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ANTIGUO USO DEL PODER DE LA VOLUNTAD

Y, entre los oscuros recuerdos de los antiguos misterios que han llegado hasta nosotros de la antigua India, Egipto, Persia, Caldea, Babilonia, Grecia y Roma, y los otros viejos centros de civilización y cultura, encontraremos siempre el fundamental principio de la existencia de alguna elevada fuerza relacionada con la Mente humana – o más particularmente, la Voluntad – que estaba en el fondo de los misterios, y la magia y los milagros. Detrás de todas las ceremonias, ritos y encantamientos se destacaba la idea esotérica de que la Voluntad era la fuerza real empleada bajo la máscara de los encantamientos y ritos supuestos para impresionar las imaginaciones y mentes del populacho. Detrás del amuleto y el encantamiento estaba la labor de la Voluntad de la persona que los empleaba, que era puesta en efecto por la Fe o Imaginación (un poder real, y no fantasía como muchos creen) del hombre ignorante de la fuerza real.

El escritor sobre esta materia, en la Enciclopedia Británica, ha dicho con justicia, aun cuando ignorando la verdad bajo las groseras formas:
“Existiendo una relación evidente entre un objeto y el pensamiento acerca de él, llega a ser una de las principales prácticas de la hechicería el probar y hacer cosas ocurridas por pensar en ellas.”

Y el mismo redactor, en otro lugar, dice:
“El elemento, en Magia, no dependiendo de “espíritus”, depende de imaginados poderes y correspondencias en la naturaleza, de que los adeptos se aprovechan a fin de descubrir ocultos conocimientos, y obran sobre el mundo que les rodea por medios más allá de la ordinaria capacidad de los hombres. Así, por mero esfuerzo de Voluntad...”, etc.

Y el estudiante que quiera escudriñar bajo la superficie, y leer entre líneas, se capacitará para ver la evidencia de la “Magia Mental”, bajo todas las formas de Magia, Misterio y maravillosos milagros de todos los tiempos y edades, y gentes de todas clases, caracteres o nombres. Detrás de todas las máscaras verá las facciones de este uso de la fuerza de Voluntad de los hombres, siempre la misma a pesar de las fantásticas y grotescas máscaras y disfraces.