RASGOS Y GRUPOS TRIBALES SIOUX

Fueron tramperos franceses los primeros hombres blancos que oyeron hablar de la existencia de unas tribus a los que los Chippewa llamaban "Natawesiwak". Con el tiempo, el término se fue deformando hasta la conocida denominación de "Sioux", aunque ellos se designaban a si mismos como amigos. Siete bandas componían entonces el grueso de la nación sioux, unificada en el llamado "Consejo De Los Siete Fuegos":

* Mdewkanton-wan (La gente del Lago Spirit)
* Wahpekute (Los que disparan entre las hojas)
* Sisseton-wan (Los del pez que vino a la tierra)
* Wahpeton-wan (los que viven entre las hojas)
* Ihanktonwana (después Yanktonai)
* Ihanktonwan (después Yankton)
* Teton-wan (después Sioux de Teton. Los que viven en las Llanuras) De los que más voy a hablar pq me encantan....

Con el tiempo, algunas bandas emigraron en dirección oeste y sur, adaptando su forma de vida a las nuevas circunstancias, recogiendo influencias de otras tribus de las praderas y cambiando en parte su lengua y su vestido. De esta forma surgen tres claras divisiones.

Los grupos tribales

En función de los tres dialectos, que en definitivan identifican en gran medida los territorios ocupados por cada tribu, las tribus dakota quedarían subdivididas así:

* Sante (Asentados al este del Missisippi, en lo que actualmente es Minnesota) Guerrero Lakota
o Mdewkanton
o Wahpekute
o Wahpeton
o Sisseton

* Nakota (ocupando las pradeas del sudeste de Dakota del Sur)
o Yankton
o Yanktonai

* Lakota -o Teton Sioux- (asentdos al oeste del Río Missouri)
o Sitchansu (o Brulé)
o Itazipcho
o Sihasapa
o Miniconjou
o Oohenonpa
o Oglala
o Hunkpapa

La evolución de su lengua sioux dio origen a tres dialectos, diferenciados entre sí por la fonética de las consonantes iniciales de algunas palabras. El Dakota y el Lakota aun se usan, pero el Nakota ha visto muy reducida su utilización. Había tres grupos lingüisticos: Los dakota-santee, los nakota-wiciyela y los lakota-teton.
En su propio idioma significa "amigo" o "aliado"

Los Lakota-teton eran los típicos indios de las llanuras y vivían en Dakota del Sur, con su centro de distribución en Paha Sapa (Black Hills), consideradas como lugar sagrado para ellos. Vivían en tiendas de pieles decoradas con pinturas de cacerías y decoraciones geométricas.

Los lakota eran un pueblo sedentario que se asentaba en los márgenes del norte del río Missouri. A finales del siglo XVIII estaban establecidos en la pradera central del continente norteamericano. Con el tiempo y el empuje de los colonos de origen europeo se convirtieron en un pueblo nómada, ocupando lo que hoy son los estados de Minnesota, Dakota del Norte, Dakota del Sur Nebraska y Wyoming.

A diferencia de los dakota que mayoritariamente eran agricultores, los lakota se hicieron cazadores y pasaron a dominar una extensa zona de la pradera, sobre todo desde la llegada del caballo, introducido por los españoles en el continente americano. Su dominio se fue diluyendo a medida que la frontera de los Estados Unidos avanzaba hacia el oeste e iba eliminando los bisontes, fuente de la subsistencia de este pueblo.

Las grandes batallas y conflictos no fueron más que el final de unas tribus a las que se había privado de los medios de supervivencia y a quienes se les habían importado enfermedades y alcohol, que resultaron las principales causas de mortalidad.

En general, cazaban el búfalo y eran temidos guerreros, que pronto adotaron el caballo y las armas de fuego. Un rasgo es que en señal de victoria ganada, arrancaban la cabellera a los enemigos.

Influyeron mucho en las tribus vecinas (cheyennes, arapahoe, kiowa, comanche, crow y muchas otras). Aun así, tenían fuertes vínculos de unidad entre ellos. Socialmente, se dividían en untiyospaye (bandas) que se agrupaban en unaoyate (tribus) que formaban un teton (grupo).

A los mestizos los denominaban iyeska (“aquellos que hablan blanco” y a los blancos despectivamente, wasicu (“perros ladrones” .

