PARA LOS SIETE DÍAS DE LA SEMANA
QUE SE DIRÁN UNA CADA DÍA
EMPEZANDO POR EL
DOMINGO


Estas siete oraciones son poderosas y de gran virtud para evitar toda clase de asechanzas y adversidades que pueden amargar nuestra vida. Son eficaces para deshacer cuantas calumnias caigan sobre nosotros; sirven para librarnos de las emboscadas de nuestros enemigos y de las perfidias de los amigos falsos; y asimismo para anular toda persecución injusta de que seamos victimas y cuanto se intente para perjudicamos o dañarnos, sal en el cuerpo como en el alma.
Para que dichas siete oraciones obren eficazmente es preciso recitarlas con fe inquebrantable cada una de ellas en su día correspondiente, antes de la salida del sol y en la hora de su ocaso.
Además de lo dicho, deberá llevar sobre su pecho, dibujado en un pedazo de pergamino virgen, el nombre divino correspondiente al día en que se reza. Esto es: el domingo, el nombre Had; el lunes, Hemel; el martes, Ramiac; el miérco¬les, Jendsel; el jueves, Sillu; el viernes, Stilu, y el sábado, David. Estos nombres se escribirán con los caracteres del alfabeto sagrado.
He aquí el modo de hacer este septenario: Todos los días se recita, en primer lugar y muy fervorosamente, la excelsa oración del Padre¬nuestro, y a continuación se recitará o se leerá, procuran¬do elevar nuestro pensamiento al Creador, la oración correspondiente al día en que se reza.

ORACIÓN DEL DOMINGO

Líbrame, Señor yo te lo ruego de todo corazón de cuantos males presentes y futuros, tanto del cuerpo; dame por tu bondad la paz y la salud, y seme propicio a mi, que soy hechura tuya, por intercesión de la bienaventurada Virgen María y de los Apóstoles San Pedro, San Pablo, San Andrés y todos los santos. Concede la paz a tu criatura y la salud durante mi vida, a fin de que, estando asistido por la ayuda de tu misericordia, jamás pueda ser esclavo del pecado ni abrigar el temor de ningún desfallecimiento; por el propio Jesucristo. tu hijo, Nuestro Señor, que siendo Dios vive y reina en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. + Así sea.
Cordero de Dios, que te has dignado nacer saliendo de las entrañas de la Virgen María; que estando en la Cruz lavaste al mundo de pecados, ten piedad de mi alma y de mi cuerpo. Cristo, Cordero de Dios, inmolado para la salvación del mundo, ten piedad de mi alma y mi cuerpo. Cordero de Dios, por el cual todos los fieles son salvados, dame tu paz, que ha de perdurar en esta vida y en la otra. + Así sea.

ORACIÓN DEL LUNES

¡OH, gran Dios! por quien todo se ha librado, + líbrame de todo mal. + Oh, gran Dios, que has concedido tu consuelo a todos los seres, concédemelo también! + Oh, gran Dios, que socorriste y ayudaste a quien te lo ha suplicado, ayúdame y socórreme en todas mis necesidades, mis penalidades, mis trabajos, mis peligros; líbrame de todos los obstáculos y de las emboscadas de mis enemigos tanto visibles como invisibles, en el nombre del Padre, + que ha creado el mundo; en el nombre del Hijo, + que lo ha redimido; en el nombre del Espíritu + Santo, que ha ejecutado la ley en toda su perfección! Yo me inclino a tus pies y me pongo bajo tu santa protección. + Así sea.
Que la bendición del Dios Padre, quien con una sola palabra lo creó todo, sea siempre conmigo. + Así sea.
Que la bendición del Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, Dios viviente, sea siempre conmigo. + Así sea.
Que la bendición del Espíritu Santo, con sus siete dones, sea siempre conmigo. + Así sea.
Que la bendición de la Virgen María, Madre Inmaculada, sea siempre conmigo. + Así sea.

