Introducción
En el mundo grecoegipcio, dentro del entorno del gnosticismo de Basílides, Abraxas es una deidad que contenía en sí misma todos los aspectos, especialmente manifiestas las cualidades del Bien y el Mal, siendo a un mismo tiempo dios y diablo, y constituyéndose en el ser supremo que todo lo abarca y del que todo ha surgido, pues todo en él encuentra su lugar, más allá de la dualidad moral propia de las demás deidades de las religiones solares, que son las que han encontrado su mayor extensión en la mayor parte del mundo entero, o de los cultos oscuros, que siguen en la senda del dualismo no transcendido. Se considera por los mitólogos que es de origen egipcio, así como que la popular palabra de poder conocida por todo el mundo, Abracadabra, tiene en Abraxas su lugar de origen.

Estos gnósticos creían que en el nombre de Abraxas se encerraban grandes misterios, pues al sumar sus letras según la numerología griega (stoicheia), el mismo daba como resultado 365, el número de días que tiene un año, con lo que se pensaba que su nombre y por lo tanto la deidad, lo incluía todo, pues en el ciclo del año se reproducía el ciclo del universo, visión propia de la perspectiva microcósmica-macrocósmica que es tan ubicua en el ocultismo surgido en todo lugar del mundo. También se creía que gobernaba sobre 365 dioses, que mandaban sobre los 365 cielos, uno por cielo, y que poseía cada uno de ellos una virtud.

En este ritual se ha usado el texto Septem Sermones ad Mortuos (Siete Sermones a los Muertos) para la elaboración de las invocaciones, texto que Carl Gustav Jung escribió en 1916 bajo dictado, al estilo de los escritos mediúmnicos, y que circuló sólo como un opúsculo para sus amigos durante su vida, no llegándose a editar en un libro hasta después de su fallecimiento. En el mismo, Jung siguiendo el dictado habla del Pleroma, el Inconsciente Colectivo, lo que para el mago del caos podría asemejarse al Caos, y de la dualidad Dios-summum bonum-bien y Diablo-infinum malum-mal, que no es sino que transcendida y resuelta en Abraxas, el Dios Supremo más allá del Bien y del Mal.

El mensaje esotérico de este texto es la deificación de la naturaleza en todos sus aspectos, la promulgación de la vivencia de la propia realidad de uno mismo más allá de cualquier dualidad moral, que nos cercena en contenidos buenos y aceptables en contraposición a contenidos malos e inaceptables, teniendo por lo tanto lugar y razón de ser todo contenido y aspecto de la vida en nuestro interior.

Requerimientos
El altar establecido como sea la costumbre del operador.
Sobre el mismo una vela blanca y otra negra como iluminación, colocadas la blanca a nuestra derecha, y la negra a nuestra izquierda (intercambiándolas si el operador es zurdo, o asocia dichas posiciones de forma diferente a derecha-luz-bien, e izquierda-oscuridad-mal).
En el centro del altar, entre las velas, debería estar una imagen o representación del dios Abraxas.

Notas aclaratorias
El Sigilo de Abraxas: es como el nombre indica un sigilo elaborado según el método que el operador prefiera, el de las letras o el pictórico, y que es una representación del nombre de dicha deidad: ABRAXAS.

La Técnica de Invocación: se realiza en voz alta y de forma no predeterminada, siguiendo la espontaneidad del momento, partiendo de la idea con la que se pretende impregnar y alimentar a la llama, en un caso la luz y el bien, en el otro la oscuridad y el mal, permitir que vayan surgiendo por libre asociación las palabras y frases cortas que servirán como combustible para las llamas, imaginando que con las mismas la llama que corresponda va creciendo y haciéndose más y más fuerte e intensa, adquiriendo realismo y consistencia.

Hay en el ritual tres fases de la invocación que vienen marcadas por el uso de la tercera persona (hablando de la fuerza a invocar como si estuviéramos hablando de ella a otra persona), en segunda persona (como si nos estuviéramos dirigiendo a la fuerza invocada directamente), y por último en primera persona (como si nosotros mismos fuéramos la fuerza invocada), con la intención de ir integrando dichas fuerzas progresivamente en nosotros.



Ritual

1.Ritual Gnóstico del Pentagrama (o cualquier otro que el operador use).

2.Trazar el sigilo de Abraxas sobre el lugar de trabajo y visualizarlo poderosamente (ver descripción del mismo más arriba).

3.Declaración de intención, en voz alta:

"Es mi voluntad invocar a Abraxas para lograr la integración total de mi Ser"
(Cambiar la intención si se usa para consagrar objetos mágicos, crear servidores, etc., lo cual se incluiría tras la asunción de la forma divina.)

4.Entonar Abraxas hacia los cuatro puntos cardinales, mientras se dibuja y visualiza en el aire su sigilo en cada uno de ellos.

