental en aquellos tiempos, que no existía la libertad de creencias e ideologías y el clero dominaba a las multitudes. Quienes manifestaran creencias fuera de lo permitido por ellos corrían peligro de ser torturados, de perder la vida. Actualmente, en los tiempos modernos, ya las iniciaciones no se practican dentro de los templos ni tienen razón de ser, si presentan a los estudiantes de la Luz esas pruebas o experiencias en la vida diaria. Superarlas supone un ascenso. Quien no la supere se estanca y más tarde, deberá repetirlas porque se volverá a presentar.

Las iniciaciones, en la antigüedad, eran algo muy privadas e importantes como experiencia interna dentro de los santuarios y templos. De esta manera, los aspirantes de la Verdad, iban pasando los sucesivos grados de sabiduría y aprendizaje en la Ciencia de lo Divino y ascendían, poco a poco, en su evolución.

AE/pch

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"Que el Gran AMOR Infinito de el DIOS UNO Padre-Madre te envuelvan en la Suprema LUZ Divina. "