ORACIÓN DEL MARTES

OH, gran Dios Creador, Salvador y Glorificador! + Haz, oh Padre celestial, que la bendición de los Santos Ángeles, Arcángeles,
Serafines, Querubines, Tronos, Poderes y Virtudes, sean siempre conmigo. + Así sea.
Que la bendición de todos los cielos y la de Dios Omnipotente sea conmigo. + Así sea.
Que la bendición de los Patriarcas, Profetas,
Mártires, Confesores, Vírgenes y de todos los Santos, sea siempre conmigo. + Así sea.
Que la bondad y misericordia infinitas de Dios me den la firmeza necesaria para no caer en los lazos del demonio y me libren de ser victima de sus asechanzas. + Así sea.
Que la majestad de Dios Todopoderoso me sostenga y me proteja; que su bondad infinita me guié; que su caridad sin limites me inflame; que su divinidad suprema me con¬duzca; que el poder del Padre me conserve; que la sabiduría del Hijo me vivifique; que la virtud del Espíritu Santo me ilumine. + Así sea.
+Oh, Jesucristo, Único Hijo de Dios vivo, yo te pido estés siempre como muralla infranqueable entre mis enemigos, visibles e invisibles, y este pobre pecador! + Así sea.

ORACIÓN DEL MIÉRCOLES

¡OH, Emmanuel! defiéndeme contra el enemigo + maligno y contra todos mis enemigos, visibles e invisibles, y líbrame de todo mal!.
Jesucristo ha venido con !a paz, Dios hecho hombre, que pacientemente ha sufrido por nosotros. Que Jesucristo, Rey generoso, esté siempre entre mis enemigos y yo, para defenderme. + Así sea.
Jesucristo + triunfa; Jesucristo + reina; Jesucristo + manda. Que Jesucristo me aleje de todo mal! y me dé la paz que ansío.
He aquí la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo. + Enemigos: huid ante su presencia. El león de la tribu de Judá ha vencido; la raza de David ha sufrido. +Ale1uya, aleluya, ale luya!
Salvador del mundo: por tu preciosa sangre, socórre¬me; por tu Cruz bendita, guíame; por tu bondad infinita, protégeme; por tu poder supremo, sálvame. Yo te lo ruego, Dios mío, Agios + Theos + Ischyros + Athanatos
+ Eleyson + Himas + Dios santo, Dios fuerte, Dios misericordioso e inmortal, ten piedad de ml, de esta criatura tuya. Se mi sostén; no me abandones; no desoigas mis plegarias; ¡Oh, Dios de mi salvación!, ven siempre en mi ayuda. + Así sea.

ORACIÓN DEL JUEVES

ILUMINA, +oh, Emmanuel!, mis ojos del espíritu con la verdadera luz, para que no permanezcan cerrados en un sueño que pudiera inducirme a tratar con injusticia a mis amigos o enemigos, porque Jesús dijo:
Amar debéis a vuestros enemigos. + Oh, dulcísimo Jesús! consérvame, ayúdame, sálvame. En tanto que el Señor esté conmigo no temeré la maldad de mis enemigos. + Oh dulcísimo Jesús! que en solo pronunciar tu nombre toda rodilla se doble, tanto celeste, como terrestre, como infernal, y que toda lengua publique que Nuestro Señor Jesu¬cristo goza de la gloria de su Padre. + Así sea.
Se perfectamente que tan pronto como invoque a! Señor, en cualquier día y hora en que lo haga seré salvado en aquel mismo instante. Dulcísimo Señor Jesucristo, Hijo amado del Gran Dios vivo, que has hecho tantos y tan grandes milagros por el poder de tu preciosísimo nombre, puesto que por El, y por su virtud, los demonios huyeron, los ciegos recobraron la vista, los sordos oyeron, los cojos anduvieron, los mudos hablaron, los leprosos se vieron limpios, los enfermos curaron y los muertos resucitaron; porque tan pronto como se pronunciaba el dulce nombre de Jesús, todas las tentaciones desaparecían, todas las dis¬putas cesaban, todas las luchas entre el mundo, el demonio y la carne quedaban extinguidas y señalase el ser lleno de todos los bienes celestiales, porque cualquiera que invoque el Santo nombre de Dios será salvo por los siglos de los siglos. + Así sea.