Religiosamente, tenían a Wakantanga (“El gran misterio” , divinidad tribal que disfrutaba de cuatro jerarquías y era adorado de igual manera por todos ellos. También adoraban a Ptehincalasanwi o la Mujer Búfalo Blanco, asociada a leyendas y mitos de la nación dakota con el búfalo, animal del que extraían casi todo (piel, carne, huesos y nervios por hacer cuerdas). También adoraban a unk ksa(la tierra) y temían a unk cegi (tierra morena), un hombre que se les aparecía cuando había peligro.

Por otra parte, mientras que los santee tenían sociedades guerreras como la Logia de la Medicina, los teton disfrutaban de un caudillo guerrero con bastante poder, cosa que no pasaba entre las otras tribus.

Todos ellos, pero mayoritariamente los teton y los wiciyela, celebraban la Danza del Sol y ceremonias de iniciación guerrera que incluian la autotortura: se clavaban dos maderas en la piel del pecho mientras eran colgados por ellas delante del sol por demostrar su valor.

La autoridad del chamán era indiscutible, en religión, medicina y como conductor de ceremonias. La organización tribal era libre y democrática, presidida por el consejo de la tribu, por cuanto el caudillo guerrero escogido por aclamación popular sólo era importante entre los teton. Socialmente, además, se dividían en clanes y la propiedad de la tierra era colectiva.

Sobre la Espiritualidad

El culto al Gran Misterio era silencioso, solitario, libre de cualquier búsqueda egoísta. Era silencioso porque toda palabra necesariamente es débil e imperfecta; por lo tanto, las almas de sus ancestros ascendían hacia dios en una adoración sin palabras. Era solitario porque creían que él está más cerca de nosotros en la soledad, y no había sacerdotes autorizados para intervenir. Nadie podía confesar de manera alguna en la experiencia religiosa de otro. Esta fe no podía ser concebida en credos ni forzada en quien no estuviese dispuesto a recibirla. En consecuencia, no había problemas religiosos. Tampoco usaban templos ni santuarios, lo consideraban sacrilegio.

La Naturaleza

Desde su punto de vista, el Sol y la Tierra fueron los padres de toda la vida orgánica. Del Sol, como padre universal, procede el principio dador de vida en la naturaleza, y en el vientre paciente y fructífero de nuestra madre, la Tierra, se esconden los embriones de plantas y hombres.

Los elementos y las fuerzas majestuosas de la naturaleza eran vistos con asombro como poderes espirituales, cada criatura posee un alma en algún grado, aunque no necesariamente un alma consciente de sí misma.

Al Indio le encantaba simpatizar y experimentar una comunión espiritual con sus hermanos del reino animal, cuyas almas mudas tenían algo de la pureza impecable. Tenía fe en los instintos de los animales, como en una sabiduría misteriosa dada desde lo alto. Y aunque aceptaba humildemente el sacrificio supuestamente voluntario de sus cuerpos para preservar el propio, rendía homenaje a sus espíritus mediante rezos y ofrendas prescritas.

Cada acto de su vida es, en un sentido muy real. Su respeto por la parte inmortal del animal, su hermano, a menudo lo lleva a colocar el cuerpo de su presa ceremoniosamente en la tierra y decorar la cabeza con pintura simbólica o plumas. Entonces se pone de pie en actitud de oración, sosteniendo en alto la pipa llena, como muestra de haber liberado con honor el espíritu de su hermano, cuyo cuerpo su necesidad lo llevó a tomar para sustentar su propia vida.

Sobre Muerte y Reencarnación

La actitud del Indio hacia la muerte, prueba y trasfondo de la vida, es enteramente compatible con su carácter y filosofía. La muerte no guarda terror para él; la encara con sencillez y perfecta calma, buscando sólo un fin honorable como su último regalo para su familia y sus descendientes. Por ende corteja la muerte en la batalla. Por otro lado, consideraría una desgracia ser asesinado en una disputa privada. Si uno está muriendo en casa, es costumbre llevar su cama al exterior conforme se acerca el fin, para que su espíritu pueda marcharse bajo el cielo abierto.

Muchos Indios creían que uno podía nacer más de una vez, y había algunos que afirmaban tener pleno conocimiento de una encarnación pasada. También había quienes sostenían dialogos con algún espíritu gemelo nacido en otra tribu o raza.

