Efectivamente, nadie tiene un retrato literal que traduzca la apariencia ni de Jesús, María ni ningún personaje bíblico, incluso personajes de nuestra historia que han sido recreados a partir de alegorías o descripciones halladas. No obstante, para el espiritista que comprende el fenómeno de la ideoplastía como un fenómeno descrito entre espíritas como "fotografía espiritual", donde los Espíritus pueden reproducir cualquier apariencia a partir de una alegoría o idea subjetiva, tampoco es una limitante el hecho de que siendo perteneciente a una región y etnia particular, la aparición tenga los rasgos de una iconografía más reciente, o relativa a otras culturas.
Al final de cuentas, por ser esta una capacidad de las criaturas espirituales es que la misma Iglesia persigue estudiar las apariciones no vaya a ser que suceda lo que dice 2 Corintios 11:14 y haya una mistificación al disfrazarse de quien no es; eso es algo que ocurre en la totalidad de cultos y religiones y me atrevo a decir que no hay excepciones ya que no manejo como información que el genotipo trascienda a la muerte e influya imponiendo una especie de expresión fenotípica que los obligue a mantener los mismos rasgos que les impuso la genética mientras estuvieron vivos. Si esto lo preguntase Kardec, probablemente le hubiesen dicho que "ese apego por el nombre y la forma se constituye un rasgo de apego a lo primitivo e inferioridad espiritual", para la criatura espiritual, amorfa, el limite está en su propia mente y si puede mantenerse fijado en una cualidad angelical, reflejará una apariencia conforme a su fijación mental. Por eso ni siquiera las apariciones de Jesús y María, o las de cualquier obrero de Dios, basta para creer, podría ser falso, y la mistificación por la videncia es un hecho común que sufre interferencia de la propia imaginación del sujeto que es capaz de proyectar sus fantasías y observarlos externamente.
Yo, pero no sólo yo sino mi circulo social y gente que he atendido describen siluetas humanoides en referencia a cómo observaron a los Espíritus en múltiples ocasiones; a mí me hicieron una cirugía que me salvó la vida, estuve acá flotando sobre mi cama y observando una dinámica propia de un quirófano, pero ¿quiénes eran esas personas? Sólo siluetas humanoides que parecían contener la galaxia en su interior. Gracias a eso, me salvé de ir dentro de las próximas horas a quirófano de emergencia; horas previas una lechuza me gritó en la cabeza, la misma que anuncia tragedias y conocemos todos en este país (les suelen gritar groserías e insultos). También he visto otras manifestaciones amorfas, todas ellas de conocimiento de un espiritista.
Ya en el caso de María, sus apariciones han sido universales. Ella se ha mostrado en apariencias muy diversas, incluso ha adoptado los rasgos africanos para hablarle a Kihebo, Rwanda; los rasgos aborígenes para hablarle a los mexicanos; esa capacidad de mostrarse en todas las apariencias, todas las lenguas, conforme a esas culturas habla de la universalidad de esa figura que es capaz de mostrarse a todos siendo la misma entidad. Jesús en cambio, él en sus advocaciones ha cambiado alegorías pero no se ha mostrado de apariencia diferente, siempre presenta la piel blanca, el su barba característica, el pelo castaño, ojos cristalinos a semejanza de la apariencia atribuida a los "maestros ascendidos" de la Nueva Era, que para unos espiritualistas significan rasgos atribuidos a la angelitud, no importa si el hombre fue lo que haya sido, tales apariciones han sido siempre, para creyentes y no creyentes, conforme a la iconografía católica (para la figura de Jesús, Miguel, Gabriel, y los Santos).
Ya entendemos entonces lo ineficaz que es utilizar las referencias culturales (que no limitan ni influyen en el mundo espiritual, salvo que se trate de Espíritus anclados a su existencia carnal y la realidad física) como tampoco elementos materiales a los que siempre que recurren para coincidir lo hacen como una especie de evidencia o identificación, como si te demostrasen a través de un documento nacional de identidad, a través de todo su conocimiento y biografía, de que se trata de él o ella y aún así corremos el peligro de ser engañados.
Para este caso no se recurrió a ningún retrato. En teoría, este pueblo no sabía quién era Jesús, no eran cristianos; sencillamente se repite un patrón típico de las apariciones católicas que indican mensajes y apariencias comunes, que se respaldan las unas con las otras pese a la diferencia del tiempo. Por eso la Iglesia reconoce la aparición, porque mantiene el patrón fidedigno de las apariciones aceptadas por ellos, pero mejor aún, en una época en que ellos mismos eran soberanos ignorantes sobre cualquier filtro a través el cual someter tales fenómenos para separar la cizaña del trigo.
Para curiosidad de algunos, lo que me llama la atención es que las revelaciones hechas por esta presunta aparición coinciden con las profecías hechas por el Caboclo de las 7 Encrucijadas respecto al futuro apocalíptico y cuáles serían esas señales, no siendo esta entidad representante del clero. Puede ser una coincidencia, o quizá no pero cabe a cada uno concluir a qué darle su voto de fe.
Hasta aquí mi respuesta a usted hermano, continúo a comentar lo compartido por
@oso pequeño...
Muchas gracias por su acotación. Conozco otras apariciones de Jesús en culturas aborígenes acá mismo, en Latinoamérica, en países vecinos nuestros pero no he conseguido una fuente o redacción que revele detalles para hacer públicos. Sencillamente son registros de indígenas que pasaron de la guerra a la paz, tras este contacto y que describen al mismo individuo.
Algo para reflexionar, y que es de conocimiento para los que hemos sido parte del kardecismo o la Umbanda, si hace siglos hubo alguna predicción sobre el futuro, a manera de profecía, que mostraba la colonización, evangelización, y otros detalles que ya sucedieron en la historia de estas etnias y sus tribus en América, ¿cómo es que se sigue pensando que todo lo sucedido se trató de un accidente histórico y que pudo ser diferente? Si lo que está predestinado es inalterable (desde la cosmovisión espiritista), ¿de dónde surge dicha idea? Yo sé, porque me lo han dicho, y sé, porque lo he comprendido, que las aflicciones durante la evangelización son un episodio inevitable que obedece a principios naturales, que son en un lenguaje más familiar a mí destrucción-regeneración; eso se traduce para muchos a que "todo cambio trae de por medio una revolución", primero viene una era de caos, luego, y representado por el guión (-) una transición en donde empieza a haber adaptación y pacificación, de ahí deriva esa regeneración en donde se revierten las lesiones causadas. Eso es una explicación que nos dicen que, soberbios e ignorantes, acatando sistemas humanos probablemente estemos cuestionando lo que no entendemos por nuestra limitada visión sobre el futuro y nuestro propio destino.
Impresiona que sea María y Jesús aquellas figuras que se aparecen por todo el mundo, rompiendo las barreras. Esa no es un hecho que hayamos registrado de otras referencias espirituales, es decir, ¿en cuántas civilizaciones se ha aparecido determinada deidad que siga en auge hoy día y que jamás habían oído de tales figuras? ¡Universalidad!
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.