ORACIÓN DEL VIERNES

OH, dulce nombre de Jesús! Nombre de vida,+ de salvación, de alegría; nombre precioso, radiante e inefable; nombre que conforta al pecador; nombre que salva, guía y gobierna todo. Que te plazca, oh Jesús, alejar de mi al demonio y los malos pen¬samientos. Ilumíname, Señor, que ciego me encuentro; disipa mi sordera, pues estoy sordo; enderézame, pues soy cojo, devuélveme la palabra, que mudo soy; cura mi lepra, porque estoy contaminado; sáname, porque estoy enfer¬mo, y resucítame, porque estoy muerto. Rodéame por todas partes, tanto por fuera como por dentro, a fin de que, estando fortificado con tu santo nombre, viva siempre en Ti, alabándote y honrándote; porque todo a Ti se debe.
Que Jesús esté siempre en mi corazón. + Así sea. Que Jesús no me abandone y me guié. + Así sea.
Que Jesús me libre de odiar tanto a mis amigos como a mis enemigos. + Así sea.
Que Jesús no permita que anide en mi corazón la envidia. + Así sea.
Loor, honor y gloria te sean dados, ¡Oh Jesús mío!, por los siglos de los siglos. + Amen.

ORACIÓN DEL SÁBADO

OH, Jesús, Hijo de María, Salvador del mundo!
+ Que el Señor me sea favorable y me conceda una inteligencia clara y santa y una voluntad firme para tributarle el honor y el respeto que le son debi¬dos. Nadie pudo poner sobre El la mano, porque su hora a Un no había llegado. Es el que ha sido, es y será siempre: Dios y Hombre, principio y fin. Que esta oración que le dirijo me preserve de los ataques de mis enemigos. + Así sea.
Jesús de Nazaret, Rey de los Judíos y Redentor del mundo, Hijo de la Virgen María, Madre Inmaculada, ten piedad de mi, pobre pecador, que ante Ti se humilla; guíame según tu dulzura, por el camino de la salvación eterna y concédeme la dulce paz que ansió. + Así sea.

Cuando Jesús cumplía su misión redentora sobre la tierra, los sacerdotes judíos lo hicieron prender, y el Hijo de Dios, sabedor de cuanto había de sucederle, se adelantó y les dijo: +,A quién buscáis? —A Jesús de Nazaret, le res¬pondieron—. + Jesús les contestó: Yo soy. —Judas, que debía entregarlo, entre ellos estaba, y dijo: El es. Y todos cayeron en tierra.— +,A quién buscáis?, volvió a preguntar Jesús. —A Jesús de Nazaret, respondieron otra vez—. Ya os he dicho que soy yo, repuso Jesús, y si es a mí a quien buscáis, dejad marchar a aquellos, dijo, señalando a sus discípulos.

La lanza, los clavos, la cruz, las espinas, la muerte que has sufrido, prueban, Señor!, que has borrado los crímenes de los miserables. Por las cinco llagas de tu cuerpo sagrado y por la traición del apóstol Judas, yo te pido, mi buen Jesús, me preserves de las emboscadas y traiciones de mis amigos y de mis enemigos, hasta la hora de mi muerte. + Amen.
Jesús es la vida. + Jesús es la estrella. Jesús ha sufri¬do. + El es la verdad; + Por eso paso entre ellos sin que nadie osara poner su mano sobre El, porque su hora no había llegado. + Yo os ruego, divino Jesús, tengáis piedad de mí. + Así sea.