NUMU:

La segunda encarnación terrena del Mesías Jhasua fue como Numú, pastor de ovejas en la lejana Lemuria. Tuvo por compañera a Vesperina, su rayo gemelo, hija de un poderoso rey. Como todo estaba en ley por previa planificación en los Planos de Luz, los jóvenes se casaron sin obstáculos ni dificultades, pese a la humilde condición social de Numú. Él dijo ser hijo de Man Luz (Padre Sirio) del país de las quince lunas, lo cual era verdad a nivel espiritual; pero, tomado externamente, lo favorecía mucho pues todos creyeron que Numú, era un importante príncipe de un lejano reino.

Las dificultades comenzaron con posterioridad a la muerte del rey. Ministros y cortesanos ambiciosos tramaban apoderarse del trono, de todo el patrimonio real y persiguieron a muerte a los príncipes que huyeron del palacio disfrazados de pastores. Con algunos servidores que los acompañaban, Numú y Vesperina, se refugiaron en casa de rocas donde él había vivido anteriormente: Un hueco o cavidad habilitado como hogar en la parte central de una inmensa cruz de piedra, recinto consagrado al Ser Supremo por sacerdotes de antiguos cultos en tiempos lejanos.

A la muerte de Vesperina, en su memoria y sobre su tumba, se construyó un dolmen blanco de piedra que era visitado por quienes buscaban consuelo y liberación en sus desgracias. Por la alta vibración de ese lugar y la asistencia de luz que allí había, comenzaron a suceder prodigios que parecías milagros, más personas iban en peregrinación para buscar ayuda espiritual. Esa era la misión de Numú, en aquellos tiempos.

Numú, murió despeñado desde gran altura. Fue condenado a muerte por el clero y los poderosos de la época, a quienes no agradaba la labor misericordiosa que él realizaba entre los desposeídos. Por infames calumnias que ellos bien acogieron, ordenaron el destino que tenían, por entonces, los criminales y delincuentes: Ser despeñados desde lo alto de los gigantes de piedra que adornaban la fachada del palacio real. Veintitrés años después de la muerte de Numú, sucedió la tremenda catástrofe que hizo desaparecer a tan brillante civilización sobre la cual, ahora, no se recuerda nada.

Amado LANTO/AE/pch


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"Que el Gran AMOR Infinito de el DIOS UNO Padre-Madre te envuelvan en la Suprema LUZ Divina. "