5.El Prólogo es leído en voz alta.



Yo comienzo en la nada.
La Nada es lo mismo que la Plenitud.
Lo infinito y eterno no tiene propiedades porque tiene todas las propiedades.
La Nada o lo Pleno lo llamamos nosotros PLEROMA.
Ahí dentro se deja de pensar y de existir,
pues lo infinito y eterno no tiene propiedad alguna.
En él no existe nadie, pues entonces se distinguiría del Pleroma
y tendría propiedades que le diferenciarían como algo del Pleroma.
La Creatur no es en el Pleroma sino en sí.
El Pleroma es principio y fin de la Creatur.



6.Elevar ambas manos con las palmas mirando hacia arriba, como si se estuviera sosteniendo algo con ellas. Visualizar en la mano derecha una llama de fuego blanco y en la mano izquierda una llama de fuego negro (cambiar los colores de una mano a otra si se es zurdo, o se tienen otras asociaciones personales que no sean las de luz-bien-diestra-derecha, oscuridad-mal-siniestra-izquierda, a elección personal).

7.Fijar la atención en la llama blanca e invocar la luz en ella en tercera persona hasta que se agoten las palabras (leer descripción de la técnica de invocación usada en este ritual más arriba).

8.Fijar la atención en la llama negra e invocar la oscuridad en ella en tercera persona hasta que se agoten las palabras (leer descripción de la técnica de invocación usada en este ritual más arriba).

9.La primera invocación es leída en voz alta.



Abraxas es el Dios difícilmente reconocible.
Su poder es supremo, pues el Hombre no lo ve.
Lo que Dios Sol dice es vida.
Lo que dice el Diablo es muerte.
Abraxas, sin embargo, dice la palabra digna y condenada,
que es a la vez vida y muerte.
Abraxas produce verdad y mentira, bien y mal,
luz y tinieblas en la misma palabra y en el mismo acto.
Por ello es Abraxas temible.


10. Fijar la atención en la llama blanca e invocar la luz en ella en segunda persona hasta que se agoten las palabras (leer descripción de la técnica de invocación usada en este ritual más arriba).

11.Fijar la atención en la llama negra e invocar la oscuridad en ella en segunda persona hasta que se agoten las palabras (leer descripción de la técnica de invocación usada en este ritual más arriba).

12.La segunda invocación es leída en voz alta con más intensidad.



Abraxas,
eres la cópula sagrada, el amor y su homicidio,
eres el santo y su traidor.
Eres la más clara luz del día y la más profunda noche del absurdo.
Verte significa ceguera, conocerte significa enfermedad,
rezarte significa muerte, temerte significa sabiduría,
no oponerse a Ti significa salvación.
Dios vive detrás del sol, el Diablo vive detrás de la noche.
Lo que Dios engendra a partir de la luz,
el Diablo lo arrastra a la noche.
Pero Tú Abraxas eres el mundo, su devenir y dejar de ser.


13.Fijar la atención en la llama blanca e invocar la luz en ella en primera persona hasta que se agoten las palabras (leer descripción de la técnica de invocación usada en este ritual más arriba).

14.Fijar la atención en la llama negra e invocar la oscuridad en ella en primera persona hasta que se agoten las palabras (leer descripción de la técnica de invocación usada en este ritual más arriba).

15.La tercera invocación es leída en voz alta y exaltada.



Esto soy Yo, el terrible Abraxas.
Soy la Creatur más poderosa
y en Mí la Creatur se horroriza a sí misma.
Soy la colisión patente de la Creatur contra el Pleroma y su nada.
Soy el horror del hijo ante la madre.
Soy el amor de la madre por el hijo.
Soy el encanto de la tierra y la crueldad del cielo.
El Hombre queda paralizado ante Mi semblante.
Ante Mí no hay preguntas ni respuestas.
Soy la vida de la Creatur.
Soy la acción de la diferenciación.
Soy la claridad y la sombra del hombre.
Soy la realidad cambiante.



16.Dejar que ambas manos se acerquen lentamente, mientras se visualiza cómo ambas llamas empiezan a fusionarse ardientemente en el centro de ellas, formando el sigilo de Abraxas poderoso e intenso, constituido en una llama producto de la fusión de la luz y la oscuridad, todo ello potenciado entonando Abraxas de forma exaltada.

17.Acercar el sigilo visualizado hacia el pecho hasta integrarlo plenamente en el interior de uno mismo, seguir entonando Abraxas durante todo el proceso de forma exaltada y extática.

18.Una vez integrado el sigilo en uno mismo, visualizarse con la forma del dios Abraxas, adoptando la postura con la que se le representa clásicamente, entonando continuamente Abraxas.

19.Dejar que la experiencia se vaya diluyendo por sí misma y desterrar con risa, o el Ritual Gnóstico del Pentagrama o cualquier otra forma de destierro utilizada por el operador.