El Silencio

El Indio cree profundamente en el silencio, señal de un equilibrio perfecto. El silencio es el balance o equilibrio absoluto de cuerpo, mente y espíritu. El hombre que mantiene su individualidad siempre calmada y firme ante las tormentas de la existencia tiene la actitud y conducta de vida ideal en la mente del sabio. El autocontrol, la verdadera valentía, la paciencia, la dignidad...

Sobre Medicina

No cabe duda que el Indio consideraba la medicina algo muy cercano a las cosas espirituales. Como médico, originalmente era muy hábil y a menudo exitoso. Utilizaba únicamente cortezas, raíces y hojas curativas con cuyas propiedades estaba familiarizado, usándolas en forma de destilación o té y siempre individualmente. El baño de estómago fue uno de sus valiosos descubrimientos, y el baño de vapor se usaba extensamente. Podía reparar un hueso roto con bastante éxito, pero nunca practicaba la cirugía en forma alguna. Además, el curandero poseía gran magnetismo y autoridad personales, y en su tratamiento a menudo buscaba restablecer el equilibrio de su paciente mediante influencias mentales o espirituales.

La palabra Sioux para el arte de curar es "wapiya", que literalmente significa "reajustar" o "renovar". "Pejuta", literalmente raíz, significa medicina, y "wakan" significa espíritu o misterio. De esta manera las tres ideas, aunque a veces asociadas, eran diferenciadas cuidadosamente.

Es importante recordar que, antiguamente, el curandero no recibía pago alguno por sus servicios, que por naturaleza eran una función o un cargo honorable. Cuando la idea del pago y el trueque fue introducida y los honorarios exigidos, la avaricia y rivalidad resultantes condujeron a una gran pérdida.

Sobre la Civilización

Para el sabio, la concentración de población era la prolífica madre de todos los males, tanto morales como físicos. Argumentaba que el alimento es bueno, mientras que el exceso mata; que el amor es bueno, pero la lujuria destruye; y no menos temida que la pestilencia que se deriva de las moradas abarrotadas e insalubres, era la pérdida de poder espiritual inseparable del contacto demasiado estrecho con el prójimo.

Cualquiera que haya vivido mucho al aire libre sabe que hay una fuerza magnética y sensible que se acumula en la soledad y que se disipa rápidamente con la vida en multitud; e incluso sus enemigos han reconocido el hecho de que, en cierto poder y aplomo innato, totalmente independiente de las circunstancias, el Indio Americano no ha sido superado entre los hombres.

Sobre el Matrimonio

No había una ceremonia religiosa ligada al matrimonio, aunque por otro lado la relación entre un hombre y una mujer era considerada misteriosa y sagrada en sí misma. Creíamos que dos que se aman deben unirse en secreto antes del reconocimiento público de su unión, y deben probar su apoteosis con la naturaleza. Era costumbre que la joven pareja desapareciera en la espesura, pasando ahí algunos días o semanas en perfecta reclusión y doble soledad, regresando después al campamento como marido y mujer. Por lo general, seguía un intercambio de regalos y entretenimientos entre las dos familias, pero la bendición nupcial era otorgada por la sagrada Naturaleza.

Sobre la Mujer

En ellas se confería el código moral y la pureza de sangre. La esposa no tomaba el nombre de su marido ni entraba a su clan, y los hijos pertenecían al clan de la madre. Ella guardaba todas las propiedades de la familia, la descendencia se marcaba en la línea materna, y el honor de la casa estaba en sus manos. La modestia era su principal adorno; de ahí que las mujeres jóvenes usualmente eran silenciosas y retraídas. Pero la mujer que alcanzaba la madurez en años y sabiduría, o que hubiera mostrado una valentía notable en alguna emergencia, a veces era invitada a ser parte del consejo.

Así gobernaba indisputable dentro de su propio dominio y era un pilar de fortaleza moral y espiritual, cuando ella cayó, la raza entera cayó con ella.

Sobre Dar

Dar públicamente es una parte de toda ceremonia importante. Es común dar hasta el punto de total empobrecimiento. El Indio, en su sencillez, literalmente regala todo lo que tiene a sus familiares, a los invitados de otra tribu o clan, pero sobre todo al pobre y al anciano, de quienes no espera nada a cambio. Finalmente, la ofrenda religiosa, podría ser de poco valor en sí misma, pero en la propia mente del dador debe llevar el significado y la retribución del verdadero sacrificio.

