ALCOHOLISMO:

Consumir bebidas alcohólicas es una costumbre social muy perjudicial; pero no malsana si se practica con moderación, temporalmente ya que el vino, por ejemplo, por ser un agradable estimulante, produce bienestar, alegría, eleva el ánimo; pero llevada al exceso esta costumbre, hace caer en la degradación, la dependencia. El comercio produce muchas bebidas que contienen alcohol en alto grado y sustancias nocivas que perturban el delicado funcionamiento del cerebro, causan también daño biológico en distintos órganos del cuerpo humano, bastantes enfermedades.

Al caer en la degeneración y dependencia, esas personas se ponen las cadenas del servilismo, por tener que repetir el mal proceder que los degrada poco a poco y los conduce al abismo. Se precisa gran fuerza de voluntad, determinación para cortar definitivamente, en cambiar el rumbo; pero esto se puede hacer simplemente acabando con la dependencia. Para ello, puede servir este decreto: No quiero, no acepto más esto porque no es la Verdad ni me conviene. Invoco el Gran Poder de Dios que está en mi corazón, con fe y determinación y Yo Soy el Poder. No necesito la bebida, no me hace falta, no la quiero, no me interesa. ¡Gracias, Divina Presencia, porque me has oído! Esto es también aplicable para los drogadictos, para cualquier costumbre malsana o dependencia perjudicial.

Convencerse a sí mismos es lo fundamental y aceptarlo sencillamente. Entonces, no hay necesidad de luchas: No quiero, no me interesa, no me hace falta, no lo necesito – Así de sencillo y luego polarizar en positivo interesándose por otras actividades como trotar, los deportes, realizar alguna actividad artística. En vez de consumir alcohol drogas, tomen jugos de frutas, leche, cualquier bebida natural en su pureza para sustituir al vacío que los encadene de nuevo. Persistan en el propio convencimiento, porque convencer quiere decir vencerse a sí mismos con decisión.

La degeneración del alcohol y las drogas hace peligrosas a las personas, que pueden cometer cualquier delito sin darse cuenta, porque abren las puertas del astral y son fácilmente manipuladas por lo psíquico desde lo invisible (seres de bajos instintos que los utilizan). A eso se debe que no saben lo que hacen. Por ingerir alcohol y sustancias dañinas, hay una alteración grave en la percepción interna y se conectan con la efluvia, con desencarnados malignos, egrégores grotescos, con lo más desagradable disfrazado, a veces, de cierta belleza para engañar. De ahí el peligro. Sólo hay alteración de la percepción pero no desdoblamiento, porque no se trasladan.

El mal hábito del alcohol y las drogas, que se extiende por el mundo, es consecuencia de una deliberada planificación de la Otra Polaridad para pervertir a la sociedad, tenerla bajo su dominio. Hay que liberarse del horror de tan malsana costumbre y acabar con la dependencia a base del propio convencimiento.

AML/ae/pch