Los huérfanos y los ancianos son cuidados invariablemente, no sólo por sus familiares cercanos, sino por todo el clan. Es motivo de orgullo para los amorosos padres que sus hijas visiten a los desafortunados y los desvalidos, llevándoles alimento, peinando sus cabellos y arreglando sus vestimentas.

Sobre los Nombres

Los nombres Indios o bien eran apodos característicos otorgados en actitud juguetona, nombres de hazañas o nombres de nacimiento, o bien tenían significado religioso y simbólico. Se ha dicho que cuando nace un niño, algún accidente o aspecto inusual determina su nombre. Esto es a veces el caso, pero no es la regla. Un hombre de carácter vigoroso, con buenos antecedentes de guerra, por lo general lleva el nombre del búfalo o del oso, del relámpago o de alguna fuerza natural temida.

Otro de naturaleza más pacífica tendría un nombre de la parte menos salvaje de la naturaleza. El nombre de una mujer por lo general sugería algo en relación al hogar, a menudo con el adjetivo guapa, una terminación femenina. Los nombres de cualquier dignidad o importancia deben ser conferidos por los ancianos, y especialmente si tienen significado espiritual, tales nombres a veces eran portados por tres generaciones, pero cada individuo debía probar que lo merecía.

Sobre las Propiedades

El Indio verdadero no pone precio ni a su propiedad ni a su trabajo. Su generosidad está limitada sólo por su fuerza y habilidad. Considera un honor ser elegido para un servicio difícil o peligroso, y juzgaría vergonzoso pedir cualquier recompensa. No obstante, reconoce los derechos en la propiedad. Robar a uno de su tribu ciertamente es una desgracia si se descubre, y el nombre "Wamanon" o Ladrón se le confiere para siempre como algo inalterable. La única excepción a la regla es en el caso del alimento, que está siempre disponible para el hambriento, si no hay nadie cerca que se lo ofrezca. No podía haber otra protección además de la ley moral en una comunidad India, donde no existían cerrojos ni puertas, y todo estaba abierto y era de fácil acceso para todos los visitantes.

Sobre la Guerra

Nunca había deseo por el engrandecimiento territorial o el derrocamiento de una nación hermana. El hombre que mataba a otro en batalla tenía que guardar luto durante treinta días, pintando su cara de negro y soltándose el cabello, según la costumbre. Por supuesto que él no consideraba pecado el arrebatar la vida de un enemigo, y este luto ceremonial era en señal de reverencia por el espíritu difunto.

Las crueldades injustificables y las costumbres más bárbaras de guerra se intensificaron de manera considerable con la llegada del hombre blanco, encendiendo las peores pasiones del Indio, provocando en él sentimientos de venganza y codicia. El asesinato dentro de la tribu era una ofensa grave, y a menudo sucedía que el asesino fuese convocado a pagar la pena con su propia vida.

Él no intentaba escapar o evadir la justicia. Que el crimen fuese cometido en las profundidades del bosque o a altas horas de la noche, sin ojo humano que lo atestiguara, no marcaba diferencia alguna en su mente. No dudaba en entregarse para ser enjuiciado por los ancianos sabios del clan de la víctima. El asesinato intencional era un suceso raro antes, porque no era un pueblo violento ni pendenciero.

Sobre la Valentía

Ni siquiera los peores enemigos del Indio han negado su valentía, aunque en sus mentes se trate de una valentía ignorante, brutal y fantástica. Su propia concepción de bravura la convierte en una virtud altamente moral, pues para él no consiste en fuerza agresiva sino en autocontrol absoluto. Alguien verdaderamente valiente no se rinde ante el miedo, el enojo, el deseo o la agonía; él es amo de sí mismo en todo momento; su valentía se eleva al verdadero heroísmo.

Sobre las Normas Morales

Con la ayuda de la misma amada Naturaleza, enseñaban cosas simples pero de gran importancia. Se vivía la vida natural, mientras que ahora es artificial. Se vivia entre la naturaleza, mientras que hoy en dia a todo se le pone precio.